La misma creación nos ayuda a apreciar esta verdad. Un pájaro no nace volando, un niño pri-
mero gatea y luego da sus primeros inseguros pasos. Un corredor no comienza su carrera con un Maratón. El desarrollo es parte de la vida misma. No obstante, a casi todos nosotros, se nos hace difícil comprender esta verdad. Queremos progresar más rápidamente de lo que en realidad va a suceder. Debemos ser pacientes y constantes. Pacientes para no esperar demasiado y constantes para asegurar progreso diario. El capitán de un barco sabe de dónde zarpó, hacia dónde va y precísamente dónde se encuentra en el trayecto. Este es un buen ejemplo de lo que tu y yo debemos hacer. Lo importante no es correr sino movernos en la dirección correcta día a día.
No ponernos metas nos deja sin propósito o dirección en la vida. Pero si esas metas no son realistas nos dejarán igualmente frustrados y sin orientación. En vista de lo anterior, piensa: La manera en la que estoy viviendo evidencia mis metas? Soy paciente y a la vez constante? Cambio mis metas con regularidad cuando me siento fracasado?
Ponernos metas alcanzables, nos inspirará e impulsará a seguir adelante. Si te has sentido frustrado con relación a tus metas, por qué no empiezas de nuevo poniéndote metas realistas y alcanzables? Siempre es mejor volver a empezar que olvidarnos de lo que queremos, de lo que nos apasiona, de lo que amamos. Piensa en esta frase: Dios jamás ha colocado a nadie en un lugar tan y tan pequeño que no pueda crecer.
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