Para empezar quiero señalar lo que NO dicen de nosotros. Los fracasos no dicen que somos fracasados. Cuando mucho, nos dicen que debemos abordar la situación desde otro punto de vista o con mayor ilusión.
Vivimos en un mundo en el que el fracaso es imperdonable. Esto ha creado una generación malcriada poco dispuesta a luchar por lo que aspira. La gente siempre es capaz de ver la cima de la montaña pero se olvidan del largo camino que tendrá que atravesar para llegar a ella. Sin embargo, no importa hacia donde miremos, encontraremos personas que fracasaron y fracasaron, incluso varias veces, hasta que triunfaron. Sea en el campo de las ciencias, las artes o los deportes, muchos famosos y reconocidos en cualesquiera de esos campos, sufrieron fracasos pero aún así se superaron y llegaron a ser hombres o mujeres exitosos.
¿Piensas que en tu caso no hay remedio? Pues lo hay. Y la solución es simple: debes seguir intentándolo, no debes abandonar ese proyecto, esa idea o esa meta. Es tal como dijo Henry Ford “El fracaso es solo la oportunidad de volver a empezar con más inteligencia”. Y esto lo dijo por lo que experimentó en su propia vida.
Algunos “fracasados” que llegaron a ser exitosos
A Walt Disney le despidieron del Kansas City Star porque su editor sentía que “le faltaba imaginación y no tenía buenas ideas.” Y efectivamente fracasó en varios de sus proyectos hasta que logró su primer éxito con la película “Blancanieves”. Hoy por hoy Walt Disney es reconocido como un genio de la industria del cine.
A Steven Spielberg le rechazaron en la Escuela de Artes Cinematográficas de la Universidad del Sur de California varias veces. Pero el hombre no se rindió. Su primer éxito con la película “Tiburón” en 1975, le llevó a ganar tres premios Óscar. Luego, cuatro Emmys, seis Globos de Oro y sus 27 películas han ingresado más de 9.000 millones de dólares.
Al Coronel Harland David Sanders le despidieron de decenas de empleos antes de que fundara un imperio de pollo frito. El Coronel viajó por Estados Unidos intentando vender su pollo frito, y finalmente tras firmar un acuerdo en Utah, nació su hoy famoso Kentucky Fried Chicken. ¿Quién no conoce esta millonaria franquicia?
Los profesores de Thomas Edison le dijeron que era “demasiado estúpido para aprender nada”. Con el tiempo fue despedido de sus dos primeros empleos por no ser suficientemente productivo. Con todo, a lo largo de su vida Edison registró más de 1.000 patentes como el fonógrafo, la lámpara incandescente y la cámara de cine. Hoy se le reconoce como uno de los científicos más productivos.
Aún cuando no te consideres un Walt Disney o un Thomas Edison, es probable que, como yo, tengamos algunos fracasos a nuestras espaldas. ¿Me equivoco? Pues no pasa nada. Los fracasos son el camino al éxito si los sabemos usar, si aprendemos de ellos y si estamos dispuestos a continuar.
Nuestras historias personales de fracasos pueden motivar a otros
Nuestros fracasos pueden ayudar a otros a comprender que no es fácil el camino al éxito. Es verdad que a la mayoría de las personas les gusta hablar solo de sus éxitos y por eso, pocas veces nos podemos identificar con ellos. Sí, tal vez los admiremos pero no provocan en nosotros la chispa que nos anime a seguir adelante. En cambio, cuando sin temor habláramos de nuestros fracasos, la gente se siente identificada, incluso motivada a seguir adelante.
De manera que, amigo mío, su impacto en otros no siempre tendrá que ver con los éxitos alcanzados sino con su esfuerzo por superar sus propios fracasos -sentimientos con los que todos nos podemos identificar. El aguante y el amor a lo que hacemos puede y de hecho toma fuerza sobre nuestros fracasos.
Así que levántese y siga, persista, y no olvide que lo que hoy pueda resultar en fracaso, mañana puede ser un éxito… o al menos, una historia inspiradora de persistencia y resiliencia.