Los tiempos cambian… ¿para lo mejor?

Vivimos solo unas cuantas décadas y morimos. Los que tienen la dicha de vivir ocho de ellas son escasos y muy afortunados. La historia nos ayuda a ver que cada diez años las cosas cambian. Cada década trae nuevos inventos, avances en la tecnología, cambios en la moralidad, en la mentalidad y la actitud de cada generación en un proceso que parece interminable.

Komosabe nació justo al terminar la Segunda Guerra Mundial. Al mirar atrás puedo recordar con alguna claridad los cambios o supuestos cambios que han estado al alcance de mi muy limitada mirada. A ver:

“Al terminar la Guerra en 1945 la humanidad sintió que era momento de reconstruir y de valorar la vida. Muchos países y capitales europeas tenían que levantarse de los escombros. Se sembraba un despertar de valores y esperanzas noveles. De 1945 a 1955 ese fue el objetivo general.

Con otros tonos se vistió la década de 1955 a 1965. Aquí se enfatizó la importancia de la educación como un ideal para el éxito en la vida. Recuerdo que los rusos anunciaron con orgullo que enviaron al espacio la perra Laika y que la recuperaron de regreso con éxito. ¡Que noticia! Pero harían más: en esa misma década Yuri Gagarin, también ruso, da una vuelta a la Tierra desde el espacio. Los viajes al espacio parecían estar a las puertas.

En Cuba, los barbudos bajaron de la Sierra Maestra resueltos a cambiar lo malo por lo bueno y prometieron el fin de los abusos de una tiranía. ¿Cambió realmente el panorama? Rápidamente surgió la crisis por el emplazamiento de misiles rusos en esa misma isla lo que casi provoca la III Guerra Mundial. El 22 de noviembre de 1963 asesinan al 35to. presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy. El 2 de julio de 1964 el presidente Lyndon B. Johnson firma la revolucionaria ley de los derechos civiles. De un golpe la segregación racial queda prohibida en los Estados Unidos.

Durante la década siguiente de 1965 a 1975 se comenzaron las luchas para que se acepten los derechos civiles y los privilegios que la ley brinda a todos los ciudadanos. Una década de énfasis en derechos, pero no tanto a los deberes. El 4 de abril de 1968 asesinan a Martin Luther King, precisamente cuando las leyes de igualdad civil van abriéndose camino.

Los Estados Unidos al fin logra que un hombre pise la luna el 20 de julio de 1969. “Un paso pequeño para el hombre y paso inmenso para la humanidad.” Ahora esta nación se proclama al frente de la conquista del espacio.

Por otro lado, en esta década hubo mucha desmoralización producto de la guerra de Viet Nam y las protestas juveniles que se hicieron populares. Los jóvenes comenzaron a rebelarse contra las instituciones y se popularizan los hippies, la LSD, la marihuana y por supuesto, los Beatles. Los que vivimos esa década vimos cambios grandes pero no necesariamente para mejorar.

1975 a 1985 vimos cómo los padres se volcaron en la sobre protección de sus hijos, tal vez como resultado de las malas experiencias de la década anterior. Los maestros perdieron fuerza y los padres eran capaces de enfrentar a los maestros a favor de sus hijos. En Rusia comenzó a tomar fuerzas la Perestroika con nuevas promesas políticas. Padres sobreprotectores de sus hijos sembrarían la semilla de una generación por venir sin las herramientas necesarias para enfrentar el mundo cambiante.

En la década del 1985 a 1995 aparece una generación de jóvenes que se hicieron dependientes de sus padres. Una generación que enfrentaba el mundo, sin saber cómo. Los padres se hicieron más permisivos y parecía que todo lo que hicieran los hijos estaba bien. Comenzó la era de que la disciplina se convertiría en un enemigo que acomplejaba y afectaba a los hijos. La disciplina se convirtió en una mala palabra y aplicarla se convirtió en base para llevar a los padres a las cortes.

1995 a 2005 se revelan los fracasos nacionales, políticos y educativos por todas partes. Había confusión y parece que nadie tenía la respuesta. Unas instituciones decían una cosa y otras lo contrario. Se hizo público y a gran escala el abuso de menores por parte de clérigos. Cayeron las Torres Gemelas. El futuro no era como se pensó que sería en la década de la postguerra. El hombre no estaba viajando por las estrellas como era la propuesta de los años cincuenta.

Ese 11 de septiembre la vida cambió como la conocíamos

2005-2015 vuelve la tecnología a presentar la imagen de un futuro cómodo y accesible para todos. Apple y Microsoft luchan por el control del mercado de las computadoras. La revolución verde no alimentó a la humanidad, la capa de ozono se convierte en una amenaza real y el deshielo de los glaciares se derrite en proporciones no sospechadas. El hombre ve oscuro el futuro de su casa-planeta y la ciencia busca respuestas.

2015 al presente reflejan duras realidades que no podemos tapar con la mano. La corrupción a todos los niveles, el amor al dinero y a la fama enferman a casi todos los países del mundo. Surgen millonarios de un día al otro, nunca antes en el planeta ha habido tantos millonarios ni tanta inseguridad. Los valores se mueren. La tensión política, las enfermedades e incluso la pandemia del COVID-19 se convierten en elementos que cambian la vida de la humanidad por tiempos indeterminados.”

Para Komosabe, los tiempos parecen cambiar solo en el escenario, pero no en sus características básicas y vitales. Tal vez debemos empezarlo todo de nuevo. Como cuando un estudiante borra toda la página de su libreta y vuelve a empezar, aunque sea sobre borrones. Eduardo Galeano escribió: “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo.” La pregunta es: ¿podrían cambiarlo para lo mejor?

Entre la espada y la pared… NO BUSQUES CULPABLES.

NO BUSQUES CULPABLES.

NO PIERDAS ENERGÍAS NI ESFUERZOS EN ESTO. No te proporcionará ninguna satisfacción personal ni lograrás consuelo alguno. Todo lo contrario, te amargarás y te envenenarás la sangre. Y algo interesantemente y cruel a la vez, es que te sorprenderás de que la gente no asume ni acepta responsabilidad. Es un mal de nuestra generación que deja a la gente sin perdón y sin redención.

Y para todos los efectos prácticos, ni siquiera identificando por nombre y apellido a los culpables, de todas formas eso solo te pondría en el pasado, no en el presente ni en el futuro. De modo que creeme, no pierdas tu tiempo ni tus energías. Busca soluciones constructivas.

Los vertederos más populares son: El GOBIERNO, LA ESCUELA Y LA FAMILIA. Están llenos de toda la basura del mundo pero aceptando la culpa son como enormes remolinos que todo lo tragan y que parecen tragar y tragar más y más. Luego, al final de cuentas estas son instituciones que permanecen… y tu sigues sin salida y sin consuelo. No cometas este error.

SOMOS NOSOTROS PERSONAL E INDIVIDUALMENTE LOS QUE TENEMOS EL PODER DE DECIDIR. Somos nosotros los que estamos entre la espada y la pared. Es nuestra familia o son nuestros hijos. Debemos buscar soluciones, no culpables. 

Llegar a esta conclusión nos llevará al paso inevitable.  ASUMIR RESPONSABILIDAD.  En este lugar incómodo nos sentiremos motivados a utilizar nuestras habilidades, dones y energías de forma positiva descubriendo el MAYOR PODER QUE DISPONEMOS los seres humanos. El de decidir.

Es importante que entendamos que para comenzar un proyecto de la magnitud del que consideramos hoy, necesitamos todas las energías posibles. Por lo tanto, debemos abandonar las cargas que son un arrastre debilitante.

Una vez que dejamos de buscar culpables logramos DOS BENEFICIOS IMPORTANTES:

  1. SENTIRNOS MÁS ALIVIADOS
  2. ASUMIR RESPONSABILIDAD PERSONAL

 

Entre la espada y la pared… IDENTIFICA TU OBJETIVO.

IDENTIFICA TU OBJETIVO.

No estamos hablando de filosofía. Estamos hablando de lo que resulta práctico para enfrentar problemas y hallar soluciones cuando hemos llegado a estar “entre la espada y la pared”. Algunas ilustraciones pueden ayudarnos a darnos cuenta del enfoque que llevaremos en esta segunda recomendación.

¿Qué hace un corredor? A punto de salir ¡mira la meta a la distancia! Porque ese es su objetivo, la meta. Luego mientras corre tiene su vista en la meta. No quita un solo segundo, de su mente, su meta. ¿Qué hace un maestro de obras cuando empieza una construcción? ¡Mira el plano de la casa! Su objetivo es terminarla. No lo mira una vez y ya. Lo consulta a diario. ¿Qué hace un boxeador? ¡Estudia dónde va a dar el golpe! Su objetivo es tumbar al oponente. Busca oportunidades rápidas porque de otro modo es su contrincante el que las encontrará.

De modo que hay que tomar decisiones amigo(a) mio(a) Visualiza tu objetivo. ¿QUÉ ES EXACTAMENTE LO QUE QUIERES?

Tenemos que tener expectativas realistas. Si las ponemos muy altas nos vamos a sentir frustrados de modo que deseamos tener claro el objetivo que tenemos. NO es suficiente con “quiero que mejoren las cosas.” Eso es muy general. ¿Qué es exactamente lo que quieres que mejore? ¿Quiero dejar de beber? ¿Quiero dejar de jugar por dinero?  ¿Quiero tener un trabajo?  ¿Quiero mudarme a otro barrio? ¡Eso es! ¡Sé específico! NECESITAMOS OBJETIVOS CONCRETOS Y DEBEMOS VISUALIZARLOS.

Eso es lo que queremos decir con IDENTIFICAR el objetivo: ¿Cómo seré si puedo abandonar el alcohol? ¿Cómo se va a sentir mi hija, mi esposa? ¿Cómo me voy a sentir cuando abandone el vicio de jugar? ¿Cómo me sentiré cuando consiga un trabajo? ¿Cómo eso puede ayudar a la familia? ¿Que ventajas tendré si me mudo de barrio? ¿Cómo puedo evitar pelear con mis hijos? ¿Qué les molesta? ¿Puedo ser más cariñoso? ¿Puedo ser más comprensivo?

Queremos ser realistas también. ¿Qué implica eso? Implica reconocer que HAY COSAS QUE NO PODEMOS CAMBIAR. 

Debemos identificar estas para no perder nuestro entusiasmo. Identifiquemos el objetivo que sea ALCANZABLE en nuestras circunstancias. Luego pasaremos al siguiente objetivo ALCANZABLE y al tercero, por etapas. Reconocer esto nos ayudará a mantenernos felices porque vemos resultados.

Entre la espada y la pared …TOMA DECISIONES.

TOMA DECISIONES.

Hasta ahora todo lo que estamos planificando para salir de la situación dura está ocurriendo en nuestra mente. No ha sido tiempo perdido porque si no nos organizamos aquí arriba, en la cabeza, no podremos organizar nuestras acciones a un nivel inteligente. Esto es en realidad un secreto. No vamos a tener éxito en ninguna empresa si no empezamos a ejecutar los pasos EN NUESTRA MENTE implicando nuestros sentimientos o nuestro CORAZÓN en las acciones.

Podemos ilustrarlo con el alimento. Cuando te lo comes no engordas al segundo. Tal vez si eso ocurriera comeríamos menos!!! Pero la realidad es que el proceso es lento. El alimento tiene que digerirse primero, tiene que procesarse y luego nos va a suministrar la energía que necesitamos.

Lo mismo ocurre con las decisiones. Las tomamos PRIMERO en la mente. Nos enfocamos en la mente y entonces llega el momento de actuar, UNA VEZ QUE ESTAMOS FUERTES.

No podemos abandonar la tarea en un par de semanas. No podemos ir ni muy rápido ni muy lento. Una forma de llevar un buen ritmo de progreso en nuestro plan es trabaja por etapas. Una etapa a la vez. No esperes demasiado, pero usa cada día para hacer algo más.

Una prenda de ropa no se conforma de algunos nudos para sujetar las partes al traje sino que hay miles, sí miles de puntaditas de hilo bien pequeñitas que unen las piezas para formar un todo. CADA DÍA contribuye a la meta que te has trazado.

Y recuerda: DEBES HACER ALGO HACIA ESA META TODOS LOS DÍAS. 

 

 

Entre la espada y la pared… ¡NO RENUNCIES!

¡NO RENUNCIES!

No soy boxeador ni tampoco fanático del deporte de los guantes pero creo que cualquiera de nosotros conoce la práctica establecida de los entrenadores del boxeo. Cuando el entrenador jefe se percata de que le están dando una paliza a su púgil y el referí no hace nada por separarlos, si él entiende que se le está haciendo daño que puede ser irreparable,  toma la toalla y la tira como señal al referi de que para le pelea. Y tal proceder es sabio porque el boxeador puede quedar lastimado para el resto de su vida o incluso, morir en el ring. Es mejor retirarse de una pelea, vivo, que pelearla hasta el final y morir. Es como dice el dicho: “más vale perro vivo que león muerto.”

Claro, quien tira la toalla no es el boxeador. El papel de él es fajarse y demostrar su valor, no obstante, está confiado en que el entrenador en jefe tampoco va a dejar que lo maten. ¿Aprendemos algo?

Muchas veces en la vida, lo importante es “fajarse” y trabajar duro sin rendirse. Muchos retos son duros y se requiere mucho valor para enfrentarlos. Algunos de nosotros somos luchadores natos y hemos aprendido a “fajarnos a palos” por lo que creemos y por lo que amamos. Mi padre fue un gran ejemplo en mi vida. Pudiera citar infinidad de situaciones que yo conocí en las que de veras se “fajó”. En particular recuerdo lo que hizo cuando mi madre falleció. El viejo no se rindió. No perdió el interés por la vida aunque extrañaba mucho a mi madre. Se mantuvo solo pero se concentró en ayudar a los demás. No tiró la toalla. Nadie lo hubiese culpado si se hubiese vuelto a casar, recuerdo que hasta en cierta ocasión le dije que ni yo ni mi hermana lo juzgaríamos de forma negativa si se volvía a casar. Pero no mi padre. A sus 78 años se concentró en otros y cuando murió a los 83 años estaba tan ocupado y feliz con lo que hacía que nunca vio la necesidad de ir a un matrimonio por sentirse solo. El viejo no era alguien que tiraba la toalla. Es probable que conozcas personas así, son luchadores y van a serlo hasta el último día de sus vidas. Debemos ser como ellas. Si nos rendimos después de empezar todo va a caerse y tendremos que empezar de nuevo.

Empezar de nuevo NO es una mala palabra, sin embargo, sabemos que tendremos que volver a pasar por ansiedades ya superadas. Es mejor no rendirnos.

 

 

La historia, por su parte nos ofrece otro ejemplo de un gran guerrero que no tiraba la toalla fácilmente. Cuando embarcó a sus guerreros y los pertrechos necesarios en sus naves y llegó a las costas mejicanas, hizo lo que nadie supuso. Cuando todas las tropas y pertrechos estaban en la playa, secretamente envió a algunos de sus hombres de confianza a quemar sus propias naves. Dicen que fue entonces cuando Cortés, el famoso conquistador español dijo a sus hombres: “Como ven nuestras naves se han convertido en humo. ¡Eso significa que no podremos abandonar estas playas con vida a menos que triunfemos! Ahora no tenemos otra elección, ¡se trata de ganar o perecer!” ¡Y ganaron! ¡Conquistaron!

En ocasiones logramos triunfar porque no tenemos otra opción. Hubiésemos tirado la toalla pero como no teníamos forma de retirarnos… ¡logramos conquistar! Eso es perseverancia. Eso es valor. Eso es esforzarse por no tirar la toalla.

Ahora bien, ¿significa esto que jamás es apropiado retirarse de una batalla, de una pelea o de una situación difícil?

Dejemos la respuesta para mañana.

PIENSA EN ESTO

  • ¿Cuántas veces te has “fajado” por vencer en una situación complicada y difícil? ¿Por qué venciste? 
  • ¿Has conocido personas muy luchadoras? 
  • ¿Qué has aprendido de ellas?

La historia, por su parte nos ofrece otro ejemplo de un gran guerrero que no tiraba la toalla fácilmente. Cuando embarcó a sus guerreros y los pertrechos necesarios en sus naves y llegó a las costas mejicanas, hizo lo que nadie supuso. Cuando todas las tropas y pertrechos estaban en la playa, secretamente envió a algunos de sus hombres de confianza a quemar sus propias naves. Dicen que fue entonces cuando Cortés, el famoso conquistador español dijo a sus hombres: “Como ven nuestras naves se han convertido en humo. ¡Eso significa que no podremos abandonar estas playas con vida a menos que triunfemos! Ahora no tenemos otra elección, ¡se trata de ganar o perecer!” ¡Y ganaron! ¡Conquistaron!

En ocasiones logramos triunfar porque no tenemos otra opción. Hubiésemos tirado la toalla pero como no teníamos forma de retirarnos… ¡logramos conquistar! Eso es perseverancia. Eso es valor. Eso es esforzarse por no tirar la toalla.

 

PIENSA EN ESTO

  • ¿Cuántas veces te has “fajado” por vencer en una situación complicada y difícil? ¿Por qué venciste? 
  • ¿Has conocido personas muy luchadoras? 
  • ¿Qué has aprendido de ellas?

(Si deseas ofrecer algún comentario, no dejes de hacerlo. ¡Gracias por tu visita!)

 

 

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED -El accidente.

Con esa expresión castellana nos referimos a estar en una situación difícil de la que no podemos escapar ilesos. Claro está, no siempre tiene que usarse la expresión para aplicarla en sentido literal y físico sino que también puede que la usemos al estar en una situación difícil en sentido emocional, moral o espiritual. Esa sola expresión nos transmite la idea de no hallar la salida, y si la hallas, puede que te deje marcas o citatrices por toda la vida. ¿Te has encontrado alguna vez entre la espada y la pared?

A los 28 años de edad, mientras practicaba su deporte favorito, Aron Lee Ralston, vivió una experiencia inesperada que le marcó para el resto de su vida. Era el mes de abril del año 2003 y Ralston descendía sin novedades por el Cañón Blue John en el estado de Utah, Estados Unidos. De repente una roca se desprendió atrapando el antebrazo derecho de Ralston y pillándolo contra la pared del Cañón. Trató y trató de sacar el brazo pero la piedra de 800 libras lo pillaba sin esperanzas de salir del lugar que, al parecer, se convertiría en su tumba. No le había contado a nadie de sus planes de ir de excursión de modo que sabía que no iba a ir nadie a buscarlo. No tenía radio transmisor ni teléfono. No tenía alimentos consigo. Apenas le quedaba un poco de agua.

Pasaron 10 horas, 20, 50 horas y el dolor del brazo ya era insoportable. El agua que llevaba se acabó. Pasaron 50 horas más. Suponiendo que iba a morir, decidió tallar en la pared del cañón su nombre, fecha de nacimiento y la presunta fecha de su muerte. Después de 5 días tratando de levantar o romper la roca, el deshidratado, hambriento y delirante hombre de 28 años pensó que si pudiera amputarse el brazo tal vez podría salvar su vida. Cuando habían pasado 120 horas se decidió. Pero lo único con lo que contaba era con una navaja multiuso embotada… ¡tenía que hacerlo si quería sobrevivir! Finalmente, pudo liberarse, dejando su antebrazo amputado entre las rocas.

 

Entonces, sangrando tuvo que bajar usando su único brazo una escarpada pared de 65 pies hasta que se encontró con tres turistas que le ayudaron. Había perdido el 25% de su volumen sanguíneo. Ralston nunca olvidará las 127 horas más angustiosas de su vida.

La película sobre su experiencia se intitula “127 horas” y es impactante.

¿Alguna vez le ha colocado la vida en una situación de la que sabe que no podrá salir sin cicatrices, tal vez en sentido emocional?

Aunque estuvo “entre la espada y la pared” Ralston pudo salir de aquella dolorosa e inesperada situación gracias a que supo y pudo tomar la decisión correcta en el momento correcto. ¡Salvó su vida gracias a esa decisión valiente!  ¿Qué hubieses hecho tu?

PIENSA EN ESTO:

¿Crees que Ralston tomó la decisión correcta?

¿Piensas que hubieses hecho lo mismo que él hizo?

¿Tienes la tendencia a tomarte lástima cuando te encuentras frente a una decisión

    emocionalmente difícil?

        Continuará…

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED -Lo que nos rodea.

La foto de la izquierda es la de Danny Trejo. Nació en Los Angeles y es de ascendencia Mexicana. Es muy probable que lo hayas visto muchas veces en papeles de abusones o tipos malos en decenas de películas de Hollywood. Bueno, la realidad es que Danny Trejo es uno de los que ha estado “entre la espada y la pared”… y de ahí no se puede salir sin cicatrices.

Ya a los 8 años estaba familiarizado con el mundo del crimen y fumaba hierba. A los doce ya sabía darse “un pase” y a los trece tenía su primera pistola. Fue introducido en el mundo del crimen por la influencia de su tío quien solo era unos pocos años mayor que Danny. En su caso, fue la asociación con otras personas delincuentes la que le puso “entre la espada y la pared.”

Durante la década de los sesenta, Danny entraba y salía de las prisiones de California. Su última prisión ocurrió temprano en los setenta. Danny comenzó a destacarse en la Prisión de San Quintín como boxeador. El dice: “En la cárcel, cada día tienes que decidir ser un depredador o una presa”.

Si alguien estaba entre la espada y la pared era Danny. Su aspecto físico, su pasado, su adicción y su actitud violenta lo mantenían en un lugar espiritual, moral y emocional en el que ninguno de nosotros quisiera estar.

Luego de una carrera delictiva y de adicción a las drogas Danny aceptó la ayuda del programa de LOS DOCE PASOS (Twelve Steps Program). Hoy celebra 49 años de estar sobrio y de ser un actor exitoso en Hollywood. ¿Sus cicatrices? Su pasado. Sus tatuajes. Sus recuerdos. Hoy es un hombre de éxito y sin lugar a dudas uno digno de admirar y una prueba adicional de que sea por una o por otra razón, ¡no tienes que morir allí presa del lugar donde la vida te llevó! Pero ¿harás el esfuerzo?

Nadie tiene el completo control de su vida, sin embargo, todos podemos decidir cambiarla. No podemos evitar venir de donde venimos, cambiar nuestra cultura, nuestros padres o nuestras circunstancias. Lo que sí podemos hacer que queda en nuestras manos es superarnos, salir adelante, quizás luego de varias cicatrices, golpes o marcas emocionales, no rendirnos. Puede que lleguemos a estar entre la espada y la pared producto de un accidente, puede que desde nuestrea cuna el ambiente en el que nacemos no es el mejor… pero si de veras lo deseamos, podemos luchar por mejorar, por cambiar, por salir del atolladero en el que se nos ha puesto. Y eso, estimado amigo, sí depende de cada uno de nosotros.

PIENSA EN ESTO:

  • ¿Eres de los que crees que el destino te marca y la vida te lleva sin que puedas hacer nada para evitarlo?
  • Danny aceptó la ayuda de unprograma de alchoolicos anónimos. ¿Aceptarías tu la ayuda para salir de una situación al parecer desesperanzada?

Continuará en la parte 3 de esta serie.

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED -Lo inesperado.

Redmond Derek se preparaba para su participación en las Olimpiadas. Corre el año de 1993. Derek tenía una serie de victorias impresionante. Era campeón de la carrera 4 x 400 metros de relevo (medalla de oro) y de relevo de 400 metros sin vallas, pero ahora llegaba la prueba más dura en las Olimpiadas de Barcelona. En las pruebas de la carrera de 400 metros tenía el mejor promedio de modo que era el favorito para ganar.

Llegó el momento. El disparo avisor resonó por el estadio y Derek salió disparado. Era un hombre alto y parecía volar sobre el carril de la pista. Entonces, faltando 250 metros para la meta, Derek sintió un profundo dolor en el tendón de la corva. Tan fuerte fue el dolor que quedó de rodillas en la pista mientras sus compañeros competidores avanzaron a toda velocidad hacia la meta. El video es impresionante.

En el estadio había 65,000 asistentes que ovacionaron a Derek y su valor. Aunque con un intenso dolor y llorando, ayudado por su padre, Redmond Derek llegó a la meta. No ganó la carrera pero llegó hasta donde se proponía llegar. Un verdadero campeón, un atleta que no se rinde fácilmente, aunque se encuentre “entre la espada y la pared”.

¿Cómo mides el valor? La velocidad se mide en kilómetros. El peso se mide en libras. ¿Cómo mides el valor? No hay forma de medirlo y con todo, cuando vemos un acto de valor sabemos medirlo, sabemos valorarlo y admirarlo. Lo cierto es que cuando el padre de Derek decidió correr al lado de su hijo para ayudarlo, inmediatamente lo descalifió de la carrera. Ni a ellos ni al público presente les importó. No les importó que en el registro de las Olimpiadas de Barcelona apareciera la nota que indicaba que Derek había sido descalificado. Lo que hicieron fue mucho más valeroso y digno que incluso lo hubiese sido ganar aquella carrera.

Como quien reconoce el valor, tiempo después, en el 2012 el mismo padre de Derek (Jim) fue seleccionado para llevar la antorcha de los juegos de verano en Londres, sin duda un privilegio que se le concedió, quizás en reconocimiento de su valor al estar dispuesto a ayudar a su hijo a cualquier costo.

PIENSA EN ESTO:

¿Harías tu lo mismo que hizo el padre de Derek por tu hijo?

¿Crees que el valor puede ayudarte a tomar una decisión difícil?

¿Cuál fue la decisión difícil, seguir corriendo hasta la meta o aceptar que se perdió la carrera?

Continuará en la parte 4 de esta serie.

 

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED -Las circunstancias.

Operah Winfrey. Es nuestro ejemplo cuando se trata de ser víctima del ambiente.
Creo que todos hemos visto a Operah Winfrey en alguno de sus exitosos programas. Lo más reciente de ella es que considera postularse para presidente.  Pero sus primeras circunstancias la pusieron entre la espada y la pared.

Operah nació en la pobreza en una zona rural de Mississippi de una madre adolescente. Según ella relata fue abusada durante su niñez y temprana adolescencia. Llegó a ser madre a los 14 pero su hijo murió durante su infancia. Le enviaron a vivir a Tennessee con la persona a quien ella llama papá y fue allí donde tuvo una oportunidad de trabajar en la radio mientras todavía cursaba la Escuela Superior. De ahí a ser ancla de noticias de la tarde a los 19 años.

Pronto su facilidad de expresión la impulsó a poner un noticiero de Chicago que estaba en tercer lugar al primer lugar. Lo demás es historia. Hoy Operah es una mujer exitosa cuyo salario se aproxima a los 78 millones anuales.  Pero su verdadero valor tiene que ver con que se recuperó de una situación muy difícil con la que nació y sobre la que ella no tenía ninguna responsabilidad ni control.  Salió de entre la espada y la pared.