Las playas de Europa… ¿cuán atractivas son?

Es probable que alguna vez te hayan llamado la atención las playas europeas en las que abunda el destape. No porque piense que eres un pervertido o algo así sino porque muchas veces nos pincha la curiosidad, cosa típica de la naturaleza humana. Sea como sea muchos, hombres y mujeres, alguna vez han pensado que sería “interesante” ir a una de ellas. Pues bien, te contaré lo que un amigo que recientemente ha venido de España me cuenta. Su punto de vista debe tomarse en consideración porque pienso que es lo que la mayoría de nosotros los caribeños sentiríamos. Así, por lo menos con los ojos ajenos podemos tener una idea de lo que pudiera ser nuestra experiencia.

La verdad es que para empezar no es para nada una vivencia romántica. Dice él: “Llego con mi esposa, busco mi sombrilla cerca de la orilla y comienzo a disfrutar de mi día libre. Fue entonces que un par de viejitos, en sus ochenta se acercan, nalgas al aire, entre otras cosas, caminando sobre la arena caliente y sin apenas poder avanzar por toda la orilla de la playa. Soy culpable de mirarlos pero a la vez de aterrorizarme por la escena. Tanto mi esposa como yo, con nuestros trajes de baño puestos, nos los tocamos en un ademán de protección,  preocupados de que se nos pudieran aflojar y caer. ¡Que horror!”

Sigue diciendo: “Ahora con un ojo abierto y otro cerrado pienso que no he seleccionado el mejor lugar para mi día libre en el que deseaba descansar y relajarme. Francamente ya no estoy tan relajado. Pero la experiencia se complicaría un poco más a medida que pasaba el día.” Me gustaría intervenir aquí con un dato curioso. En España no hay playas nudistas porque no son necesarias. El nudismo está permitido en la playa. Curioso es también que muchas personas toman el sol completamente desnudas pero cuando van al agua, se ponen su traje de baño. Sí, se ponen el traje de baño para tirarse al agua. Está bien yo tampoco lo entiendo pero es la costumbre. Ya decía mi madre: “Hay gustos que merecen palos”.

Hay que tener cuidado con otro tema, para nosotros, natural pero peligroso en las playas españolas. Los famosos selfies. “Mi esposa y yo decidimos tomarnos un selfie. No nos dimos cuenta de que detrás de nosotros había una señora topless. Tomamos la foto y sin percatarnos se la enviamos a nuestros amigos. Cuan sorprendidos quedamos cuando nos dijeron que no enviáramos esa foto a los amigos en Estados Unidos porque teníamos a una señora en bolas justo detrás. Efectivamente, no pasaron dos minutos cuando la familia comenzó a preguntarnos: ¿Dónde están ustedes metidos?”

“No es extraño que para la mayoría de los nacidos en los Estados Unidos el choque cultural nos provoque un estado incómodo. No estoy acostumbrado a hablar con un español y al lado ver a su mujer desnudarse para tomar el sol. En vez de ser una experiencia agradable, para mi ha sido una experiencia desagradable. Claro, comprendo el aspecto cultural pero comprenderlo no impide que te sea chocante y francamente desagradable.” Muchas veces lo que podemos imaginar o suponer atractivo en nuestra imaginación, en la vida real no lo es.

Aprendamos de esta experiencia de mi amigo una lección interesante. Lo que se tapa es lo que atrae, lo que se enseña pierde interés. Ahora, tenemos una idea de lo que para el ojo de mi amigo, son las playas de España. Puede que ahora más que nunca te interese pasear por ellas, pero yo, prefiero el agua caliente del caribe, con la mente sosegada del que va a disfrutar de una experiencia agradable, sosegada y serena bajo el sol de nuestras playas caribeñas.

Esa obra de arte llamada “escritorio”.

Desde que el escritorio existe, hay que reconocer que ha sido uno de los muebles más mal utilizados. No dudaría yo que uno de estos días un legislador quisiera publicar una ley a favor del “escritorio abusado.”  Podemos decir con detalles para qué se utiliza pero, en vez de eso, quiero comenzar con aclarar para qué NO se debe utilizar el escritorio.

PARA QUÉ NO DEBE UTILIZARSE EL ESCRITORIO.

A juzgar por los centenares de escritorios que he visto, debo mencionar que no se supone que el escritorio sea utilizado para recoleccionar papeles. Muchos que van a los depósitos de papel para buscar papeles viejos deberían mejor pasar por las oficinas y rescatar la inmensa cantidad de papel reciclable que se haya por todas partes en los escritorios de secretarios y secretarias, sin contar los jefes de oficina y empleados de bancos. Seguro que prosperarían más si incursionaran tan solo por la superficie de los miles de “escritorios abusados” del país.

Tampoco los escritorios deberían utilizarse para almacenar alimentos. Manzanas, bananos, naranjas entre otras frutas además de chicles, golosinas, chocolates mordidos, ropa, sombrillas, calcetines y otros artículos que no son ni tienen nada que ver con el trabajo. Claro, tampoco tienen nada que ver con la manifestación de hormigas que como diablillos hacen fiesta de todo lo que dejamos en las gavetas por el fin de semana.

Algunos por supuesto van a poner el grito en el cielo porque el escritorio personal puede considerarse como un objeto que casi casi hemos parido a nuestro gusto y gana. Y es verdad, muchos, muchísimos escritorios se parecen a sus dueños. Pero echando a un lado las sensitividades personales tratemos de investigar por qué algunos usan mal el dichoso escritorio.

En primer lugar está la filosofía de que “tengo en mi escritorio los documentos que no debo olvidar o los apuntes que debo tener en cuenta.” Pero esto no da resultado alguno. ¿Sabe por qué? Porque cuando miras tu escritorio no puedes ver absolutamente nada sino solo un reguero de papeles que van a interrumpir el tren de nuestros pensamientos y de las cosas que debemos hacer en el momento. Además, con el tiempo el montón de papeles se hace más y más alto y comenzamos a olvidar para qué están allí. Se han hecho estudios que indican que algunos empleados han pasado más de dos horas buscando documentos sobre su escritorio y que supuestamente habían dejado allí para no olvidarlos.

Finalmente, debemos recordar que un escritorio no es un lugar para guardar o exhibir trofeos, condecoraciones, fotografías ni reproducciones de los enanitos de Blanca Nieves. Cuando pones todas estas cosas sobre tu escritorio no te va a quedar mucho espacio para trabajar y organizarte.

Dicho lo que no es o lo que no debe ser tu escritorio, debemos repasar lo que sí se supone que sea… antes de escribir sobre esto, ¡debo organizar el mío!

Piensa en esto:

ECHA UNA MIRADA A TU ESCRITORIO.

¿Qué cosas no deben estar allí? Organízalas ahora mismo y comienza a descubrir cosas olvidadas.

Si organizas tu escritorio vas a trabajar con la mente más despejada y serás más productivo.

 

¿Dónde está la ropa?

Ayer salí con mi esposa de compras. Me gusta acompañarla aunque otros esposos piensen que me falta un tornillo. Pero la verdad es que me gusta acompañarla y de una u otra forma yo mismo casi siempre salgo con algo que andaba buscando pero que no encontraba por no salir de tiendas, digamos que siempre hay un beneficio marginal. ¿Y sabes quién es la primera en encontrarlo? Mi esposa. No hay duda de que su aprecio porque le acompañe se refleja en sus miradas y acciones de alegría.

Lo pasamos muy bien, conversamos y a la vez quedamos sorprendidos de la poca ropa de calidad que encuentras en las tiendas hoy. Visitamos las más caras y las menos caras pero básicamente era lo mismo, unos con precios para ricos y otras con precios para menos ricos pero la misma mala calidad. Al final de siete horas de esperada labor, sin correr pero sin perder tiempo, no encontramos mucho. ¿Alguien sabe dónde han puesto la ropa?

Hay millones de artículos, no me mal entienda, pero lo que predomina es la ropa chatarra.  Camisetas, pantalones vaqueros y ropa deportiva pero… ¿ya no hay gente que se vista? Hace años, cuando acompañaba a mi esposa al probador, era común que llevara dos o tres trajes y de estos probablemente le servían todos y entonces era cuestión de escoger cuál. Hoy ella puede llevar dieciocho trajes al probador y no poder comprar ninguno. Parece que las tallas no son las mismas, y un diez puede ser un catorce o cuando te lo pones te falta tela por algún lado. No importa lo que diga la etiqueta, te lo tienes que probar y quedar horrorizado de los resultados. Eso sin contar que hay telas que mi pobre mujer se pone y no le quieren salir del cuerpo… ¡se tiene que fajar con el traje para quitárselo de encima! Años atrás tenías quién te atendía y te ayudaba trayéndote otro tamaño pero ahora, ni uno puede pasar al probador, ni le queda otro remedio a la mujer que empacar sola toda su compra de regreso para repetir el mismo proceso tantas veces como energía tenga la mujer… o carácter tenga el acompañante.

Cuando los que manejan las fábricas se ponen de acuerdo para fabricar solo vestiditos transparentes sin mangas, parece que eso es lo único que se fabrica y las pobres mujeres, como la mía, que no es ninguna adolescente no encuentra un traje decente, bien hecho que no cueste una fortuna. Lo mismo pasa con los zapatos. Cuando los fabricantes deciden fabricar chancletitas o zandalias no encuentras un par de zapatos clásicos de oficina, simplemente se desaparecen.

¿Será que China y Taiwan nos están llenando de los trapos que ellos no venden por allá? Yo entiendo a los jóvenes, ellos no saben de otra cosa que no sean camisitas y shorts pero por lo que veo, no van a aprender a vestir nada más toda su vida. Las chancletas sin medias hacen el calcetín un artículo innecesario solo para viejos. What?? Para mi, tanto jovenes como viejos en los centros comerciales dan pena y son una imagen triste de un país que va empobreciendo a velocidades impresionantes.

Cuando visitamos Beijín, hace poco más de una década, nos sorprendió lo mal que se vestían los chinos. Lo comprendimos pues China era un país pobre. Lo mismo nos pasó cuando visitamos El Cairo, no eran extrañas las chancletas y la ropa de bajo nivel. En ese tiempo en los Estados Unidos, aunque todavía se usaban las chancletas y los shorts, eran artículos de lujo para parejas retiradas. Hoy es un cuadro lamentable ver que nuestros jovenes y viejos van a las universidades a medio vestir y sin la más mínima conciencia de la impresión que nos dan.

¿Dónde está la ropa? Resulta que ahora solo la veo cuando el presidente hace una conferencia de prensa o cuando un abogado presenta su caso en corte. Creo que el mundo se está desnudando, pero no tanto por el aspecto atrayente o no atrayente que el desnudo pueda tener sino porque no hay ropa decente, bien hecha, que ponerse. Le presento este reto a ver a qué conclusión llega. Solo son unas cuantas preguntas y las respuestas las debe tener en la punta de la lengua. 1. ¿Cómo va vestida la gente a su iglesia? ¿Cómo las vió vestidas en el último funeral que usted asistió? ¿Cómo ve que se visten los artistas? ¿Cómo va vestido a clase su maestro? ¿Cuántos trajes tienes en tu closet? ¿Cuántos zapatos de cordones tienes? Si eres mujer ¿cuántos de tacón alto en comparación con los tennis y chancletas? ¿Serás que tu también has entrado en esta avalancha de desnudismo?

Lucir como mamarracho parece que es la consigna de los jovenes de hoy. ¡Ah! y mientras más ridículo, resulta que eres más “cool”. Lo que me parece es que la moral del mundo en cuanto a lo que es digno y hermoso ha cambiado tanto que ya no parece reconocerse lo limpio de lo sucio y lo apropiado y digno de lo que ni lo parece ni lo es.

Pues como de vez en cuando aparece alguien o algo con sentido común, le suplico que si lo encuentra, me lo deje saber porque voy a hacer fila con mi esposa para comprar allí. Estamos hartos de comprar basura en tiendas de “prestigio”. Apreciaré la ayuda si alguien puede decirme ¿dónde está la ropa?

Entre la espada y la pared… NO BUSQUES CULPABLES.

NO BUSQUES CULPABLES.

NO PIERDAS ENERGÍAS NI ESFUERZOS EN ESTO. No te proporcionará ninguna satisfacción personal ni lograrás consuelo alguno. Todo lo contrario, te amargarás y te envenenarás la sangre. Y algo interesantemente y cruel a la vez, es que te sorprenderás de que la gente no asume ni acepta responsabilidad. Es un mal de nuestra generación que deja a la gente sin perdón y sin redención.

Y para todos los efectos prácticos, ni siquiera identificando por nombre y apellido a los culpables, de todas formas eso solo te pondría en el pasado, no en el presente ni en el futuro. De modo que creeme, no pierdas tu tiempo ni tus energías. Busca soluciones constructivas.

Los vertederos más populares son: El GOBIERNO, LA ESCUELA Y LA FAMILIA. Están llenos de toda la basura del mundo pero aceptando la culpa son como enormes remolinos que todo lo tragan y que parecen tragar y tragar más y más. Luego, al final de cuentas estas son instituciones que permanecen… y tu sigues sin salida y sin consuelo. No cometas este error.

SOMOS NOSOTROS PERSONAL E INDIVIDUALMENTE LOS QUE TENEMOS EL PODER DE DECIDIR. Somos nosotros los que estamos entre la espada y la pared. Es nuestra familia o son nuestros hijos. Debemos buscar soluciones, no culpables. 

Llegar a esta conclusión nos llevará al paso inevitable.  ASUMIR RESPONSABILIDAD.  En este lugar incómodo nos sentiremos motivados a utilizar nuestras habilidades, dones y energías de forma positiva descubriendo el MAYOR PODER QUE DISPONEMOS los seres humanos. El de decidir.

Es importante que entendamos que para comenzar un proyecto de la magnitud del que consideramos hoy, necesitamos todas las energías posibles. Por lo tanto, debemos abandonar las cargas que son un arrastre debilitante.

Una vez que dejamos de buscar culpables logramos DOS BENEFICIOS IMPORTANTES:

  1. SENTIRNOS MÁS ALIVIADOS
  2. ASUMIR RESPONSABILIDAD PERSONAL

 

Entre la espada y la pared… IDENTIFICA TU OBJETIVO.

IDENTIFICA TU OBJETIVO.

No estamos hablando de filosofía. Estamos hablando de lo que resulta práctico para enfrentar problemas y hallar soluciones cuando hemos llegado a estar “entre la espada y la pared”. Algunas ilustraciones pueden ayudarnos a darnos cuenta del enfoque que llevaremos en esta segunda recomendación.

¿Qué hace un corredor? A punto de salir ¡mira la meta a la distancia! Porque ese es su objetivo, la meta. Luego mientras corre tiene su vista en la meta. No quita un solo segundo, de su mente, su meta. ¿Qué hace un maestro de obras cuando empieza una construcción? ¡Mira el plano de la casa! Su objetivo es terminarla. No lo mira una vez y ya. Lo consulta a diario. ¿Qué hace un boxeador? ¡Estudia dónde va a dar el golpe! Su objetivo es tumbar al oponente. Busca oportunidades rápidas porque de otro modo es su contrincante el que las encontrará.

De modo que hay que tomar decisiones amigo(a) mio(a) Visualiza tu objetivo. ¿QUÉ ES EXACTAMENTE LO QUE QUIERES?

Tenemos que tener expectativas realistas. Si las ponemos muy altas nos vamos a sentir frustrados de modo que deseamos tener claro el objetivo que tenemos. NO es suficiente con “quiero que mejoren las cosas.” Eso es muy general. ¿Qué es exactamente lo que quieres que mejore? ¿Quiero dejar de beber? ¿Quiero dejar de jugar por dinero?  ¿Quiero tener un trabajo?  ¿Quiero mudarme a otro barrio? ¡Eso es! ¡Sé específico! NECESITAMOS OBJETIVOS CONCRETOS Y DEBEMOS VISUALIZARLOS.

Eso es lo que queremos decir con IDENTIFICAR el objetivo: ¿Cómo seré si puedo abandonar el alcohol? ¿Cómo se va a sentir mi hija, mi esposa? ¿Cómo me voy a sentir cuando abandone el vicio de jugar? ¿Cómo me sentiré cuando consiga un trabajo? ¿Cómo eso puede ayudar a la familia? ¿Que ventajas tendré si me mudo de barrio? ¿Cómo puedo evitar pelear con mis hijos? ¿Qué les molesta? ¿Puedo ser más cariñoso? ¿Puedo ser más comprensivo?

Queremos ser realistas también. ¿Qué implica eso? Implica reconocer que HAY COSAS QUE NO PODEMOS CAMBIAR. 

Debemos identificar estas para no perder nuestro entusiasmo. Identifiquemos el objetivo que sea ALCANZABLE en nuestras circunstancias. Luego pasaremos al siguiente objetivo ALCANZABLE y al tercero, por etapas. Reconocer esto nos ayudará a mantenernos felices porque vemos resultados.

Entre la espada y la pared …TOMA DECISIONES.

TOMA DECISIONES.

Hasta ahora todo lo que estamos planificando para salir de la situación dura está ocurriendo en nuestra mente. No ha sido tiempo perdido porque si no nos organizamos aquí arriba, en la cabeza, no podremos organizar nuestras acciones a un nivel inteligente. Esto es en realidad un secreto. No vamos a tener éxito en ninguna empresa si no empezamos a ejecutar los pasos EN NUESTRA MENTE implicando nuestros sentimientos o nuestro CORAZÓN en las acciones.

Podemos ilustrarlo con el alimento. Cuando te lo comes no engordas al segundo. Tal vez si eso ocurriera comeríamos menos!!! Pero la realidad es que el proceso es lento. El alimento tiene que digerirse primero, tiene que procesarse y luego nos va a suministrar la energía que necesitamos.

Lo mismo ocurre con las decisiones. Las tomamos PRIMERO en la mente. Nos enfocamos en la mente y entonces llega el momento de actuar, UNA VEZ QUE ESTAMOS FUERTES.

No podemos abandonar la tarea en un par de semanas. No podemos ir ni muy rápido ni muy lento. Una forma de llevar un buen ritmo de progreso en nuestro plan es trabaja por etapas. Una etapa a la vez. No esperes demasiado, pero usa cada día para hacer algo más.

Una prenda de ropa no se conforma de algunos nudos para sujetar las partes al traje sino que hay miles, sí miles de puntaditas de hilo bien pequeñitas que unen las piezas para formar un todo. CADA DÍA contribuye a la meta que te has trazado.

Y recuerda: DEBES HACER ALGO HACIA ESA META TODOS LOS DÍAS. 

 

 

Entre la espada y la pared… SE CONSTANTE Y PACIENTE.

El árbol no da fruto en un día. Una planta de bananas da fruto en un año, pero una de aguacate puede tomar 5 años o hasta más. No esperes resultados inmediatos pero sé constante.

Hay resultados que van a ser observables, pero no todos. Podemos ilustrarlo con un árbol. Mucho de lo que sucede no está al alcance de nuestra vista. El árbol no da fruto en cualquier momento sino que da fruto en su estación. Lo hará cuando esté fuerte y sus raíces comiencen a profundizar. Si eso sucede con un fruto real, algo parecido sucede con lo que debemos esperar en cuanto a los resultados que deseamos obtener.

Si no hay cambios rápidos podemos tener la tendencia a criticar. La crítica no va a resolver nada. Va a crear más dolor y será más difícil ganar la confianza de la persona que queremos ayudar. Los padres, en especial, deben vigilar este tipo de conducta destructiva.

 LA IMPACIENCIA ES NEGATIVA. Hay que aprender a esperar. Esperar es un acto de fe. No hay ningún APP en el Apple Store que nos enseñe a esperar. Aprende a esperar, esperando. La constancia hará el ejercicio de la espera más liviano. ESPERAR es probablemente la cosa más dura que esta generación tiene que hacer.  Pero nosotros mismos somos culpables de que nuestros hijos padezcan de nuestra misma enfermedad.  ¿A quien no le gusta comprar algo en AMAZON y tenerlo NEXT DAY en la puerta de la casa?

¿Quieres comer? Solo te toma 20 minutos en el microondas. Si vas a viajar, un jet te lleva en pocas horas al otro lado del mundo. Si quieres una cita vas y la consigues por internet. Ya no tienes que estar dándole vueltas a una chica.

Todo esto nos ha convertido en INCONSTANTES e IMPACIENTES a nosotros y a nuestros hijos. Parece que hay que desaprender lo que no funciona para aplicar a la vida lo que funciona sin convertirnos en trogloditas. Queremos progresar pero no queremos olvidar lo bueno que hemos aprendido de otras generaciones.

 PIENSE EN ESTO: ¿No es cierto que los aguacates siguen demorando 5 años en producir? ¿No es cierto que las bananas siguen demorando 1 año en desarrollarse? ¿Se ha dado cuenta de que los bebés siguen naciendo a los nueve meses? ¿Qué está pasando? 

Es que la naturaleza nos esta diciendo algo. Está gritando algo. “TIENES QUE APRENDER A ESPERAR.” !Todo lo bueno lleva su tiempo de sazón de madurez de COCINARSE!

Y aunque no le parezca cierto, ser pacientes tiene mucho que ver con llegar a ser una persona exitosa en la vida. Lo contrario también es cierto: El no saber esperar, el no ejercer autodominio, a la larga, produce malos resultados en la vida.

  • Hace unos años la universidad de Stanford, un profesor de psicología realizó un experimento interesante. Se preparó un cuarto en el que se colocaron cámaras escondidas. Luego se puso sobre una mesa un plato y sobre el plato un marshmellow (malvavisco). Entonces llamaron, uno por uno, a varios niños, de ambos sexos de 4 años de edad. A cada uno se le dijo que se lo dejaría solo en el cuarto, con un marshmellow en el plato. Pero que no podía comérselo hasta que él volviera al cuarto en quince minutos.  Si no se lo había comido, le regalaría otro marshmellow y podría comerse dos marshmellows, el doble. Pero, a cada uno le advirtió que tenía que esperar los 15 minutos.  ¿Tiene una idea de lo que sucedió?

La mayoría de los niños se comieron el marshmelow…  No pudieron esperar, 2 de 3 se lo comieron tan pronto el profesor salió de la habitación

Unos a los 5 segundos, otros a los 10, 50 segundos, 13 minutos, 14 minutos… Uno de cada tres miraba el marshmellow, se lo acercaban a la boca o lo olían…Una niña se lo comió por dentro pero lo dejó casi intacto por fuera

  • 15 años más tarde volvieron a contactar a estos niños quienes ya estaban llegando o tenían 20 años de edad y lo que descubrieron fue muy interesante. El 100% de los niños que no se comieron el marshmellow eran adultos exitosos. Mantenían buenas relaciones con otras personas y vivían vidas más felices.
  • La mayoría de los niños que se comieron el marshmellow eran adultos problemáticos. Tenían relaciones deficientes o malas con otras personas, no les interesaban sus estudios, en fin, no eran jóvenes exitosos. ​

Conclusión: El tener la habilidad de controlar el deseo de la satisfacción inmediata contribuye de manera importante al éxito de las personas. En otras palabras, SABER ESPERAR.

Entre la espada y la pared… ¡NO RENUNCIES!

¡NO RENUNCIES!

No soy boxeador ni tampoco fanático del deporte de los guantes pero creo que cualquiera de nosotros conoce la práctica establecida de los entrenadores del boxeo. Cuando el entrenador jefe se percata de que le están dando una paliza a su púgil y el referí no hace nada por separarlos, si él entiende que se le está haciendo daño que puede ser irreparable,  toma la toalla y la tira como señal al referi de que para le pelea. Y tal proceder es sabio porque el boxeador puede quedar lastimado para el resto de su vida o incluso, morir en el ring. Es mejor retirarse de una pelea, vivo, que pelearla hasta el final y morir. Es como dice el dicho: “más vale perro vivo que león muerto.”

Claro, quien tira la toalla no es el boxeador. El papel de él es fajarse y demostrar su valor, no obstante, está confiado en que el entrenador en jefe tampoco va a dejar que lo maten. ¿Aprendemos algo?

Muchas veces en la vida, lo importante es “fajarse” y trabajar duro sin rendirse. Muchos retos son duros y se requiere mucho valor para enfrentarlos. Algunos de nosotros somos luchadores natos y hemos aprendido a “fajarnos a palos” por lo que creemos y por lo que amamos. Mi padre fue un gran ejemplo en mi vida. Pudiera citar infinidad de situaciones que yo conocí en las que de veras se “fajó”. En particular recuerdo lo que hizo cuando mi madre falleció. El viejo no se rindió. No perdió el interés por la vida aunque extrañaba mucho a mi madre. Se mantuvo solo pero se concentró en ayudar a los demás. No tiró la toalla. Nadie lo hubiese culpado si se hubiese vuelto a casar, recuerdo que hasta en cierta ocasión le dije que ni yo ni mi hermana lo juzgaríamos de forma negativa si se volvía a casar. Pero no mi padre. A sus 78 años se concentró en otros y cuando murió a los 83 años estaba tan ocupado y feliz con lo que hacía que nunca vio la necesidad de ir a un matrimonio por sentirse solo. El viejo no era alguien que tiraba la toalla. Es probable que conozcas personas así, son luchadores y van a serlo hasta el último día de sus vidas. Debemos ser como ellas. Si nos rendimos después de empezar todo va a caerse y tendremos que empezar de nuevo.

Empezar de nuevo NO es una mala palabra, sin embargo, sabemos que tendremos que volver a pasar por ansiedades ya superadas. Es mejor no rendirnos.

 

 

La historia, por su parte nos ofrece otro ejemplo de un gran guerrero que no tiraba la toalla fácilmente. Cuando embarcó a sus guerreros y los pertrechos necesarios en sus naves y llegó a las costas mejicanas, hizo lo que nadie supuso. Cuando todas las tropas y pertrechos estaban en la playa, secretamente envió a algunos de sus hombres de confianza a quemar sus propias naves. Dicen que fue entonces cuando Cortés, el famoso conquistador español dijo a sus hombres: “Como ven nuestras naves se han convertido en humo. ¡Eso significa que no podremos abandonar estas playas con vida a menos que triunfemos! Ahora no tenemos otra elección, ¡se trata de ganar o perecer!” ¡Y ganaron! ¡Conquistaron!

En ocasiones logramos triunfar porque no tenemos otra opción. Hubiésemos tirado la toalla pero como no teníamos forma de retirarnos… ¡logramos conquistar! Eso es perseverancia. Eso es valor. Eso es esforzarse por no tirar la toalla.

Ahora bien, ¿significa esto que jamás es apropiado retirarse de una batalla, de una pelea o de una situación difícil?

Dejemos la respuesta para mañana.

PIENSA EN ESTO

  • ¿Cuántas veces te has “fajado” por vencer en una situación complicada y difícil? ¿Por qué venciste? 
  • ¿Has conocido personas muy luchadoras? 
  • ¿Qué has aprendido de ellas?

La historia, por su parte nos ofrece otro ejemplo de un gran guerrero que no tiraba la toalla fácilmente. Cuando embarcó a sus guerreros y los pertrechos necesarios en sus naves y llegó a las costas mejicanas, hizo lo que nadie supuso. Cuando todas las tropas y pertrechos estaban en la playa, secretamente envió a algunos de sus hombres de confianza a quemar sus propias naves. Dicen que fue entonces cuando Cortés, el famoso conquistador español dijo a sus hombres: “Como ven nuestras naves se han convertido en humo. ¡Eso significa que no podremos abandonar estas playas con vida a menos que triunfemos! Ahora no tenemos otra elección, ¡se trata de ganar o perecer!” ¡Y ganaron! ¡Conquistaron!

En ocasiones logramos triunfar porque no tenemos otra opción. Hubiésemos tirado la toalla pero como no teníamos forma de retirarnos… ¡logramos conquistar! Eso es perseverancia. Eso es valor. Eso es esforzarse por no tirar la toalla.

 

PIENSA EN ESTO

  • ¿Cuántas veces te has “fajado” por vencer en una situación complicada y difícil? ¿Por qué venciste? 
  • ¿Has conocido personas muy luchadoras? 
  • ¿Qué has aprendido de ellas?

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