La Gran Barrera de Arrecifes de Coral -¿vale la pena llegar hasta allí?

Diagonal banded sweetlip on Australia’s Great Barrier Reef.

La Gran Barrera de Arrecifes ocupó, desde que tengo memoria, un lugar señalado en mis sueños. Por mucho tiempo solo podría ser eso, parte de mis sueños, pero la vida quiso darnos el regalo de poder llegar hasta allí, luego de, lo confieso, un par de intentos fracasados. Pero, como sucede con casi todo en la vida, la paciencia y la constancia logran resultados a su debido tiempo. Ya sabemos que ninguna de las dos se compran en la farmacia, asi que, no nos queda más remedio que cultivarlas.

Algunos desarrollamos esas cualidades de paciencia y constancia a las buenas y otros, como en mi caso, a las malas, pues no me ha quedado más remedio que esperar a que tuviera el tiempo que me permitiera llegar hasta allí. Y, como nos sucede a todos, la vida te pone a prueba para ver lo que de verdad estás dispuesto a esperar para alcanzar un sueño. ¡Y hasta los sueños tienen que esperar su turno!

Pues llegó la jubilación y junto con ella, llegó el momento de empacar y lanzarnos a la aventura en la compañía de varios amigos con quienes compartimos los mismos sueños. Como están las cosas, tenemos pocas ganas de aventurarnos solos en un viaje tan largo de manera que preferimos andar con buenas amistades que, gracias a Dios, no nos faltan. ¡Que bien la pasamos!

Australia, se encuentran en una de las partes más lejanas a nuestro punto de residencia en La Florida, Estados Unidos. Implicaría un viaje de unas cinco horas hasta Los Angeles, California y luego otras tres hasta San Francisco, CA. Ya en esa ciudad tomamos nuestro avión, advertidos de que sería una travesía de dieciséis horas sin escalas hasta llegar a nuestra primera parada, la bella ciudad de Melburne, donde amigos locales nos esperaban para alojarnos en su casa.

Descansamos un par de días y volvimos a cargar nuestros bártulos para continuar con nuestra excursión.

Luego de varios días en Melbourne y conocer de cerca a los curiosos Koalas, fuimos a Sydney, una moderna ciudad de la que hablaremos en otra oportunidad.

Ahora, por fin, estábamos listos para tomar el avión que en unas cuatro horas nos llevaría hasta la ciudad costera de Cairns donde otros amigos nos esperaban para darnos hospedaje y la acostumbrada lista de cosas que hacer en Cairns. Las que no hacer son las mismas en todas partes del planeta.

El viaje hasta Cairns fue agradable y en el aeropuerto nos estaban esperando. Fuimos a la playa y allí nos juntamos con otros amigos para tomar agua de coco y disfrutar de unas hamburguesas caseras al grill. Al levantarnos en la mañana y degustar unos deliciosos mangos australianos, que no tienen nada que envidiarle a los nuestros del caribe, nos encaminamos al puerto donde tomaríamos un yate que nos transportaría cómodamente hasta la Gran Barrera de Arrecifes de Coral, la más famosa del mundo y nuestra anhelada meta.

El día, precioso y la temperatura, suavemente cálida de modo que no podíamos quejarnos. Desde el puerto nos tomó casi una hora llegar a Green Island, pero al llegar y ver el agua, el pequeño puerto y la Isla Verde, eran un agradable recordatorio de lo que el Paraíso pudo haber sido.

Toda la travesía, toda la espera y toda la constancia tenía sentido. Era como llegar a un lugar de cuentos de niños. Ninguna foto le hace justicia. La Gran Barrera de Arrecifes de Coral es simple y llanamente, preciosa. Lo es desde la superficie y lo es cuando te pones una careta y miras lo que tienes bajo tus pies. ¡Al fin!

Aunque la estadía fue de solo un día, si me preguntas ¿vale la pena llegar hasta allá? Te digo ¡vale la pena! No que el daño que el hombre hace al planeta no se refleje aquí, de hecho, más del 30% de la Gran Barrera de Arrecifes de Coral se ha muerto producto de esa contaminación, pero aún así, te invito a mantener este viaje en sus sueños.

Solo recuerda que si no puedes salir ya, ahora mismo, entonces, un poco de paciencia y persistencia lo harán posible en el futuro. Te aseguro que cuando llegues lo disfrutarás como lo que es, otro hermoso regalo de Dios.