DE LO MALO A LO BUENO -un cambio de actitud.

Hay un dicho en español muy peculiar, dice: “Las cosas son según del color del cristal con que se miran.” ¿Estás de acuerdo?

Pues es probable que todos hayamos vivido alguna experiencia que haya hecho veraz ese dicho. Lo que otro puede ver como una desventaja, tu y yo podemos verlo como una ventaja. Todo depende de nuestra manera de asimilar determinada cosa. Eso sí, debemos tener el cristal apropiado para ver las cosas de manera positiva. ¿Cuál es ese cristal? Nuestra actitud mental.

Ya sabemos la fama que ha tomado el nuevo COVI-19. ¡Nos sale hasta en la sopa!… digo si nos queda sopa… porque de seguro lo que a muchos les queda es abundancia de papel sanitario… pero ese no se come. Hum! ¡Dios santo que locura innecesaria! De todas formas, con o sin, el Coronavirus nos tiene pillados en cuarentena en nuestra casa y mantiene a punto de la histeria a toda la familia. En lo que tengo de vida, pocos virus se han hecho tan famosos. No hay artista, no hay político no hay nada ni nadie que tenga más “visitas” en las redes sociales y en las noticias del periódico y la televisión que el ya famoso y extraño decirlo: “Viral Coronavirus”. ¡Vaya manera de hacerse famoso el condenado este! Enferma y mata dondequiera que va y si no te mata te llena de consternación y ansiedad.

Aunque es triste el daño que hace a la vida de millones, a la economía y a la tranquilidad emocional, tu y yo no tenemos que darle el gusto de pasarnos el día entero haciéndolo más famoso. No podemos ignorarlo, es cierto, pero en vez de promoverlo, hagamos el esfuerzo de pensar en lo que hace a nuestro favor. ¿A nuestro favor he dicho? Sí, eso dije. A ver, pensemos un poco, en lo que puede hacer a favor nuestro.

LO QUE PUEDE HACER POR NOSOTROS COVI-19

DARNOS MÁS APRECIO POR LA VIDA – Cuando la vida queda amenazada, realizamos aún más su valor. Reconocemos que es un regalo divino que no queremos perder por descuido, ya sea de nuestra parte o de algún miembro de nuestra familia. ¡Queremos vivir!

Tal vez puede ayudarnos a darnos cuenta de que hemos vivido demasiado aprisa y que hemos dado muchas cosas por sentadas. ¿No es cierto que la rutina de la vida se convierte ahora en algo deseado? ¿No es cierto que estamos descubriendo sentimientos nuevos en nuestro interior? Ahora comprendemos mejor la importancia de los amigos, de nuestra familia, y del trabajo. Esta pausa obligatoria nos pudiera poner a todos a pensar y a reevaluar.

PUDIERA PONERLE FRENO AL DESENFRENO -Andamos corriendo el día entero porque producir y producir nos parece que es lo más importante en la vida y ahora, tal vez nos demos cuenta de que hay otras cosas por las que preocuparnos. De pronto, el dinero, si no tenemos qué comprar, no compra nada. ¿Estamos reevaluando lo que es verdaderamente valioso? Si lo estamos haciendo, el COVI-19 nos está ayudando, nos está dando lecciones importantes. ¿No es este un buen momento para lograr hablar con nuestros hijos? ¿Con nuestro cónyuge? ¿Es momento de besar a los que tenemos en casa y de decirles lo mucho que representan en nuestra agitada vida diaria? Si lo hacemos eso será una bendición.

Vivimos desenfrenadamente pero no amamos a esa misma velocidad. El coronavirus puede poner un freno desagradable con sabor a cuarentena pero es muy probable que ese freno, esa pausa, nos fuera muy necesaria, y al final, otra bendición.

AYUDARNOS A DISTINGUIR LO TEMPORERO DE LO PERMANENTE -Las enfermedades, epidemias y pandemias no son permanentes. Nuestra familia sí. Nuestros hijos, sí. Nuestra razón de vivir no puede determinarse alrededor de algo tan negativo y temporero como esta enfermedad. ¡Esto se va! Lo que es permanente es lo que tú eres. Lo que son los tuyos. Lo que le puede dar sabor y propósito a tu vida. ¡No nos desenfoquemos!

Este dichoso Coronavirus puede ayudarnos a estrechar el contacto con los amigos, con nuestros hijos, aunque estén en lugares lejanos. Puede ayudarnos a restablecer la comunicación con quienes hace tiempo que no hablamos. Permite que el COVI-19 nos salve de lo vano y nos ayude a todos a apreciar más lo que es permanente y dejar atrás la vanidad y el orgullo de “ser” y de “tener”. Que nos ayude a darnos cuenta de que todos somos iguales porque al final todos padecemos lo mismo.

¡Seamos valientes! ¡Aprendamos! Aprovechemos el tiempo para trabajar en casa, para cantar con los nuestros, bailar -nos ayuda a quemar calorías y a participar con los muchachos en organizar su habitación, su closet, sus cajones o gavetas. Hagamos ejercicios. ¡Miremos por las ventanas al cielo y demos gracias a Dios por estar vivos.

¡Ama, besa, abraza a los tuyos y diles cuánto los necesitas, cuánto los amas y cuán importantes son en tu vida! Esta epidemia puede ayudarnos a aprender a apreciar alimentos sencillos y sanos. Nos puede enseñar a desintoxicarnos de la comida chatarra y de ir a las tiendas por simple impulso. Nos puede ayudar a aprender a orar, a mirar al cielo y ver lo que nunca antes hemos visto, porque ahora miramos distinto.

Tu puedes amigo mío, tu solo, junto conmigo, hacer de esta maldición y de cualquiera que venga en el futuro, ¡Una bendición! ¡Una lección! ¡Una motivación!

Abandonemos la pereza, la tristeza y la ansiedad, hoy y ahora. Es verdad que el COVI-19 nos ha hecho mucho daño, pero, si lo dejamos, puede hacernos mucho bien, más del que nos damos cuenta. De modo que la consigna es: ¡frente en alto! ¡Estamos vivos y no nos acobardamos! No podemos ignorar el daño pero podemos concentrarnos en el futuro, en nuestro futuro y en el de los que amamos. La vida no se ha terminado y sigue dándonos lecciones. ¡Estemos resueltos a aprender de esta experiencia! Si miramos con el cristal correcto, dejaremos que esta pandemia sea nuestra mejor maestra!

¿COMO ENFRENTAR CON ÉXITO LA CUARENTENA?

Acostumbrados a llevar una vida agitada y llena de actividad, a nadie le es fácil encerrarse en su casa y observar una cuarentena como es el caso de millones de personas. ¿Qué hacer para sobrevivir este período de tiempo? KomoSabe tiene algunas recomendaciones.

NO TE LEVANTES TARDE

Es importante conservar la rutina y despertarnos más o menos a la misma hora que lo hemos hecho por años. Luego, si durante el día podemos tomar una siestecita, está bien, pero si conservamos la rutina mañanera, después de la cuarentena podremos volver a nuestras actividades de forma menos traumática y nuestro cuerpo podrá adaptarse con facilidad al horario regular de trabajo.

NO ANDES EN PIJAMA TODO EL DÍA

Eso no es saludable. Vístete, date tu baño en las mañanas o tardes como acostumbras, ponte tu loción para oler bien, péinate y no andes por la casa como si fueras una aparición. Respétate y vístete para sentirte bien. No hay que ponerse la mejor ropa tampoco, pero creo que me entiendes. Si nos abandonamos nos vamos a deprimir. ¡Vamos chicas y chicos! ¡A mantenerse guapos!

EVITA LOS CARBOHIDRATOS

Ahora tampoco es el momento de andar comiendo panes y dulces en exceso, todo lo contrario, podemos aprovechar la cuarentena para hacer un poco de dieta saludable y bajar un par de libras. Recuerda que siguen siendo importantes los vegetales, frutas, nueces y alimentos ricos en proteínas. Claro, no es pecado darnos un gusto pero no debemos pensar que llegó la hora de hartarnos con todo lo que tenemos en casa. A algunos nos da por comer cuando los nervios aprietan. Tampoco es el momento para excedernos en las bebidas alcohólicas. ¡Pon un letrero en la nevera! ¡A cuidarse!

HAZ EJERCICIOS

Lo siento… ¡hay que hacer ejercicios! Tal vez no podamos caminar alrededor de la manzana donde vivimos pero hay que hacer un poco de calistenia, mover las piernas, ejercitarnos para no convertirnos en unos vagos. Si somos una familia grande podemos jugar en el patio. Evita pasarte el día frente al televisor o con la tableta en la mano. Eso incluye a las abuelitas que pueden tener la tendencia de encerrarse en su cuarto y pensar en cosas poco positivas. ¿Qué hay de preparar una receta nueva? ¡Vamos! ¡hay que moverse!

AHORA PODEMOS REALIZAR LOS PROYECTOS OLVIDADOS

Tal vez haya cosas en casa que no hemos podido hacer y ahora es un buen momento para realizarlas. Siempre hay cosas que organizar en la cocina, en el garaje o en el patio. Es buena idea darle proyectos a los muchachos. Tal vez que tienen que reorganizar, limpiar y ordenar los cajones o gavetas de sus respectivos armarios. Es muy importante, mantener a los jóvenes ocupados. Nadie debe estar aburrido en casa y todos debemos tener algo que hacer. ¡Todos!

NO SEAMOS VÍCTIMAS DE LA DEPRESIÓN Y LA ANSIEDAD

Recordemos que este es un tiempo de preparación para los peores tiempos que podamos vivir en el futuro. Este es tiempo de aprender a obedecer a las autoridades, lo que en el caso de los jóvenes incluye a sus padres. Si no nos mantenemos activos en proyectos y actividades de familia, poco a poco, podemos llegar a convertir nuestro hogar en un lugar insoportable lleno de gente malhumorada. Evitemos eso.

A las horas de las comidas podemos comer juntos como familia. Esto es algo que muchos de nosotros no podemos hacer regularmente. Hagamos una buena sobremesa, y conversemos sobre cómo nos sentimos, qué estamos aprendiendo de esta situación y cómo podemos pasarla mejor. Criticar, concentrarnos en las peores noticias y al final desesperarnos, no nos va a ayudar. El momento es serio pero hay que enfrentarlo con buen ánimo y darle a nuestros hijos el tiempo que necesitan para asimilar lo que sucede. Por supuesto, no es impropio darle a cada miembro de la familia su tiempo privado para estudiar, relajarse o simplemente, descansar.

Pensemos en los puntos anteriores y hagamos algo. Tal vez no todos apliquen a nuestra situación pero seguro que alguno sí. ¡Apliquemos ese! Aprovechemos la maldición para convertirla en una bendición.

¡Unámonos a los que amamos! Busquemos su compañía para fortalecerlos. Queremos sobrepasar esta temporada manteniéndonos fuertes en sentido emocional, despiertos en sentido espiritual y por supuesto, físicamente saludables, sin tener que pasar por esta terrible la enfermedad.

¡Les queremos mucho! ¡Adelante!

En medio de la pandemia, ¡calma!

A media que los días avanzan y nos exponemos a una mayor cantidad de información, que no siempre es la correcta, es probable que todos experimentemos un aumento de ansiedad. Si es así, usted no tiene por qué sentirse culpable. Estas sensaciones son normales aunque no sean agradables. No obstante, si podemos reconocer la fuente de nuestra ansiedad, ya vamos por buen camino.

En situaciones como las presentes, debemos recordar que es importante tomar buenas decisiones y muchas veces la misma ansiedad que experimentamos no nos hace proclives a esa clase de conducta madura y sabia. Es entonces que debemos tomar en cuenta que las malas decisiones, provocadas solo por impulsos, pueden resultar peores que la misma situación que enfrentamos. De manera que es sabio pausar y meditar en lo que realmente está sucediendo.

CONSULTE CON LOS SUYOS

NO tome decisiones unilaterales. Consulte con su familia y con amigos antes de tomar una decisión drástica. Consultar puede ayudarnos a verificar si estamos pensando bien o no. Además, cuando consultamos nuestras opiniones y pensamientos reforzamos las buenas relaciones. Consultar nos acerca y aislarnos no nos ayuda porque nos aleja de los demás.

Una nota de precaución: Hay personas alarmistas que nos pueden inflar con emociones negativas, estas no deben estar entre nuestros consejeros. En el otro extremo, otras personas toman todo este asunto a la ligera, sin darle importancia a nada. Estas personas tampoco deben estar entre nuestros consejeros. Con lo anterior no estamos condenando el buen humor que, en su medida y en su momento, nos hacen un buen favor.

Con la excepción de lo ya mencionado, consultemos con personas bien centradas en su juicio, que tienen la reputación de ser confiables. En momentos de crisis se necesita equilibrio. Por lo tanto, sepa con quiénes consultar para que pueda tener una conversación edificante, realista y animadora, aún en medio de la tensión o el peligro.

VERIFIQUE LO QUE REALMENTE ESTÁ SUCEDIENDO

¿Cuántos casos de coronavirus hay a su alrededor? ¿Qué medidas usted mismo junto a su familia está implementando? ¿Tiene medicinas para las próximas dos semanas? ¿Tiene alimentos no perecederos para el mismo tiempo? Plantearnos estas y otras preguntas puede ayudarnos a reconocer si estamos en una situación de cuidado, peligrosa o de extremo peligro.

Si no estamos en un peligro extremo e inminente de contagio, entonces seamos sabios para evitarlo. Sigamos las precauciones recomendadas por las autoridades de salud y permanezcamos en calma. Tal vez, algunos miembros de la familia que sean mayores de 65 años de edad, en lugares de peligro, puedan auto aislarse de las actividades fuera de la casa por un tiempo evitando salir o viajar fuera de casa innecesariamente. Muchas veces esta será la medida más extrema que tengamos que tomar. Recuerde: Evitar el contagio es la mejor manera de combatir el COV-19.

Con todo, mantener el buen ánimo es de vital importancia. ¿Qué tal utilizar el celular y el correo electrónico para mantener contacto con la familia y los amigos? Esto pudiera ser una buena medicina para ayudarnos a mantener la cabeza en su lugar.

Hay una regla que se llama la regla 10/10/10 que dice que las decisiones pueden catalogarse como importantes tomando en cuenta lo siguiente: ¿Cómo determinada decisión afectará mis próximas 10 horas? ¿Cómo afectará mis próximos 10 días? ¿Cómo afectará mis próximos 10 meses? Tal vez nos demos cuenta que son muy pocas las decisiones que pueden, en verdad, afectarnos a largo plazo. De manera que tengamos calma y recordemos que no hay que alarmarse por cada cosa que escuchamos sino por las que pueden cambiar nuestra vida en las próximas 10 horas.

NINGUNA EPIDEMIA DURA PARA SIEMPRE

Finalmente, recordemos que esta pandemia, igual que las demás que la humanidad ha experimentado va a pasar. Lo que hagamos ahora puede ayudarnos para enfrentar la próxima situación difícil. Los tiempos que vivimos han sido marcados y limitados. Conservemos una buena relación con nuestros vecinos, familiares y amigos. Aprovechemos el tiempo disponible para concentrarnos en otros mientras nos fortalecemos nosotros en sentido espiritual, emocional y físico.

Mantengamos pues la calma y junto con eso, no nos aislemos, recordemos que siempre es y será importante pensar en los demás manteniendo la cordura, la sensatez y por supuesto, la calma.

(Vea la lista de epidemias del siglo XXI en nuestro artículo anterior intitulado: “¿Qué es una pandemia?”)

¿Qué es una pandemia?

Recientemente, tan reciente como este miércoles 11 de marzo 2020, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha pronunciado al coronavirus (COVID-10) como una pandemia.

Es tan irónico que en vez de estar viajando por las estrellas, como era la visión del futuro que la ciencia presentaba durante mi juventud, tengamos, todos nosotros que luchar con enfermedades que pudieron haberse evitado y que ahora se convierten en monstruos que amenazan nuestra tranquilidad e incluso, nuestra vida.

La humanidad ha sufrido epidemias muchas veces, sin embargo, es probable que el tema sea completamente nuevo para muchos de nosotros que hemos vivido alejados de estas tristes realidades. Todo indica que ese tiempo de ignorancia se ha terminado. El reloj va contando los segundos en los que también nosotros, todos juntos viviremos los peores y los mejores tiempos.

¿Qué diferencia hay entre una endemia, una epidemia y una pandemia?

Endemia:

Son como las enfermedades características de una zona y están presentes de manera permanente durante muchos años.

Epidemia:

Son las enfermedades contagiosas que se propagan en forma veloz y que afectan al mismo tiempo y en un período concreto a un gran número de personas.

Pandemia:

Las pandemias son epidemias que, por su ritmo de crecimiento, han acabado afectando a distintas zonas del planeta más o menos al mismo tiempo. El organismo encargado de declarar cuando una enfermedad es considerada pandemia es la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Repasemos una lista de azotes epidémicos reducida a solamente el Siglo XXI

Azotes del Siglo XXI

2002: Se calcularon en 1.000 los casos de polio en la región de Uttar PradeshIndia

2003: Epidemia de SARS. 8.000 infectados y 700 muertes en dos meses.

2005: La gripe aviaria en su cepa H5N1, se convirtió en una amenaza de pandemia cuando se produjeron los primeros contagios en seres humanos.

20092010: La Pandemia de gripe A (H1N1) se cobró la vida de más de 18.000 personas alrededor del mundo.

2010: Un brote de cólera azotó Haití. La inadecuada gestión del agua derivada del caos causado por el terremoto de Haití de 2010 que lo precedió, favoreció su rápida propagación, alcanzando más de medio millón de afectados y 8.000 víctimas en el 2013.

2014: La epidemia de ébola de 2014 comenzó con un brote en Guinea en marzo y se extendió en los meses siguientes a Liberia y a Sierra Leona. Posteriormente alcanzó a Nigeria, Senegal, España y Estados Unidos. Su alta tasa de mortalidad y ausencia de cura ha llevado a cobrarse la vida de más de 4.500 personas en medio año.

20122015: El Síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio fue detectado en el 2012 en Arabia SaudíEn mayo del 2013 se habían producido casos en más de 7 países incluyendo QatarReino UnidoFranciaAlemania y Túnez. El virus infectó a casi 1.000 personas y mató casi más de 500..

2014: El Virus del Zika azotó toda Latinoamérica con varios millones de infectados y miles de bebés nacidos con Microcefaliase calcula la cifra de muerto en 4030 casos.

20192020: El COVID-19 un nuevo tipo Coronavirus, catalogado como Pandemia por la OMS (11/03/20), fue descubierto el 31 de diciembre de 2019 en China hace su aparición. El 11 de febrero de 2020 la Organización Mundial de la Salud denomina oficialmente como COVID-19.

Datos y cifras, noticias y víctimas nos duelen a todos. Sinembargo, cuando los datos y las cifras se acercan geográficamente a nosotros, todo asume un color distinto y nuestro punto de vista de las cosas, cambia. Debería cambiar para bien.

En nuestro próximo artículo veremos qué postura es saludable asumir y por qué.

Las enfermedades… ¡qué convenientes son!

Para empezar, amigo mío, no estoy pensando en ti. Ya sé que en tu caso, estás genuinamente enfermo y puedes estar seguro de que tienes mi apoyo y toda mi comprensión. No es fácil la vida cuando no se tienen todas las fuerzas y las herramientas que deseamos tener. Con todo, eres muy valiente y mereces, no solo mi respeto sino el de todos … no estoy pensando en ti.

Estoy pensando en los que utilizan las enfermedades para excusarse, los cuales, todo el mundo sabe que no están enfermos, pero les conviene estarlo. Se llaman enfermedades psicosomáticas. Enfermedades que no existen. ¡Tu los conoces! Una enfermedad psicosomática  se caracteriza por causar síntomas físicos cuyas causas derivan de procesos emocionales, como el estrés, la ansiedad o la depresión.

-“No puedo ir, estoy enfermo.” ¿Qué contestas ante eso? No puedes contestar nada porque no hay nada que puedas hacer cuando alguien te dice que no puede cumplir con una responsabilidad, con un compromiso o con una deuda porque está enfermo. A veces es cierto, muy cierto y como hemos dicho anteriormente, nos consta. Pero otras veces, ese “estoy enfermo” resulta muy conveniente.

La depresión puede ser un gran comodín.

Una buena carta a favor de esto es la depresión. Cuando alguien no quiere hacer algo, no le interesa hacer algo o no le importa hacerlo, una buena excusa es decir que padece de depresión. Y por supuesto es muy difícil curar una enfermedad conveniente. Cada vez que no puedo, o no quiero enfrentar una verdad, un trabajo o una responsabilidad, automáticamente me deprimo y quedo liberado. ¡Qué convenientes pueden ser las enfermedades!

Por supuesto, para decir que uno padece de algo tiene que consumir alguna medicina y eso también es conveniente para los que las recetan y para los que las producen. De forma que podemos decir que es un negocio redondo esto de estar enfermo. Produce ganancias y las mejores excusas. ¡Parece que todo el mundo gana!

El estrés y la ansiedad nos ofrecen buenas excusas

“-Me quedé en casa porque tengo mucho estrés.” -“lo hizo por culpa de la ansiedad” Y así todos nos bañamos con agua y jabón y dejamos de asumir lo que no deseamos asumir. RESPONSABILIDAD.

Una persona llega a ser considerada como responsable cuando posee la virtud, no solo de tomar una serie de decisiones de manera consciente, sino también de asumir las consecuencias que tengan las citadas decisiones y de responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento. La palabra responsabilidad proviene del latín responsum, que es una forma de ser considerado sujeto de una deuda u obligación. En otras palabras, es alguien que RESPONDE y por tal razón se gana nuestra confianza.

Pero, claro está, si estás enfermo ya no tienes que responder a nada y haces lo que te plazca cuando te plazca. ¡Que conveniente amigo mío!

Tu puede hacer la diferencia en tu vida, si eso es lo que deseas hacer.

No digo que sea fácil pero sí te aseguro que tu reputación, tu sueldo, la estima que otros te tienen va a mejorar grandemente si te logras superar y dejar atrás las excusas. Puedes hacerte un autoexamen y mirar al pasado. Preguntarte: ¿Cuáles han sido las consecuencias de mi auto diagnosticada enfermedad? ¿Soy más feliz? ¿Soy más confiable? ¿Me ha ganado el respeto y todavía mejor, el amor de mis amigos?

Responder a estas preguntas puede sernos de ayuda. Un segundo punto es decidirnos a ser personas más realistas y reconocer nuestras deficiencias. Trabajar con ellas y superar el control de nosotros mismos. Tal vez esté a nuestro alcance dejar atrás las enfermedades psicosimáticas y movernos a un futuro menos dependiente y más real. Olvidarnos de eso, de que las enfermedades pueden ser muy convenientes. ¡Adelante!

¿Eres adicto?

Los creadores de las aplicaciones de tabletas y teléfonos inteligentes saben algo que la mayoría de nosotros no sabemos. Los diseñadores de las redes sociales también saben que tu y yo probablemente lo desconocemos y tampoco les interesa que nos enteremos, ya que, para ellos, nuestra ignorancia les trae beneficios. ¿Estás intrigado?

Se trata de que las redes sociales, las pantallas de nuestros aparatos y las aplicaciones de nuestra computadora son adictivas.

Tal y como el azúcar es adictiva, las computadoras y aparatos electrónicos, lo son.

Las redes sociales y las aplicaciones fueron creadas, y cuidadosamente diseñadas, para ser adictivas. Crean un sentimiento de bienestar y relajación tan poderosos que nos atraen fuertemente. De hecho, hace unos años Sean Parker, el primer presidente de Facebook reconoció, en un evento médico en Filadelfia, que habían creado esta página para que fuera, simplemente, adictiva. Y de hecho eso es lo que esta y otras redes sociales han logrado ser. Nos cautivan como si fuera una adicción. Explotan una parte muy vulnerable del ser humano que es la de necesitar sentir que somos valiosos e importantes para otras personas. Además, compramos y miramos aquí y allá relajándonos de las tensiones.

La dopamina.

La dopamina es una hormona que producen las neuronas de nuestro cerebro a la que bien pudiéramos llamar la hormona del placer. Lo que hace en nuestro cerebro es crear una sensación de placer y relajación semejante a la que pudiéramos generar participando en nuestro deporte favorito, comiendo un plato sabroso, compartiendo con los amigos o disfrutando de estar con nuestra pareja.

Sobre la dopamina dice Wikipedia: “La dopamina tiene muchas funciones en el cerebro, incluyendo papeles importantes en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, el humor, la atención, y el aprendizaje.”

Los “likes” en las redes sociales, los comentarios y el efecto que tienen las imágenes, los colores en las pantallas, el movimiento y la luz que emiten, todo esto, llega a ser placentero y relajante, por lo tanto, motiva la secreción de dopamina y llega, con el tiempo a hacernos adictos a estas sensaciones que por cierto, pudieran ser muy superficiales. A esto hay que añadir que muchos jóvenes se aíslan de la familia y los amigos creando su propio mundo virtual, que de nada les ayuda a enfrentar la vida real.

Hay solo dos conceptos que los sicólogos han concluido que son los que producen verdadera felicidad en el ser humano y ninguno de los dos lo provoca una red social o una aplicación de un programa de computadora.

El primero es el amor. Amor a la pareja, amor a la familia, amor a los amigos. El segundo es el trabajo. El trabajo digno, cualquiera que sea, fontanero, abogado, vendedor, abogado, etc.

Sin embargo ni el amor, ni el trabajo provienen de la gratificación instantánea que crea el mundo virtual. Ambos requieren constancia, voluntad y sacrificio. Un día lastimas a quien amas y tienes que pedir perdón, y al hacerlo refuerzas los lazos de confianza y amor. No obstante, este ejercicio no es fácil y requiere voluntad. Otro día, fracasas en tu trabajo y tienes que hacerlo de nuevo, entonces tienes que volver a edificar la confianza perdida y eso solo se logra con esfuerzo y tiempo. Pero la gratificación instantánea que producen las redes sociales nunca germinarán en nada más que ansiedad, frustración, enojo y desapego a lo que es verdaderamente real y valioso.

Dicho sea de paso, no olvidemos que estas dos, el amor y el trabajo también generan dopamina. Digamos, como decimos del colesterol, promovamos la “dopamina buena” la de la clase que solo puede hacerte adicto a lo que te provocará felicidad genuina y relajación verdadera.

Te puede llevar a ser una persona de bien, un ser verdaderamente feliz, ¡libre de adicciones!

Los enredos, se desenredan… ¡pero solo con prudencia!

Aunque puedan decirse muchas cosas buenas de estos tiempos, llenos de inventos y progreso tecnológico, también pueden decirse algunas cosas muy negativas que nos llevan a vivir enredados todo el tiempo. ¡Todos estamos cansados de los enredos! Pero para ponerle la cereza al pastel, también nos sentimos preocupados al tener la sensación de que vamos perdiendo el gobierno de nosotros mismos. ¡Si pudiéramos apretar el botón del desenredo!

Ese botón tiene nombre, se llama PRUDENCIA y es la solución a muchos de nuestros enredos. Hay que recordar que si las cosas se enredan, la imprudencia va a empeorarlas.

¿Qué es la prudencia? En palabras comunes y corrientes, es el don de saber cuándo hablar y cuando callar. Es el regalo de saber cuándo actuar y cuándo esperar. ¿Parece poca cosa? Puede parecerlo, estimado lector, pero no lo es.

Hoy por hoy, tu y yo perdemos la paciencia demasiado pronto. Juzgamos demasiado rápido, pronunciamos sentencias sin siquiera escuchar los argumentos. Proclamamos nuestras verdades de tal forma que nos convertimos en personas dogmáticas que solo conocemos verdades absolutas. Pero la vida no es así. Ni siquiera Dios juzga con una vara inflexible. No hay que ser tajantes en nuestros puntos de vista porque muchas veces hay razones, que deberíamos escuchar. ¡Que triste es ver a los amigos, a los vecinos y a nuestra propia familia, ceder a la imprudencia! Pero, lo peor es cuando nosotros mismos faltamos a la prudencia sin siquiera darnos cuenta.

Cuando tú y yo dejamos de ser prudentes ya hemos dejado muy lejos la paciencia. Es imposible perder una, sin perder la otra. Sin paciencia una familia no puede vivir de forma equilibrada y feliz. Sin prudencia los maestros no podríamos llegar al corazón de nuestros estudiantes. Sin prudencia no pudiéramos permanecer callados, porque hay preguntas que no deben responderse. Porque muchas veces es mejor perder que ganar, porque de perder se nutre la paciencia. De callar se alimenta la prudencia. No es necesario contestar cada desafío, no es un requisito divino tener que responder cada agravio, cada mal entendido a cada idea falsa, a cada enredo. ¿No estamos ya hartos de enredos?

Cultivar la prudencia nos ayudará a hablar cuando sea el momento y de la forma apropiada para ganar lo que vale la pena. Ganar al hermano, ganar al amigo, ganar al hijo o la hija herida, ganar al vecino. La prudencia puede darnos el espacio que necesitamos para cultivar la paciencia que evita los enredos que nos atan.

¿Qué puede ayudarnos a ser prudentes?

Hace un tiempo escuché que algo tan sencillo como respirar puede sernos de ayuda. Es como si enseñáramos a nuestro cuerpo físico a oxigenar nuestro cuerpo espiritual. Esa pausa de respirar es como el conteo del réferi que le permite al púgil caído un segundo aire, un descanso un momento para re evaluar.

Y es que la vieja fórmula de contar hasta diez no está nada mal. Y tal vez, el secreto no es solo contar hasta diez, si no respirar, respirar profundo. Llenar los pulmones de aire renovado, cerrar los ojos, y con pulmones oxigenados mirar adelante con esperanzas nuevas, para no decir o hacer algo por lo que pueda perderse una amistad de años, para no lastimar a quién luego me arrepentiré de haber herido. Y al final, para desenredar lo enredado. Por lo tanto, amigos lectores, ofrezcámosle al mundo un poco más de prudencia, por un poco más de paciencia y de amor. ¿Sabes ya para qué? Para no seguir complicaando más las cosas, para no enredar más la vida sino para desenredarla, cada día, un poco más.

¿Por qué evitar saludos efusivos mientras tenemos de vecino al covid-19?

Mientras seguimos preocupados por el avance del covid-19 hacemos bien en tomar medidas preventivas, entre ellas, evitar los saludos efusivos muy comunes en nuestra cultura, especialmente entre amigos y familiares queridos.

En España, Francia e Italia por ejemplo, son muy comunes los dos besos en la mejilla y es también allí dónde más se ha propagado el virus, de modo que no es casualidad que mientras más contacto cercano tengamos con las personas, mayores son los riesgos de contagio.

Aunque se ha dicho que el período de incubación de la enfermedad se estima entre dos y 14 días. El virus se puede transmitir cuando los infectados muestran síntomas parecidos a los de la gripe, pero según señalaba un artículo reciente en The Lancet “también puede transmitirse antes de presentar síntomas”. Sí, leyó correctamente, una persona puede sentirse sin síntomas y estar contaminando a otras personas.

Entonces, aunque tengamos que restringir un poco nuestro espíritu cultural, sería buena práctica evitar los saludos efusivos de besos y abrazos en nuestro ambiente de trabajo, en el club o en nuestra iglesia o congregación. Y la mayoría de las personas van a entender si damos una explicación breve como: “perdona la distancia pero por si tengo el virus, no te quiero contagiar” así echándose uno mismo la responsabilidad será más fácil para los amigos excusar el clásico abrazo y el beso automático que muchos de nosotros acostumbramos al saludar.

Nadie dice que restringir nuestra forma de saludo y muestra de afecto sea cosa fácil. Porque no es fácil de hacer, sabemos que en algunas ciudades grandes, se han suspendido las asambleas y reuniones regulares de algunas organizaciones. Cuando hay grupos grandes de personas es más fácil contagiarse. Y aunque esta medida no será permanente, será de protección mientras el peligro exista.

Tal vez situaciones como las presentes nos sirvan para apreciar el privilegio de poder mostrar cariño a los que amamos. Por ahora, ese cariño debe motivarnos a restringir nuestras muestras de afecto. Curioso, que el cariño que sentimos por otros pueda mostrarse siendo menos efusivos, ¿verdad?

De todas formas, todavía tenemos las palabras que pueden seguirnos animando y edificando. Incluso podemos seguirlas utilizando para animarnos unos a otros… sea con mascarilla o sin ella. ¿Y que hay de utilizar más los mensajes de texto para interesarnos en otros? No hay duda de que esto también puede ayudarnos a mostrar interés personal por otros, incluso, aunque estén enfermos. De todas formas somos muy afortunados de poder experimentar cosas que se predijeron desde hace mucho y que hoy vemos con nuestros propios ojos.

Sigamos cuidándonos y no dejemos de mostrar amor desinteresado los unos por los otros. Seguir haciendo esto, con, o sin coronavirus, nos ayudará a mantener el equilibrio necesario para enfrentar los complicados tiempos por venir.

¿Qué sucedió del 31 de diciembre al 7 de enero de 2020?

El 31 de diciembre en la ciudad de Wuhan, China se identificó un conglomerado de enfermos y el 7 de enero se les identificó como enfermos de Coronavirus. Las fechas se nos olvidan pero la presencia de este enemigo, no es fácil de ignorar.

Cuando nos sorprende un catarro, que es producido por un virus, esperamos que nuestro propio organismo lo combata pues no hay vacunas para la mayoría de los virus. Básicamente, lo mismo debe suceder con esta nueva cepa del coronavirus que va a manifestarse con síntomas similares a los de un catarro común.

Lo que los científicos han estado tratando de hacer es estudiar el genoma del virus, es decir, su material genético para poder hallar un diagnóstico eficaz. Al momento, los científicos dicen que debe tratarse como el H1-N1 pues termina siendo una enfermedad respiratoria que puede tener consecuencias graves.

Como hemos escuchado, se transmite estilo aerosol por el estornudo o la tos de un enfermo a otra persona que llega a ser recipiente de pequeñas gotitas infectadas. Estas pueden vivir por días en objetos que uno puede tocar y al hacerlo podemos contaminarnos. Luego al pasarnos las manos por la cara el virus alcanza la forma de infectarnos.

El gobierno chino ha tomado la medida de aislar a sus habitantes prohibiendo su salida del país. Esto, con la intención de evitar que el virus se esparza con mayor velocidad por todo el planeta.

Komosabe ha estado escuchando diferentes científicos que se han expresado sobre algunos productos naturales que pudieran fortalecer el sistema inmunológico. Ninguno es nuevo pero es apropiado repasarlos como medida preventiva.

  1. Tintura de equinácea. Tiene un efecto inmunoestimulante y antiviral.
  2. Infusión de sauco. Tomar dos o tres tazas diarias.
  3. Ajo. Dos dientes de ajo por día.
  4. Vitamina C. Dos gramos diarios.
  5. Probióticos. Ejemplo: El Kefir.
  6. Una cápsula diaria con lactobacilos.
  7. Legumbres y frutos secos,
  8. Ácidos grasos como el omega y polifenoles.
  9. Jugos verdes. Estos están llenos de antioxidantes.
  10. Cúrcuma.

Estos productos naturales que son parte de la ficomedicina pueden ser de ayuda para fortalecer nuestro organismo de los daños que puede hacer el coronavirus en nuestro sistema. Claro, esto de ninguna manera debería eliminar la visita a un médico pues son solo recomendaciones preventivas no sustitutivas de la visita a un galeno.

Ahora algunas recomendaciones peventivas son:

  1. Evite contacto con enfermos.
  2. Evite restregarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar.
  3. Lávese las manos con agua y jabón por lo menos por 20 segundos.
  4. Use una loción para las manos que contenga por lo menos un 60% de alcohol.

Recordemos esto: Ante una epidemia, igual que ante cualquier peligro, es importante mantener la calma y el buen juicio. La agitación y la desesperación no van a ayudarnos sino todo lo contrario, van a afectar nuestro sistema inmune y nos colocará en una posición de riesgo. Actuemos sabiamente.

Un proverbio muy antiguo y muy actual. Dice: “La persona prudente ve el peligro y se esconde, pero los inexpertos siguen adelante y sufren las consecuencias.” -Proverbios 27:12

Puede obtener más información en: www.cdc.gov/COVID19.

cna.asia/covid19

  • Al momento de escribir este artículo se han confirmado 93, 717 casos de coronavirus.
  • 3,217 muertes.

¿Quién es más feliz?

¿Qué piensas? ¿Quién es más feliz? ¿Es el que tiene más o es el que necesita menos? Te pregunto porque vivimos en una sociedad donde la gente ha invertido los valores y también las necesidades materiales, emocionales, físicas y espirituales. Hoy se trata de necesitar más y nunca antes en la historia de la humanidad se ha glorificado tanto “necesitar,” “desear” y “tener” como en este siglo XXI.

¿Cuándo termina el deseo de más y más?
Cuando te sientes feliz con menos.

Habrá quien piense que esto es bueno porque promueve la economía y aventaja a los pueblos. Suele decirse que los pueblos que gastan más son más deseables y viven mejor. ¿Crees tu eso? Escucha lo que dicen los estudios recientes sobre la economía en los Estados Unidos, uno de los países que se consideran “deseables” para vivir. El estudio dice lo siguiente sobre la deuda externa de este país: “Se ha incrementado en más de 1,5 billones de dólares durante el último año. El Departamento del Tesoro de EE. UU. ha comunicado este martes que la deuda nacional del país ha alcanzado 22,01 billones de dólares, una cifra récord.” Si piensas que eso es bueno, te aclaro que no es bueno para nada. Ese deber más y más, porque compramos sin freno nos aleja como pueblo y como individuos de la verdadera felicidad.

Hoy, ser pobre se considera una maldición, pero solo por una razón, porque no puedes tener más, no por la pobreza misma sino por la limitación de no poder tener y tener.

Se glorifica el poder comprar lo que no vas a usar, lo que no necesitas y hasta incluso lo que ni siquiera te importa, pero si lo tienen los demás, debemos necesitarlo nosotros también ¿no? ¡Pues a comprarlo cueste lo que cueste!

Hubo un tiempo en que el dinero era sal, (de ahí la palabra “salario”) en otro tiempo, plata y hoy, el dinero es simplemente algo que necesitamos para exhibirlo. ¿O no es así? Pues una de las razones por las que la gente compra automóviles caros no es porque sean más cómodos o más seguros, ni siquiera porque sean más bonitos o hagan cosas que los demás autos no pueden hacer. La gente compra automóviles caros para exhibirlos y exhibirse. ¿Cuál es la idea de rodar un Maseratti por el freeway o por esa autopista del vecindario? ¿Es que vas más rápido? No, es porque la gente disfruta de exhibir que tiene suficiente dinero como para echárselo a un auto que todo el mundo sabe que cuesta lo que cuesta una casa.

En lo personal, no me interesa tener un auto de ese nivel y no me interesa aunque me lo regalen. Pienso que es una provocación, un problema en cuatro ruedas más que un medio de transporte. Me gusta un auto cómodo y lo más nuevo que pueda mi presupuesto pero no uno que ande gritando por la carretera “¡Tengo dinero!” No es cosa buena andar provocando a la humanidad.

En conclusión, no debo comprar para sentirme mejor. No debo comprar para entretenerme. Debo comprar para tener lo que necesito, pero no compro ni para el vecino ni para mis compañeros de trabajo ni para que los del club me vean. Sería una pena comprar simplemente por tener el dinero. Pienso que eso no es todo en lo que se debe pensar. Más bien, el pensamiento apropiado es: compro porque lo necesito. Y mientras menos necesitemos, más autosuficientes y felices seremos.