¿Dónde está la ropa?

Ayer salí con mi esposa de compras. Me gusta acompañarla aunque otros esposos piensen que me falta un tornillo. Pero la verdad es que me gusta acompañarla y de una u otra forma yo mismo casi siempre salgo con algo que andaba buscando pero que no encontraba por no salir de tiendas, digamos que siempre hay un beneficio marginal. ¿Y sabes quién es la primera en encontrarlo? Mi esposa. No hay duda de que su aprecio porque le acompañe se refleja en sus miradas y acciones de alegría.

Lo pasamos muy bien, conversamos y a la vez quedamos sorprendidos de la poca ropa de calidad que encuentras en las tiendas hoy. Visitamos las más caras y las menos caras pero básicamente era lo mismo, unos con precios para ricos y otras con precios para menos ricos pero la misma mala calidad. Al final de siete horas de esperada labor, sin correr pero sin perder tiempo, no encontramos mucho. ¿Alguien sabe dónde han puesto la ropa?

Hay millones de artículos, no me mal entienda, pero lo que predomina es la ropa chatarra.  Camisetas, pantalones vaqueros y ropa deportiva pero… ¿ya no hay gente que se vista? Hace años, cuando acompañaba a mi esposa al probador, era común que llevara dos o tres trajes y de estos probablemente le servían todos y entonces era cuestión de escoger cuál. Hoy ella puede llevar dieciocho trajes al probador y no poder comprar ninguno. Parece que las tallas no son las mismas, y un diez puede ser un catorce o cuando te lo pones te falta tela por algún lado. No importa lo que diga la etiqueta, te lo tienes que probar y quedar horrorizado de los resultados. Eso sin contar que hay telas que mi pobre mujer se pone y no le quieren salir del cuerpo… ¡se tiene que fajar con el traje para quitárselo de encima! Años atrás tenías quién te atendía y te ayudaba trayéndote otro tamaño pero ahora, ni uno puede pasar al probador, ni le queda otro remedio a la mujer que empacar sola toda su compra de regreso para repetir el mismo proceso tantas veces como energía tenga la mujer… o carácter tenga el acompañante.

Cuando los que manejan las fábricas se ponen de acuerdo para fabricar solo vestiditos transparentes sin mangas, parece que eso es lo único que se fabrica y las pobres mujeres, como la mía, que no es ninguna adolescente no encuentra un traje decente, bien hecho que no cueste una fortuna. Lo mismo pasa con los zapatos. Cuando los fabricantes deciden fabricar chancletitas o zandalias no encuentras un par de zapatos clásicos de oficina, simplemente se desaparecen.

¿Será que China y Taiwan nos están llenando de los trapos que ellos no venden por allá? Yo entiendo a los jóvenes, ellos no saben de otra cosa que no sean camisitas y shorts pero por lo que veo, no van a aprender a vestir nada más toda su vida. Las chancletas sin medias hacen el calcetín un artículo innecesario solo para viejos. What?? Para mi, tanto jovenes como viejos en los centros comerciales dan pena y son una imagen triste de un país que va empobreciendo a velocidades impresionantes.

Cuando visitamos Beijín, hace poco más de una década, nos sorprendió lo mal que se vestían los chinos. Lo comprendimos pues China era un país pobre. Lo mismo nos pasó cuando visitamos El Cairo, no eran extrañas las chancletas y la ropa de bajo nivel. En ese tiempo en los Estados Unidos, aunque todavía se usaban las chancletas y los shorts, eran artículos de lujo para parejas retiradas. Hoy es un cuadro lamentable ver que nuestros jovenes y viejos van a las universidades a medio vestir y sin la más mínima conciencia de la impresión que nos dan.

¿Dónde está la ropa? Resulta que ahora solo la veo cuando el presidente hace una conferencia de prensa o cuando un abogado presenta su caso en corte. Creo que el mundo se está desnudando, pero no tanto por el aspecto atrayente o no atrayente que el desnudo pueda tener sino porque no hay ropa decente, bien hecha, que ponerse. Le presento este reto a ver a qué conclusión llega. Solo son unas cuantas preguntas y las respuestas las debe tener en la punta de la lengua. 1. ¿Cómo va vestida la gente a su iglesia? ¿Cómo las vió vestidas en el último funeral que usted asistió? ¿Cómo ve que se visten los artistas? ¿Cómo va vestido a clase su maestro? ¿Cuántos trajes tienes en tu closet? ¿Cuántos zapatos de cordones tienes? Si eres mujer ¿cuántos de tacón alto en comparación con los tennis y chancletas? ¿Serás que tu también has entrado en esta avalancha de desnudismo?

Lucir como mamarracho parece que es la consigna de los jovenes de hoy. ¡Ah! y mientras más ridículo, resulta que eres más “cool”. Lo que me parece es que la moral del mundo en cuanto a lo que es digno y hermoso ha cambiado tanto que ya no parece reconocerse lo limpio de lo sucio y lo apropiado y digno de lo que ni lo parece ni lo es.

Pues como de vez en cuando aparece alguien o algo con sentido común, le suplico que si lo encuentra, me lo deje saber porque voy a hacer fila con mi esposa para comprar allí. Estamos hartos de comprar basura en tiendas de “prestigio”. Apreciaré la ayuda si alguien puede decirme ¿dónde está la ropa?

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