INTRODUCCIÓN
No hay tarea más compleja ni juego más arriesgado que la educación de nuestros hijos. La tarea es diaria y constante. Los riesgos son enormes y permanentes. Pero, lo más desconcertante de todo es que no se nos incluyen instrucciones. Es tal y como dijo el poeta inglés del siglo XVII John Wilmot, “antes de casarme tenía seis teorias sobre el modo de educar a los niños. Ahora tengo seis hijos y ninguna teoría.” Es evidente que no es lo mismo creer que sabemos a vivir la vida y comprender que la teoría dista muchísimo de la realidad. En fin, todo indica que tendremos que arreglárnosla sin instrucciones.
En la siguiente serie de artículos “no se incluyen instrucciones” no pretendemos darle a ustedes los padres y tutores, nuestras directrices personales sobre la crianza de los niños. No ofreceremos reglas ni leyes. Tampoco vamos a suplirles un manual de educación por el que, paso a paso, se vayan juntando las piezas que produzcan un resultado inequívocamente exitoso. Pretender hacerlo no solo sería una pérdida de tiempo sino un engaño. Lo que sí pretendemos es, ofrecerles guías sencillas que a través del tiempo se han probado valiosas, didácticas y posibles de aplicar en todo ambiente, cultura y lugar. Por supuesto, es imposible ponerlas frente a ustedes sin incorporar nuestra experiencia, nuestro punto de vista, nuestras observaciones y nuestro estudio de este tema fascinante, y a la vez, siempre inconcluso. Estamos confiados en que nuestros lectores lo tomarán como guias y no como una fórmula rígida o arbitraria.
¿POR QUÉ NO SE INCLUYEN INSTRUCCIONES?
La respuesta es: ¡Porque no hay instrucciones! Los niños no son máquinas. Son individuos que nacen con distintas facultades. Cada persona es distinta, incluso los hermanos gemelos idénticos, son distintos en aptitudes, actitudes y carácter. Físicamente pueden ser difíciles de diferenciar pero en sus personalidades y en la manera en la que asimilan la educación es distinta. Sus vivencias son distintas. El ambiente les afecta de modos diferentes e incluso el azar jugará un papel en su desarrollo. Lo que queremos decir es que la individualidad es un regalo que nos viene a complicar todo lo relacionado con la educación. Hubiese sido más sencillo que todos fuéramos iguales, pero, al parecer eso no le daría a la vida todo el gusto, todo el reto y toda la belleza que el ser humano necesita para ser feliz y sentirse realizado. Dicho esto, es una valiosa ventaja la variedad y aunque pueda tener sus lados difíciles, al final redunda en más beneficios que desventajas.
Para ayudarnos a razonar sobre el por qué no puede haber instrucciones paso por paso en lo que tiene que ver con la crianza de nuestros hijos, supongamos que un hombre muy rico y poderoso desea hacer dos residencias idénticas en los dos extremos del planeta. Una en Japón y otra en Canadá. Contrata a los mejores dos arquitectos y les entrega dos planos, idénticos en todos sus detalles. Para probar sus habilidades les dice que no deben enviarse fotos ni consultar uno con el otro, solo deben apegarse al plano suministrado. Dicho esto, un arquitecto parte para Japón y el otro al terreno señalado en Canadá. Los dos comienzan su consturcción y los dos se apegan al plano. No cursan mensajes de texto ni se envían
fotografías. No intercambian ideas. Cuando ambos terminan su labor, el hombre rico y poderoso prepara su viaje para visitar sus propiedades, lleno de orgullo. Tan orgulloso se siente que invita a sus amigos más allegados a visitar sus mansiones. El resultado le decepciona completamente. Aunque los dos arquitectos tienen los mismos planos, los resultados no son mansiones idénticas. Lleno de rabia desemplea a los dos arquitectos y establece una demanda contra ellos en las cortes. ¿Qué sucedió? Muy sencillo: Que no es lo mismo construir en Japón que en Canadá. Los materiales son distintos, las leyes de construcción no son las mismas. El clima no es igual, el terreno tiene sus propias características. Simplemente las dos residencias no podrían ser idénticas pulgada a pulgada. Podrían ser parecidas, y lo eran, pero nunca idénticas.
El ADN de dos gemelos puede ser comparado al plano de los dos arquitectos. Es el mismo plano pero en cada caso las carácterísticas de cada individuo nunca resultarán idénticas tal y como no es lo mismo construír en Japón y en Canadá. Cada célula de nuestro cuerpo tiene una función determinada y solo ‘ejecuta’ las partes del ADN que son absolutamente necesarias para esa función. Los científicos saben que cada célula de nuestro cuerpo toma decisiones propias tal y como en el caso de los dos arquitéctos. No olvidemos que la alimenetación, el ejercicio y el ambiente contribuirán inequívocamente a diferencias que al final resultarán importantes.
Pues si esto es así en lo que tiene que ver con el físico de solo dos personas idénticas, ya tenemos tela por donde cortar. Las diferencias emocionales e intelectuales asociadas con el ambiente, la cultura y la forma en que se asimila la educación de un individuo -aunque vivan en una misma familia, van a producir resultados distintos.
Luego de esta breve introducción, el siguiente artículo ofrecerá las primeras guías.
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