Desde hace mucho tiempo ya, las familias enfrentan grandes retos. La delincuencia, las drogas, la falta de interés en el aprendizaje y muchos otros problemas que incluso llegan hasta la falta de interés de algunos padres en la educación de sus hijos. Como si todo lo anterior fuera poco, ahora enfrentamos nuevos retos y nuevos escenarios: La pandemia del covid-19.

No podemos simplemente bajar la cabeza como el avestruz. Quedar en ignorancia no va a ayudarnos para nada así como tampoco nos ayudará ignorar lo que sucede. Tenemos que enfrentar los nuevos retos con el mismo vigor que enfrentaríamos una catástrofe natural. Le haremos frente sin importar la destrucción y el dolor que pueda causarnos. Si no lo hacemos estaremos entre los vencidos y no entre los vencedores. Podemos y lo haremos. ¡Si lo hacemos, venceremos!

RECONOZCAMOS LOS CAMBIOS

Si no reconocemos los cambios y seguimos viviendo en el pasado no vamos a llenar los requisitos necesarios para poder superar este gran reto. No estaremos a la altura de lo que se requiere y ya dijimos que queremos tener éxito así que no vamos a cegarnos. Haremos lo que haya que hacer ya que después de todo es para beneficio de los que amamos y deseamos proteger.

Lo primero es lo primero, tenemos que seguir las pautas del estado para nuestra protección. ¿Cuáles son? Hagamos un repaso rápido y general:

  1. Usar una mascarilla.
  2. Conservar la distancia social de 6 pies (mínimo).
  3. Lavarnos las manos con frecuencia.
  4. Desinfectar la compra.
  5. Evitar actividad social, por el momento.
  6. Quedarnos en casa el máximo posible.

Seguir las pautas de arriba es actuar con sabiduría en vista del nuevo escenario que enfrentamos. No seguirlas representará un atraso en el progreso que deseamos alcanzar para erradicar o por lo menos controlar el covid-19.

FAMILIA BAJO ESTRÉS

No vamos a ignorar la presión que las pautas ya mencionadas van a ejercer sobre la familia. Y serán mayores dependiendo de las actitudes de cooperación y comprensión del problema así como de la composición familiar. Dicho de otra forma, dependerá de la habilidad y el deseo de cada miembro de la familia por cooperar para beneficio de todos.

En el caso de los menores de edad, es necesario explicar el problema de forma que lo entiendan. No queremos asustarlos pero tampoco dejarlos en ignorancia. Los niños pequeños captan la ansiedad de su alrededor y son afectados más por lo que no conocen que por lo que conocen. De modo que hay que sentarse y explicarles el problema de una forma sencilla.

Una madre dice a su hijo de 9 años: “El covid-19 es como un catarro. Solo que es un catarro que puede hacernos mucho daño. Puede hasta matarnos. Si nos cuidamos no vamos a pescar este catarro fuerte. Vamos a repasar juntos lo que podemos hacer para no enfermarnos. ¿Tu no quieres enfermarte, verdad? ” Esa fue una explicación que un niño puede entender y con paciencia también puede actuar de forma que se proteja él y proteja al resto de la familia.

Tratemos de cooperar unos con otros para beneficio de todos.

En el caso de los adolescentes el reto pudiera ser mayor. A ellos hay que explicarles su responsabilidad con relación a sus hermanos mayores, amigos, abuelos y otros que sepamos que el muchacho aprecia. En el caso de los adolescentes es necesario tocar no solo su intelecto sino también su corazón. Un padre habla con su hijo adolescente y le dice: “Hijo, tu mamá, tus hermanos y yo queremos pedir tu ayuda en este asunto de la pandemia del covid-19. ¿Tu sabes de qué estoy hablando? Necesitamos protegernos y queremos que tu nos ayudes a cuidarnos. Por eso te estoy pidiendo que cooperes quedándote en casa por un tiempo hasta que todo esto pase. No solo podemos perderte a ti sino que pudiéramos enfermarnos todos si tu o nosotros nos contamináramos unos a otros. Es cierto que muchos sobreviven pero otros están muriendo. No sabemos lo que pasaría con nosotros o con tus hermanos si alguno de nosotros nos contaminamos. ¿Crees que pudiéras ayudarnos?”

Lo mejor es obtener de todos una cooperación voluntaria que una obligada. A nadie le gusta estar bajo obligación y por eso el acercamiento debe ser positivo y voluntario para que alcance los resultados deseados.

Finalmente, NOSOTROS los padres y abuelos debemos dar el ejemplo y sacrificar nuestra libertad, al menos temporalmente, en pro de la familia. Ocuparnos en protegernos a nosotros mismos siguiendo las reglas de arriba y dando el ejemplo. El ejemplo es vital y comienza por nosotros.

El coronavirus nos ha planteado a todos un nuevo escenario.

Sí el escenario cambia como cambian los escenarios en una obra de teatro. El escenario del 2020 es ciertamente uno oscuro e incómodo. ¡No lo hagamos más oscuro y más incómodo por medio de una conducta impropia! Es asunto de enfrentar este desastre con voluntad y actitud de cooperar. ¡Miremos adelante, aprendamos, y tengamos éxito en cuidar nuestra familia!


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