¿Qué hacemos cuando las cosas no van bien?

Cuando las cosas no andan bien y enfrentamos situaciones difíciles –situaciones que tienen el potencial de lastimarnos permanentemente. ¿Qué hacemos? ¿Cómo las enfrentamos?

Es verdad que nuestros problemas pueden tener diferentes causas, pero, todos los problemas que enfrentamos tienen el potencial de afectar nuestra vida de forma negativa. Sean problemas económicos, matrimoniales, familiares o emocionales, TODOS ellos tienen la capacidad de lastimarnos, desanimarnos e incluso deprimirnos, lo que no contribuirá a nuestra felicidad.

En este artículo vamos a examinar 3 sugerencias que pueden ayudarnos a superar los tiempos difíciles en los que las cosas no andan bien.

Cuando las cosas no andan bien debemos ser: REALISTAS

Sí, es importante entender que no vivimos dentro de un castillo medieval en el que nadie puede tocarnos. Aquellos castillos antiguos estaban rodeados de un foso de agua de modo que cuando las puertas se cerraban eran infranqueables. No había forma de llegar a ellos. Pero estos tiempos no son aquellos tiempos, estamos expuestos. Somos vulnerables, probablemente más vulnerables que nunca lo hemos sido. Enfrentaremos problemas y no solo nosotros sino también los que amamos. Sin embargo, reconocer esto, ser realistas nos puede ayudar a evitar muchos problemas. No vivimos en el mundo de Disney. Vivimos en un mundo real y cruel en el que si nos descuidamos podemos sufrir dolorosas consecuencias. Ser realista nos ayuda a establecer expectativas razonables y evitar decepciones innecesarias.

Como ejemplos, cuidado con las llamadas telefónicas desconocidas. Cuidarnos de abrir páginas de internet de fuentes sospechosas. Cuidarnos de los mensajes que nos ofrecen o prometen beneficios que no hemos solicitado. Estos son solo algunos de los problemas en los que podemos meternos y causarnos mucho dolor. En los Estados Unidos, por ejemplo, la gente tiene el concepto de que el dinero entra por todos lados. La realidad es que el dinero entra muy despacio y se va a la velocidad de la luz. El gancho es la palabra “GRATIS” pero el que lo muerde termina pagando las consecuencias. La propaganda es una cosa, la realidad es otra. Ser realistas y comprender que las cosas verdaderamente gratuitas vienen del cielo y no de los hombres nos resultará en protección. Nunca recibirás una factura por el aire respirado o por las horas de sueño reparador. Nunca recibirás una factura por una puesta de sol hermosa o por el crecimiento de las flores en tu jardín. Lo demás, lo que no viene de arriba, cuesta y muy a menudo cuesta demasiado.

Ser realistas nos permitirá evaluar situaciones de manera objetiva y tomar decisiones informadas. Por ejemplo, un empresario que analiza los riesgos y beneficios antes de invertir en un proyecto es realista. En fin, ser realistas nos ayuda a evitar lo que podemos evitar y vivir con expectativas sanas. Estar contentos con nuestras realidades nos inclinan a la gratitud y a apreciar y valorar muchas de nuestras bendiciones. Nadie lo tiene todo pero si somos realistas y agradecidos apreciaremos lo que sí tenemos y podemos disfrutar.

Cuando las cosas no andan bien DESARROLLEMOS LA CAPACIDAD DE AGUANTAR

 Cuando las cosas no andan bien, necesitamos AGUANTE. ¿Qué es aguantar? Una obra de consulta dice que la idea de aguantar se asocia con mantenernos firmes sin perder la esperanza a pesar de los obstáculos, los dolores o las tribulaciones. ¿Entonces? Entonces las dos ideas de aguantar y esperar mejora, tienen una estrecha relación. No aguantamos por aguantar sino que aguantamos esperando que la situación cambie. Esto es importante porque la tendencia humana es a esperar resultados rápidos y cuando no llegan nos desesperamos.

Cuando aguantamos situaciones difíciles desarrollamos la resiliencia y esta cualidad nos ayuda a enfrentar desafíos y superarlos con una actitud positiva. No somos ni los primeros ni los únicos en este planeta en tener que enfrentar injusticias, traiciones y malas rachas. Piense en el atleta que se lastima en el campo de juego. ¿Qué hace? Establece metas realistas para su recuperación y luego de un tiempo vuelve al campo de juego. Enfrentar problemas no significa que estamos fuera de la carrera para siempre. Significa que tenemos que hacer ajustes, aguantar con resiliencia y con el tiempo podremos seguir adelante.

Muchas veces en el proceso de aguante tenemos la oportunidad de fortalecer las relaciones con otras personas. Tal vez hemos descuidado el contacto con parientes y amigos. Ahora, mientras nos recuperamos aguantando, podemos tratar de reforzar o restablecer la comunicación con personas que son importantes para nosotros. Esa sugerencia pudiera hacer la espera más positiva e incluso, para nuestra sorpresa, más agradable.

Es probable que en este mismo momento alguno de nuestros lectores sientan que las fuerzas se les acaban. Si eso sentimos, las cosas no andan bien, ¿verdad? Pues tal vez podamos ser un poco más realistas y cooperar con nuestra mejoría, aumentar nuestra aptitud para aguantar y hacer algunas llamadas a viejos amigos que nos quieren pero con quienes no hemos hecho comunicación por algún tiempo. De seguro recuperaremos las fuerzas emocionales para seguir adelante.

Cuando las cosas no andan bien no es momento de LAMENTARSE, de LLORAR, de SOLTARLO TODO y de RENDIRSE. Al contrario, es momento de AGUANTAR por causa de la ESPERANZA de que las cosas mejoren poco a poco para nuestro beneficio.

La tercera sugerencia se desprende de las dos anteriores.

LA PACIENCIA NOS AYUDARÁ cuando las cosas no andan bien

Los problemas no se presentan, por lo general, de hoy para mañana, casi siempre se fueron desarrollando poco a poco aunque tal vez no nos percatamos de eso. Por lo general la solución, de igual manera, tomará algún tiempo. Unas veces menos y otras más pero es muy probable que no se resuelvan de hoy para mañana. Es aquí donde debemos ser pacientes. Esto es cierto de los tratamientos médicos, de las terapias, del ajuste de algunos aspectos de nuestra personalidad e incluso aplica cuando asumimos responsabilidades económicas inesperadas. Se necesita paciencia para resolverlas, pagar las deudas o recuperarnos físicamente. La paciencia nos permitirá pensar con mejor juicio. Se ha dicho que la paciencia es la ciencia de la paz. Y es muy cierto. Muchas guerras se hubiesen evitado si ambos lados del conflicto hubiesen mostrado más paciencia. Repasemos algunas otras ventajas de la paciencia:

  • La paciencia logra objetivos a largo plazo. Nos permite trabajar hacia metas ambiciosas sin desanimarnos por obstáculos temporales.
  • La paciencia mejora las relaciones personales porque nos ayuda a entender e incluso apoyar a los demás en momentos difíciles. Por ejemplo, un padre que es paciente puede ayudar calmadamente a su hijo a montar bicicleta.
  • La paciencia fomenta el crecimiento personal y nos permite reflexionar y aprender de nuestros errores.
  • La paciencia reduce el estrés e incrementa la confianza en nuestras decisiones.

En resumen, cuando las cosas no andan bien cultivemos el ser realistas, la capacidad de aguantar y la de desarrollar la paciencia. Aunque ninguna de estas cosas son fáciles de hacer, los esfuerzos valdrán la pena y nos ayudarán a vivir vidas más tranquilas y felices.

 

 


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