Estemos conscientes o no, todos transmitimos un mensaje cuando le damos la mano a otra persona. ¿Qué mensaje transmites tu?
Todos queremos dar una impresión favorable cuando saludamos a un amigo o nos introducen a alguien. Esa buena impresión comienza con la forma en que estrechamos la mano. ¿Es demasiado fuerte la presión que ejercemos en la mano de la persona? ¿Es excesivamente débil? ¿Tenemos las manos secas? ¿Les empujamos hacia nosotros? ¿Cuál debe ser la posición de nuestra mano? Si nos ponemos a pensar en cada uno de estos puntos podremos causar, de forma natural, la mejor impresión posible.
TUS MANOS DEBEN ESTAR SECAS
Tener las manos mojadas no causa una impresión favorable en nadie, a menos que por supuesto todos estemos en la playa, dentro de la piscina o en el sauna.
Cuando bebas, tanto en un vaso como en una lata, ten por costumbre tomar una servilleta y de esa forma tus manos se conservarán secas.
Hay personas que tienen problemas con sudoración excesiva. Esta condición se conoce como hiperhidrosis palmar y se produce a causa de una sobre estimulación del sistema nervioso. Es una condición heredada en unos casos y en otros puede deberse a la ansiedad. He tenido amigos, de ambos sexos, que han luchado con este problema y han encontrado algunos remedios, que aunque no solucionan el problema en su totalidad, ofrecen alivio.
Bicarbonato de sodio: disuelve un poco en agua caliente y sumerge las manos por diez minutos. Tus manos quedarán secas.
Té: es un excelente controlador del sudor y un buen desodorante. Hierve un vaso de agua y ponle 5 bolsitas de té. Cuando aún esté tibio, sumerge las manos en él unos diez minutos.
EQUILIBRA LA PRESIÓN DE TU MANO CON LA PRESIÓN DE LA OTRA PERSONA
Si presionas en exceso transmites una actitud prepotente y si presionas poco dejas la impresión contraria, que eres flojo o floja. Entonces ¿cuál es la presión apropiada? La que equilibre la de la otra persona. Al principio quizás te cueste más concentrarte en esto pero, con la práctica, llegará a ser algo automático.
Cuando la presión que se ejerce es equitativa, transmitimos un mensaje de igualdad, de estar a la misma altura, de ser iguales. No importa su posición nunca quieres dar la impresión de que te consideras mejor, superior o más fuerte que la otra persona. Tu quieres generar simpatía y no arrancar con una actitud de competencia.
NO EMPUJES A LA PERSONA HACIA TI NI HACIA ELLA
Seguramente alguna vez te has encontrado con esos tipos que te quieren empujar hacia ellos, tal vez para presumir. Otros puede que te empujen hacia atrás como quien dice: “amigos pero a la distrancia,” de seguro que no te deseas identificar ni con uno ni con otro.
Con los dos pies bien puestos sobre la tierra evita empujar. Ofrece un saludo cordial con mano abierta, amplia sonrisa y equilibrio. De hecho, quien hace eso al saludar no se gana nuestra confianza para nada.
SALUDA CON LA MANO ABIERTA Y CON EL PULGAR HACIA EL CIELO
Dar un saludo con la mano hacia abajo sugiere que se esconde algo. La mano abierta con el pulgar hacia el cielo ilustra a la persona abierta y sincera que ofrece un saludo sin pretensiones.
Dar la mano es una de las actividades más rutinarias de nuestra jornada diaria. Con todo, por medio de un buen estrechón de manos podemos transmitir emociones y sentimientos positivos que serán un haber en asuntos de negocios y de relaciones humanas en general. Darle un poco de atención nos beneficia a todos. ¿Sabes por qué? Porque cuando damos la mano, ¡transmitimos un mensaje!
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