Es probable que ya lo tengas por costumbre. Las costumbres son difíciles de adquirir pero una vez se adquieren, son muy difíciles de abandonar. Si tú y yo nos acostumbramos a felicitar, a elogiar y a animar a otros de forma tan cotidiana como tomamos nuestra tacita de té o café, lograremos ser de mucho ánimo y estímulo a los que nos rodean y como resultado lograremos ser estimulantes como el té o el café de cada día. Vivimos en tiempos en que las personas están muy ocupadas en sus propios asuntos y pocas veces se detienen a pensar en la contribución que otras personas hacen a su felicidad. Recomendaba a unos amigos, hace poco, que se hicieran la costumbre de elogiar a DOS personas cada día. No parece mucho pero, francamente, tocar el ánimo de dos personas al día puede hacer para otros una diferencia agradable, y para ti, una rutina hermosa que puede llegar a traerte muchas y agradables experiencias.
Pero hay otro ángulo de este asunto que podemos discutir. Se trata de la maquinaria que crea en nosotros la vida moderna. Es esto: la gente se está muriendo de hambre en el espíritu. Es triste cómo nos enfocamos en cosas mecánicas y vacías, abandonando las que verdaderamente nos acercan a los demás. Hoy hay más programas de televisión de crítica que nunca antes. Hay críticos de cine y críticos de modas y de celebridades y de literatura y de política y no se acaban. Pero ¿cuántos se detienen a dar las gracias, a felicitar un buen trabajo, a elogiar un detalle a mirar al cielo y dar gracias porque ha salido el sol? ¿Qué tal si tu y yo comenzamos a hacer algo agradablemente diferente? ¿Por qué no nos tomamos el tiempo necesario para inyectar un poco de ánimo hoy?
El te o el café son estimulantes que la gente busca. Tu y yo podemos ser aún más estimulantes. Te aseguro que podremos tocar la vida de alguien, para bien.
Discover more from Komosabe
Subscribe to get the latest posts sent to your email.