3 asuntos que tomar en cuenta con nuestros hijos durante la pandemia

La presencia del covid-19 nos ha complicado la vida a todos en cuestión de meses. Y no hay duda alguna de que quienes más se han visto entre la espada y la pared son ustedes los padres. Ni hablar si se cría una familia en un hogar de padres solteros. Es un reto fenomenal que, sin previo aviso se nos ha venido encima. En realidad todos somos novatos en este tema por lo que repasar algunas sugerencias no nos viene mal a ninguno de nosotros. Por supuesto, es sabio tomar las cosas con calma y no aplicar las sugerencias a rajatabla. Pues bien, nuestra propuesta de abuelos es esta:

HABLA CON TUS HIJOS TODOS LOS DÍAS

Los pensamientos de nuestros hijos, y no solo sus pensamientos pero, más importante aún, sus sentimientos no son fáciles de sacar a la luz. Es como cuando se trata de sacar agua de un pozo profundo. Ya sé que la mayoría de los jóvenes padres nunca han hecho esto, pero, creo que casi todos hemos visto el procedimiento en alguna película. Tiras el cubo a lo profundo, sujeto de una cuerda, y te esfuerzas por elevarlo hasta donde ti… y nunca sabes lo que viene. En el mejor de los casos, una buena cantidad de agua. Luego, hay que repetir tres o cuatro veces el mismo ejercicio ¿no es cierto? Pues ¿cómo extraemos los pensamientos de nuestros hijos a la superficie?

Con paciencia. Tirando el cubo hasta el fondo y esperando que salga agua. Buenas preguntas son como ese cubo. Preguntas que no les incriminen ni con las que sospechen que estamos buscando algo que no existe. Conversar viendo la tele, se puede si no hablamos de algo muy serio. Conversar jugando un juego de mesa tamién se puede, otra vez, dependiendo del tema. Conversar un poco antes de ir a la cama, tal vez en el mismo cuarto antes de leerle alguna de esas historias que les gusta, es mi lugar preferido.

Sin embargo, cuando converses con tu hijo, déjalo con ganas de más. No hables y hables por media hora porque eso es fatal. Poco, suave y animador… si lo hacemos todos los días por 30 días del mes, es una buena cantidad de tiempo. Aprenderás mucho de tu hijo y él confiará más en ti. Con covid-19 o sin covid-19 no dejes de practicar esta regla. No falla.

Conversar con nuestros hijos no solo les ayuda a ellos sino también a nosotros

OBSERVA SU CONDUCTA

Si de una cosa nos sirve la experiencia es que, observando, podemos aprender más que de cualquier otra forma. ¿Necesitas preguntarle a tu hijo si se siente frustrado, enojado o bravo? Obviamente no. Lo conoces y puedes determinar enseguida su estado de ánimo.

Cuando lo ves así distinto, encerrado en sí mismo… es fácil comenzar una pelea con la pregunta que más problemas causa: “¿que te pasa?” Esa pregunta NO SE HACE. Dale espacio al muchacho y trata de comportarte de forma natural. Dale su espacio. Si no desea hablarte del asunto, déjalo. Mañana tal vez puedas preguntarle algo como “¿tuviste mejor día hoy? ” Así le abres la puerta a que se exprese, si desea hacerlo. Respeta sus sentimientos y espera. Claro, no todos los chichos son iguales y lo que puede funcionar con Pepito tal vez no funcione con Carlitos. La pura verdad es que la pandemia nos pone a todos un poco molestos al tener que estar dentro de nuestra casa por tanto tiempo, y, los muchachos no son diferentes.

Upset girl with teddy bear sitting on the floor at home

PROCURA QUE SE ALIMENTEN BIEN

Como sucede con muchos de nosotros, la ansiedad nos abre el apetito y en ocasiones queremos comernos un buey. Otras veces queremos comer solo “chucherías” y eso tampoco es apropiado. Además, durante estos tiempos de covid-19 tampoco conseguimos todos los alimentos que nuestra familia está acostumbrada a consumir. Eso también nos puede irritar a todos.

¿Qué podemos hacer? Podemos envolver a nuestros hijos en la compra y en el menú que vamos a preparar. Se puede comprar una buena carne molida y hacer juntos unos hamburguers. Otro día se pueden comer hoy dogs si eso les gusta y podemos comprar algunos de buena calidad. ¿Qué hay de preparar una buena pizza? Así vamos envolviéndolos y acercándolos a nosotros. Claro, esta no puede ser la comida de todos los días por lo que hay que preparar las mejores recetas que toda la familia “soporte” mientras estemos limitados.

Eso sí, TODOS LOS DÍAS debemos reunir la familia para tener, por lo menos, una comida juntos. La hora de la comida debe ser una ocasión feliz. NO es momento de quejas, de chismes o de réplicas. Queremos tener una comida en paz SIN CELULARES a la mesa. Esa debe ser una regla no negociable no solo durante la pandemia sino mientras vivan en casa. Recuerde: por lo menos UNA comida juntos.

Estas tres sugerencias nos pueden ayudar mucho a pasar lo mejor posible estos meses de ansiedad que si bien nos afectan a nosotros los adultos, tienen mayor impacto en los chicos. Es por esa razón que debemos dedicarles tiempo, observar su comportamiento y asegurarnos de que se alimentan bien.

De vez en cuando toda la familia puede disfrutar de algún alimento que les encante a los chicos.

Rio revuelto, ganancia de pescadores

Este dicho español nunca ha sido tan veraz como en estos tiempos en que nos ha tocado vivir. Nadie pone en tela de juicio el hecho de que todo está revuelto. Las instituciones más sólidas están más inestables que nunca y la gente menos paciente y más resuelta a buscar y buscarse problemas. Sí, vivimos meses de inestabilidad en la que no hay institución, social, comercial, política, sanitaria o incluso religiosa, que no esté siendo sacudida hasta sus mismísimos fundamentos.

Claro, rio revuelto, ganancia de pescadores. No falta quién busque beneficios de la confusión, la ansiedad, las dudas y la desconfianza. Y tampoco escasea el que, desesperado, va a buscar refugio a la boca del lobo.

El dicho dice: “rio revuelto ganancia de pescadores”. ¿Ves eso hoy?

De la desesperación dependen los que lanzan el anzuelo sin escrúpulo alguno para atrapar vivos a los que muerdan el sebo. A mi cuenta de Komosabe, de Facebook, e incluso a mi cuenta personal de internet llueven los mensajes con motivos dudosos sobre negocios en la bolsa de valores, inversiones, y aventuras en las que supuestamente puedes hacerte rico de la noche a la mañana. Además, invitaciones a grupos de Chad y mil cosas que son, a todas luces, producto de los que buscan ganancias personales y muchas veces a costa de proyectos dudosos. Sí, cuando el río está revuelto… pululan los pescadores.

Estoy seguro que yo no soy el único. La propaganda de los que quieren aprovecharse de toda esta confusión nos afecta a todos, por lo que nadie está excluido de caer víctima de las llamadas tramposas y de los anuncios engañosos. No caigamos en la trampa, estimado lector.

¡NO CAIGAS EN LA TRAMPA!

Si el río está revuelto, solo será ganancia de pescadores si tu y yo somos peces incautos, asustados y sin esperanza.

Mantenga la mejor rutina que pueda. No es momento de inventar nada ni de buscarle las 5 patas al gato. Podemos superar lo revuelto de la superficie del río, si sabemos irnos a lo profundo, donde todavía las aguas están tranquilas y donde podremos reposar sin temor a perderlo todo. Y claro está, no queremos ir a lo profundo solos, queremos llevarnos a los nuestros, a los que amamos que dependen de nosotros. Es nuestro deber protegerlos y no permitir que se los lleve la corriente. Sin embargo, para protegerlos hay que escucharlos.

¿Cómo podemos fortalecer la unidad familiar? Si nos mantenemos juntos, no será imposible seguir adelante. Habrá solidaridad entre los miembros de la familia y sabrán actuar como un solo individuo. No se esparcirán asustados haciendo cada cual lo que le parece. Si eso ocurre, tarde o temprano alguno va a caer en las redes de pescadores. Eso sería terrible y más dura la tribulación para el resto de la familia. Evitemos esos golpes con buena comunicación, perspicacia y unidad de acción en el núcleo familiar.

Ser perspicaz con nuestra familia va a ayudarles a pasar esta temporada difícil.

APRENDAMOS A NO DESPERDICIAR

Cuando hay abundancia, por regla general, hay mucho desperdicio. En vista de los tiempos que vivimos y lo inestables que están, aprendamos a no desperdiciar. Si lo hacemos nosotros, nuestros hijos van a aprender a hacerlo.

No desperdiciemos agua, luz, gasolina, papel y sobre todo, no desperdiciemos los alimentos. Tengamos un suministro acumulado en casa, por varias semanas, y ayudemos a la familia a estar contentos con lo que se les hace disponible. Nadie va a morir de hambre, pero no hay que comer en exceso de forma ovípara en tiempos en los que los recursos, muy pronto, pudieran estar limitados.

Motivemos a la familia a comprender que tal vez no tengamos, por un tiempo, todas las cosas que nos gustan y que por lo tanto, tendremos que sustituirlas por otras. No es el fin del mundo pero hay que aprender a estar contentos con lo que tengamos disponible.

Ser agradecidos va a contribuir muchísimo a superar estos días de pandemia y volver a la normalidad de aquí a un tiempo. Vivir con esperanza será una fuerza motivante para todos los miembros de la familia. Si todos nos cuidamos podremos contarlo en los años por venir.

De modo que NO DESPERDICIEMOS los recursos, lo que incluye el dinero. APRECIEMOS lo que tenemos y enseñemos a nuestros hijos a apreciarlo también. El río está revuelto. Agitarnos no va a calmarlo. Seamos PACIENTES y esperemos el tiempo en que podamos ver días mejores.

El PREJUICIO pandemia incurable

Todos fijamos los ojos en el COVID-19 sin darnos cuenta de que vivimos en medio de una pandemia incurable que carcome nuestros sentimientos de humanidad. Está acabando con nuestra sociedad y seguimos insistiendo en que no existe. Pero sí existe y no nos deja vivir tranquilos. El prejuicio atrasa, enferma como una pandemia y termina matando a millones. Sí, es una enfermedad mortal.

¿QUÉ ES EL PREJUICIO?

¿Que es exactamente el prejuicio? Pues dicho de forma sencilla es llevar una idea o tener una opinión pre-concebida de las personas por causa de su estatus social, su raza, su cultura o su religión, a veces también por envidia o por el simple deseo de destruir. El prejuicio se antepone a lo que sea nuestra propia y personal experiencia con otro ser humano. Por esa razón es malo y muy dañino, especialmente para la persona que lo posee. Sus cadenas son difíciles de quebrar. Casi siempre su dueño es también su peor víctima.

El prejuicio nunca es positivo ya que siempre debemos tener razones por las que hacemos lo que hacemos. Y cualquier cosa que hagamos movidos por una idea preconcebida es dañino para nuestra salud mental, espiritual y emocional. Claro, en el cien por cien de las veces, el prejuicio se nos ha inculcado en nuestro desarrollo. No nacemos prejuiciados contra nada ni contra nadie, lo que muestra que no es algo natural ni inherente en el ser humano. Podemos nacer con gustos distintos pero nunca con prejuicios. De modo que es algo que aprendemos, tal vez en el hogar, puede que en la escuela, con amigos o incluso inculcado en grupos sociales, religiosos, culturales o familiares.

Es difícil determinar dónde empiezan y dónde terminan los prejuicios pero nunca, nunca, nos pueden hacer bien. Siempre nos harán mal. Nos contaminarán y al final, como el peor de los virus, nos enfermarán sin remedio. Contaminados, asfixiados y enfermos, moriremos de una muerte lenta y cruel.

Los prejuicios, así como los virus, son muy difíciles de desarraigar o curar. Atacan la mente y el corazón de las personas. Cuando estos prejuicios se hacen públicos y patentes le llamamos discriminación y esa está por todas partes en todas las sociedades del planeta. Contamina a todas las razas y a personas de todo nivel social y económico. No queda nadie excluído. Deportistas, artistas, religiosos, pobres, ricos, hombres y mujeres, políticos y comerciantes, estudiantes y maestros, nadie queda libre de su contaminación. Es una pandemia imparable que nos destruye por dentro… sin remedio.

No se quita lavándote las manos porque lo que debemos lavar es el corazón. No lo matas con desinfectante porque lo que debes desinfectar es tu mente. Lo llevas y lo pasas a tus hijos y ellos a sus hijos en una cadena interminable de víctimas que andan muertos en vida, incapaces de reconocer su enfermedad.

Es tan fácil determinar cuando una persona se ha infectado con el COVID-19. ¡Si fuera tan fácil determinar cuando una persona está prejuiciada! Si cada día, hasta diez mil personas en un solo estado de este país se reconocen contaminadas del coronavirus ¿tienes una idea de los que todos los días se contaminan con los prejuicios que se siembran en las noticias, los periódicos, la radio y la internet? Las víctimas se cuentan por millares de millares.

¿ESTAS PREJUICIADO TU?

¡Pero yo no estoy prejuiciado con nada ni contra nadie! Si es así, estimado lector, así debe ser. No estás haciendo nada extraordinario. Solo que, no te jactes, ¡cuidate! Y cuídate bien, porque si te descuidas te sucederá como con los que se descuidaron con el covid-19 y terminaron enfermos, o peor.

No debería ser nada extraordinario ser una persona cabal que no se contamina con las opiniones populares, la propaganda y las acusaciones sin base. Lo correcto es que sepas diferenciar el uso del abuso y el bien del mal. Lo apropiado es que todavía puedas distinguir lo que es malo, como malo y lo que es bueno, como bueno y que mantengas tu frente en alto, limpio y con ojos brillantes. Si es así como eres, tu, que no te vendes ni te regalas en causas odiosas, repugnantes, cobardes, asesinas y mentirosas… pues, amigo mío, ¡es justo así como debes ser!

VIrus, Coronavirus

Mantente libre de prejuicios. ¡Lucha contra ellos como luchas contra una epidemia! Ayuda a tus hijos. Ayuda a tu familia a pensar y a actuar con razones y por razones, no por prejuicios. Todos estamos en peligro de contaminarnos. Y es que el prejuicio es peor que una pandemia.

¿Qué es una pandemia?

Recientemente, tan reciente como este miércoles 11 de marzo 2020, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha pronunciado al coronavirus (COVID-10) como una pandemia.

Es tan irónico que en vez de estar viajando por las estrellas, como era la visión del futuro que la ciencia presentaba durante mi juventud, tengamos, todos nosotros que luchar con enfermedades que pudieron haberse evitado y que ahora se convierten en monstruos que amenazan nuestra tranquilidad e incluso, nuestra vida.

La humanidad ha sufrido epidemias muchas veces, sin embargo, es probable que el tema sea completamente nuevo para muchos de nosotros que hemos vivido alejados de estas tristes realidades. Todo indica que ese tiempo de ignorancia se ha terminado. El reloj va contando los segundos en los que también nosotros, todos juntos viviremos los peores y los mejores tiempos.

¿Qué diferencia hay entre una endemia, una epidemia y una pandemia?

Endemia:

Son como las enfermedades características de una zona y están presentes de manera permanente durante muchos años.

Epidemia:

Son las enfermedades contagiosas que se propagan en forma veloz y que afectan al mismo tiempo y en un período concreto a un gran número de personas.

Pandemia:

Las pandemias son epidemias que, por su ritmo de crecimiento, han acabado afectando a distintas zonas del planeta más o menos al mismo tiempo. El organismo encargado de declarar cuando una enfermedad es considerada pandemia es la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Repasemos una lista de azotes epidémicos reducida a solamente el Siglo XXI

Azotes del Siglo XXI

2002: Se calcularon en 1.000 los casos de polio en la región de Uttar PradeshIndia

2003: Epidemia de SARS. 8.000 infectados y 700 muertes en dos meses.

2005: La gripe aviaria en su cepa H5N1, se convirtió en una amenaza de pandemia cuando se produjeron los primeros contagios en seres humanos.

20092010: La Pandemia de gripe A (H1N1) se cobró la vida de más de 18.000 personas alrededor del mundo.

2010: Un brote de cólera azotó Haití. La inadecuada gestión del agua derivada del caos causado por el terremoto de Haití de 2010 que lo precedió, favoreció su rápida propagación, alcanzando más de medio millón de afectados y 8.000 víctimas en el 2013.

2014: La epidemia de ébola de 2014 comenzó con un brote en Guinea en marzo y se extendió en los meses siguientes a Liberia y a Sierra Leona. Posteriormente alcanzó a Nigeria, Senegal, España y Estados Unidos. Su alta tasa de mortalidad y ausencia de cura ha llevado a cobrarse la vida de más de 4.500 personas en medio año.

20122015: El Síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio fue detectado en el 2012 en Arabia SaudíEn mayo del 2013 se habían producido casos en más de 7 países incluyendo QatarReino UnidoFranciaAlemania y Túnez. El virus infectó a casi 1.000 personas y mató casi más de 500..

2014: El Virus del Zika azotó toda Latinoamérica con varios millones de infectados y miles de bebés nacidos con Microcefaliase calcula la cifra de muerto en 4030 casos.

20192020: El COVID-19 un nuevo tipo Coronavirus, catalogado como Pandemia por la OMS (11/03/20), fue descubierto el 31 de diciembre de 2019 en China hace su aparición. El 11 de febrero de 2020 la Organización Mundial de la Salud denomina oficialmente como COVID-19.

Datos y cifras, noticias y víctimas nos duelen a todos. Sinembargo, cuando los datos y las cifras se acercan geográficamente a nosotros, todo asume un color distinto y nuestro punto de vista de las cosas, cambia. Debería cambiar para bien.

En nuestro próximo artículo veremos qué postura es saludable asumir y por qué.