¿Qué haces con tu dinero?

¡Ya lo sé! Es una pregunta personal, muy personal. La ventaja de no tenerte frente a mi y tener solo la pantalla del computador, me ayuda a plantear la pregunta, sin temor a que te ofendas. Es la ventaja de escribir… es diferente hablar frente a frente. Si te hiciera la pregunta frente a frente tendría yo que tener una muy poderosa razón y nervios listos para esperar cualquier respuesta, ¿cierto? Pero como es el caso, te pregunto, por medio de las letras, ¿qué haces con el dinero?

Dices: ¡GASTARLO!

Claro está que si el dinero no se gasta, no se disfruta. No debemos ser como la tirilla cómica de Rico MacPato, ¿la recuerdas? El tío se la pasaba guardando y contando cada céntimo. El avaro no gasta, pero tampoco vive. No hay que temer gastar dinero, lo que hay que temer es gastarlo inconscientemente, desperdiciándolo sin ninguna clase de contemplación ni mesura. Gastarlo así, es, asegurar nuestra pobreza de forma permanente.

Tampoco se puede gastar más de lo que ganamos. Si ganamos mil, pero gastamos mil cien, estaremos en problemas en poco tiempo. Te sugiero lo siguiente: Siéntate con una calculadora y una hoja de papel. Haz una “T” en la hoja y coloca a la izquierda lo que ganas, cuando digo lo que ganas me refiero a la cantidad de dinero con la que puedes contar. No incluyas todos los descuentos que hacen a tu cheque. Incluye también otros ingresos que tiene la familia por causa de rentas, etc. Pon la cantidad real de ingresos. Luego, a la derecha de la “T” describe tus gastos. Recuerda los conceptos más importantes como la renta, pago del auto, gasolina, seguros, escuela de los muchachos, tarjetas de crédito, alimentos y utilidades como el agua y la luz. ¿Qué descubres al comparar los ingresos contra los gastos? Si descubres que gastas más de lo que ganas, deberás hacer ajustes inmediatos. ¡Ajustarse los pantalones es mejor que perderlos!

Hay zonas en las que podemos ahorrar cientos de dólares al año. Una de ellas es la ropa y los zapatos. ¿Cuántos zapatos tienes? Estoy seguro que más de los que necesitas. Cuando era niño mi mamá decía que necesitaba cuatro pares. Para salir: negros y carmelitas. Para andar en la casa: unas zandalias cómodas (ella no me dejaba andar descalzo) y finalmente, un par de tennis para todo lo demás.

Si eres valiente, vé a tu closet y cuenta los pares de zapatos que tienes. Incluye los tennis y las zandalias. ¡Busca bien! Te vas a sorprender. Pues, para empezar a ahorrar, usa todos estos zapatos que tienes antes de comprar pares nuevos, ¡aunque te los vendan a dos por uno! Termina de usar lo que tienes y vas a ahorrar cientos de dólares al año.

Ahora, ve al closet para contar, dije CONTAR, tus pantalones y camisas o tus blusas, faldas y trajes. ¡Andale, ve al closet y cuenta! Si terminas de usar lo que tienes, no necesitas comprar nada más. Un secreto: Si no compras en los próximos seis meses verás cómo van cambiando las cifras de tu “T”. Gastar menos implicará dinero en tu bolsillo o en tu cuenta de banco. ¡Hasta podrías irte de vacaciones!

Debes recordar esto: El dinero que ganas hoy lo vas a necesitar mañana. No lo desperdicies. Gástalo con mesura, no con locura, no importa cuánto dinero tengas ahora. Tenerlo hoy no significa tenerlo por siempre. Piensa en eso.

Dices: ¡GUARDARLO!

No pienses que guardar y guardar te garantiza dinero el día de mañana.  En cada generación sucede que el dinero pierde su valor. Hemos visto eso en nuestros países de origen. La moneda nacional, de un día para otro, deprecia. ¿Qué garantía tienes de que no vaya a depreciar el dólar estadounidense? En estos casos el poseer bienes raíces es una protección a tu dinero.

Si supieras que la moneda depreciará el próximo mes, estoy seguro de que lo pensarías dos veces antes de gastar por gastar o guardar por guardar. Pues, todos los economistas coinciden en que, el dólar perderá su fuerza. No es cuestión de si va a suceder o no, sucederá, pero no sabemos cuándo. Puede que si tienes mil guardados en el banco, se conviertan en quinientos. Guardaste para el “inglés” como decían en mi barrio. Además, aunque te parezca extraño, no siempre es fácil sacar el dinero que tengas en el banco, todo dependerá del contrato que hayas hecho. Si eres de los que guardan el dinero bajo el colchón, tienes la ventaja de verlo de cerca pero igualmente puedes verlo de lejos en un momento, porque, francamente, no es seguro tenerlo en casa.

Sea como sea, ante los eventos inesperados es importante tratar de evitar las deudas, guardar y gastar con mesura. Pensar bien las inversiones y los ahorros. Recordemos que vivimos en un mundo económicamente inestable, de modo que no hay estabilidad tampoco en los consejos de los economistas. El secreto es el equilibrio. Vivir lo mejor posible y disfrutar lo que se tenga sin endeudar nuestro futuro ni el de nuestros hijos es la mejor opción.

Dices: ¡INVERTIRLO!

Como no soy agente de bienes raíces ni inversionista de bitcoins, plata u oro, no tengo prejuicios ni intereses económicos para decir lo siguiente. Las inversiones tampoco son seguras. Ninguna. He visto inversiones en bienes raíces que han perdido su valor. He visto los bitcoins subir al cielo y bajar de súbito. He visto caer el valor de la plata y del oro. No hay inversión segura, excepto lo que tu mente se convenza de que es seguro. Si tu mente se convence de que lo que tienes está seguro, ¡felicidades! De todas formas te advierto que es solo una ilusión. No existe seguridad real. Lo real en cuanto a cualquier inversión es lo que al presente te pueda proveer.

La revista virtual “Economía para ti” dice: “Aunque el principal riesgo de cualquier inversión es la pérdida del capital, conviene saber cuáles son los factores que pueden provocar esas pérdidas y cómo evitarlos. Del mismo modo, es vital saber que existen productos financieros en los que las pérdidas pueden exceder el dinero invertido. Son productos derivados y apalancados.

Entender los riesgos reales de una inversión es clave para poder acotar algunos de estos factores que provocan las minusvalías. Bien es cierto que existen riesgos no sistemáticos (ajenos a los mercados) que sólo son evitables fuera del mismo, pero son factores totalmente impredecibles, como los atentados del 11-S. En todo caso, el baremo riesgo-beneficio es uno de los principales factores que debemos tener en cuenta a la hora de invertir.”

Un sabio reconocido, que tenía muchos recursos, escribió hace siglos: “¡Mira! La mejor cosa que yo mismo he visto, la cual es bella, es que uno coma y beba y vea el bien por todo su duro trabajo con el cual trabaja duro bajo el sol por el número de los días de su vida que el Dios [verdadero] le ha dado, porque esa es su porción.” -Ecl. 5:18.

Invierte, guarda y gasta hoy para bien de los tuyos y para no solo sobrevivir, sino para tambien… ¡vivir!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *