Se ha dicho que la diferencia, entre un buen día y un mal día es, nuestra actitud. ¿Es realmente tan importante la actitud que tengamos hacia la vida? Lo es. De hecho la actitud es como un cristal con el que miramos al mundo exterior. Es nuestra visión externa que depende de lo que vemos en nuestro interior. Y eso, amigo mío, sin importar todo lo malo o bueno que nos pase durante una jornada. La pura verdad es, que solo se necesita una persona para cambiarlo todo, TU. Sí, nosotros mismos tenemos el poder de convertir una trampa en una lección y un obstáculo en un reto que superar.
Es verdad que encontramos puertas cerradas por todas partes, pero eso no debe quitarnos las ganas de seguir tocando. Es verdad que faltan sonrisas en el mundo pero, la nuestra no debe apagarse. Hagamos que nuestra sonrisa cambie a la gente, mientras no permitimos que la gente, cambie nuestra sonrisa. Sonreímos por lo que sentimos por dentro, no por lo que vemos afuera. Recordemos: la actitud nos inspira para seguir adelante o nos frena para que nos rindamos por cobardía sin siquiera intentarlo.
Una actitud negativa hacia las cosas que nos pasan, no solo nos hacen daño emocional por la mala perspectiva que nos ofrece, sino que incluso, nos hacen daño físico. El sistema inmunológico se perjudica cuando estamos bajo la ansiedad y el estrés nervioso y otra vez, esto se debe a la manera deficiente y negativa en la que estamos dirigiendo nuestros pensamientos. Debemos reconocer que cada célula de nuestro cuerpo reacciona a lo que piensa nuestra mente. Esto es un hecho comprobado. Y no es difícil probarlo. ¿No es cierto que cuando nos deprimimos o entristecemos nos enfermamos con mayor facilidad? Conozco bien a alguien a quien mi esposa y yo, amamos muchísimo y cada vez que le da un catarro, sabemos que algo pasa en su mente, que alguna lucha tiene que vencer. Es probable que algo parecido también te pase a ti. La mente puede curar o enfermar el cuerpo.
Sí, estemos conscientes de ello o no, nuestros pensamientos van a afectar nuestra calidad de vida. Nuestra calidad de vida nunca excederá la calidad de nuestros pensamientos. Sin embargo, hay una manera de revertir el proceso de desgaste. Es este: cambia tus pensamientos y va a cambiar tu vida. Inténtalo por 72 horas y vas a dormir mejor, vas a respirar mejor y vas a ver con distinto color lo que te rodea. Si estás enfermo, vas a sentirte mejor.
Te presento dos ideas breves.
- Cada vez que un pensamiento negativo se asome a tu mente, mátalo con igual pensamiento, esta vez, positivo.
- Pídele a tu cónyuge o a un amigo cercano que te avise cuando estés haciendo un comentario negativo de algo o de alguien. En ese momento cámbialo por positivo. ¿No ves nada positivo? ¡Ese es el problema! ¡Búscalo!
Los seres humanos, muchas veces, sufrimos más por lo que pensamos que por lo que en realidad está sucediéndonos. Sin embargo, con cada día que vivimos se nos ofrece una oportunidad para llenarlo de sentimientos y pensamientos sanos que nos ayuden y con los que podamos ayudar a otros. Recordemos que la felicidad no es un destino sino un camino por el que la persona de buena actitud va caminando. Ni tu ni yo podemos cambiar el mundo pero sí podemos tratar de cambiar la actitud de los que nos rodean, ya sea en nuestro hogar o el lugar donde estudiamos o trabajamos.
Dos cosas son vitales para tener éxito en mantener una actitud favorable aún en situaciones duras. Son estas dos: Cuidemos nuestros pensamientos, especialmente cuando estemos a solas. Y la segunda es: Cuidemos nuestras palabras, cuando estemos con otras personas. Nuestra actitud tiene que ver con lo que sentimos, no con lo que nos rodea.
Hagamos un ejercicio de prueba. Con este ejercicio breve, puedo probarte algo que te sorprenderá. Puedo con solo una pregunta hacer que te des cuenta de lo importante que puede ser tu actitud frente a la vida. ¿Estás listo(a)?
- Quiero que pienses en alguien que, no está presente en tu vida ahora, pero hacia quién has sentido mucho, mucho amor.
- Ahora quiero que contestes esta pregunta: ¿Has dejado de amarle?
¿Cómo es posible eso? ¿Cómo es posible que si alguien no está ya contigo no hayas dejado de amarle?
Es, porque la ausencia no conduce al olvido. Aún cuando alguien no está presente, en nuestra mente lo está. No se desluce nuestro amor y somos incapaces de olvidarle. En realidad, se debe a nuestra actitud. Tu actitud mantiene viva, no solo a la persona, sino el amor que sientes por ella. Eso no es solo cierto de Dios, es también cierto de los seres humanos creados a su imagen.
Sí, sin temor a equivocarnos, la actitud es un valor importante para ser personas felices, sanas y equilibradas. Todos, en algún momento de la vida tenemos que trabajar con nuestra actitud hacia las personas con las que convivimos o incluso hacia nosotros mismos. No hay que desanimarse. Es cuestión de pausar, meditar y reenfocarnos, cambiando el cristal con el que estábamos mirando las cosas. Esa buena disposición mental, abrirá las puertas para que desarrolles otras buenas y mejores actitudes. ¡Adelante!
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