32 minutos al día…

Un nuevo estudio revela que los padres tienen solo 32 minutos libres al día. Si eres padre o madre y tienes uno o más muchachos, de seguro no te sorprende para nada esta reciente conclusión. La realidad es que hoy hacemos muchas más cosas que los padres hacían hace unas cuantas décadas atrás. Además, el tiempo que nos sobra (si es verdad que nos sobra) no es fácil invertirlo en algo que sea refrescante. Cuando repaso la vida de familia que vivíamos en casa cuando yo era un niño, no encuentro comparación con lo que experimenta hoy la familia promedio.  Tal vez algunos de mis lectores puedan remontarse a aquellos años de su niñez… aunque pocos son mayores que yo.

Por la segunda parte de la década de los cincuenta, mi padre salía de casa para su trabajo alrededor de las siete y treinta de la mañana y a mi y a mi hermana nos recogía el autobus de la escuela en la puerta del edificio donde vivíamos. El autobús era puntual a las 6.00 de la mañana. Luego, el mismo autobús nos dejaba para que almorzáramos en casa al mediodía y nos recogía a la una y treinta en la tarde. Mi padre almorzaba con nosotros y luego tomaba una siesta de media hora antes de partir al trabajo, al que iba caminando. Hildita y yo regresábamos de la escuela alrededor de las cinco o cinco y treinta (dependiendo del tráfico). A esa hora nos esperaba mamá con la cena. Otra vez, los cuatro nos sentábamos a la mesa. Esa era la rutina de lunes a viernes. Por supuesto, mamá no trabajaba en la calle de modo que su tiempo era dedicado totalmente a nosotros. El fin de semana era para jugar, ir a casa de los abuelos y pasear por ahí. A menos que papá no tuviese que hacer “horas extra” no había nada que interrumpiera esa rutina.

Hoy, los padres no saben qué es dormir una siesta y los muchachos no almuerzan con su familia en la mesa, de hecho, la gran mayoría no lo hace siquiera una vez al día. Pocos, si algunos críos llegan a las cinco o seis de la tarde ya que la mayoría sale alrededor de las cuatro o antes. En mi época llevábamos muy poca tarea a casa, si alguna. Hoy es todo lo contrario, los padres tienen que dedicar varias horas a las tareas de los muchachos, lo que reduce el tiempo para compartir otros asuntos y aumenta la tensión. Si mamá trabaja en la calle, es todavía mucho más difícil mantener el ritmo y mantener a todos los miembros de la familia satisfechos y bien atendidos. Tanto las madres como los padres en nuestros tiempos sufren muchísima presión al contemplar que el día no les alcanza para realizar todas las tareas cotidianas. Esto genera mucha frustración, que al acumularse, termina con muchas relaciones de pareja y de familia. Lamentablemente el fin de semana se va como agua entre los dedos y muchos no encuentran diferencia entre la semana regular y el fin de semana, que igual llega a ser estresante. ¿Habrá alguna solución? Si la hay, yo no la tengo. Solo propongo algunas recomendaciones sencillas que  nos pueden ayudar a aprovechar esos escasos minutos libres.

CÓMO PUEDE USAR ESOS 32 MINUTOS LIBRES

Sean 32 los minutos libres que tu y tu pareja tengan diariamente, o sean menos, estoy convencido de que la mejor manera de invertirlos es dedicándolos a nuestra pareja, no a la tele y menos a la computadora o la tableta. Aunque esto parezca una recomendación básica, la realidad es que los pocos minutos que podemos tener libres, cada día, deben emplearse en fortalecer el matrimonio y no en otras formas egoístas. Tal vez es tiempo de entrar en la habitación, cerrar la puerta y entonces, en ese lugar especial, hablar de los problemas del día y de los retos que tienen los chicos. Es allí, en privado, que pueden diseñar su estrategia para enfrentar los dilemas familiares. Es en esos minutos de “escape” que pueden conversar y expresar sus sentimientos. Ninguna familia puede mantenerse unida sin que la pareja exprese sus emociones diariamente.

Otra sugerencia. Si los muchachos son jovenes responsables, se puede tomar el auto y dar un paseo como pareja. El lugar a donde ir puede ser el supermercado, o un parque o simplemente dar una vuelta por el vecindario y mientras se hace, se puede disfrutar de una buena charla. Además, al estar solos experimentarán menos tensión. Dar una vuelta y tomar un poco de aire junto a tu pareja será refrescante y, otra vez, ofrece la oportunidad de conversar.

También pueden ponerse los zapatos de caminar y salir a dar una vuelta por la manzana o por la orilla de la playa. Caminar una media hora diaria puede mantenerles al día con los asuntos cotidianos, además, de proveerles el ejercicio que todos necesitamos. Media hora de caminar a un paso normal te permitirá caminar diariamente casi una milla y cuarto, suficiente para mantenerte saludable.

En fin, se hace urgente que la pareja se comunique, exprese sus sentimientos y se mantenga conectada uno con el otro. Si no hacemos este esfuerzo, el amor por nuestros hijos no va a impedir que nos alejemos de nuestro cónyuge y que finalmente sucumbamos al desastre familiar. Ya son demasiadas las víctimas y demasiado alto el costo del divorcio. Nuestra recomendación es, pues, que dediques tiempo a edificar y fortalecer tu relación marital. Nos parece una buena inversión. ¿Por qué no comenzar mañana? Si nuestro matrimonio es fuerte, sano y feliz, nuestros hijos andarán en mejor camino, daremos mejor ejemplo y edificaremos para ellos un mejor porvenir.

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