El amor y el interés fueron al campo un día…

Así comienza la historia más breve que he escuchado sobre estas dos cualidades, el amor y el interés. Por su experiencia en la vida, el lector sabe que muchas veces es posible distinguir una de la otra. Si se confunden puede que quedemos heridos o decepcionados. La breve historia comienza diciendo: “el amor y el interés fueron al campo un día. Era más el interés que el amor que le tenía.”

EL AMOR

Si nos centramos en las personas y no en nosotros veremos que otros harán lo mismo.

El amor es una cualidad que nos motiva a acercarnos a otras personas para cuidarlas, animarlas o para hacerles algún bien. Se puede decir que el amor genuino no es un simple sentimiento de simpatía o empatía sino que va más allá, animándonos a hacer lo necesario por otra persona, sin buscar nada a cambio. Si existiera una fuerte inclinación a querer recibir alguna recompensa, dejaría de ser amor para convertirse en interés.

Usted y yo expresamos amor a diferentes niveles. 1. Sentimos amor por nuestros hijos y familiares. 2. Sentimos amor romántico por nuestra pareja. 3. También existe el amor que expresamos a nuestros amigos que cae en un nivel distinto a los otros dos ya mencionados. Finalmente, 4. existe el amor a la gente que no conocemos, a los que están en otro país o lugar que sufren alguna desventaja o tragedia. Ese amor que sentimos por las desventajas y sufrimientos de otros es una emoción a otro nivel de amor que igualmente puede motivarnos a hacerles el bien. Así que vemos cuatro categorías de amor y cuatro niveles distintos en los que podemos y debemos ser genuinos.

En multitud de ocasiones escuchamos de tragedias con las que nos identificamos. Tal vez una inundación, un terremoto o cuando una nación cae en pobreza extrema y no solo sentimos amor por esas personas sino que ese sentimiento nos impulsa a hacer algo más. Pudiera ser una donación monetaria, si nos es posible, si es así tratemos de hacerla por medio de alguna organización seria. Una que nos conste que sirve por amor y no por interés. Hacer eso nos produce el grato sentimiento de estar conectados con el dolor ajeno. Esas expresiones de cooperación son altruistas y muestran verdadero afecto por otros seres humanos. Claro, no siempre podemos contribuír con dinero y el dinero no siempre lo resuelve todo. Muchas veces se necesita ayuda personal desinteresada y si nos es posible, podemos hacer trabajo comunitario voluntario que es tan apreciado.

EL INTERÉS

Aunque es cierto que no todo interés es negativo, si lo único que nos mueve es el interés, no vamos a lograr todo lo que pudiéramos como cuando hacemos las cosas por amor. Puedo entender que alguien se esfuerce por brindar un buen servicio para ganar una propina, un ascenso o un reconocimiento, pero aún así, debemos colocar el amor altruista primero, nunca el interés egoísta. Todos comprendemos que hay trabajos duros y abnegados que merecen reconocimiento y el estímulo de una propina pero a nadie le gusta ver a todas luces el interés sentado cómodamente en la primera fila. Cuando esto es evidente, en vez de acercarnos, sentimos que debemos alejarnos. El amor atrae pero el interés egoísta aleja.

Puedo pensar en el caso de las enfermeras. Si no hay ningún amor genuino por el paciente y si solo se piensa en el cheque del día de pago, no se van a exhibir las cualidades que apreciamos tanto en esta profesión. ¿Verdad que enseguida nos damos cuenta de quién nos cuida por interés y no por vocación? Hace poco estuve hospitalizado y tuve enfermeras que venían a sacarme muestras de sangre un par de veces al día. Había una enorme diferencia entre cómo introduce la aguja quien se compadece de tu situación y la manera en que lo hace la que te ve como un pedazo de carne al que tiene que sacarle sangre. Con algunas, confieso que mis pensamientos me decían: .”Hija del alma, ¿por qué no fuiste veterinaria en vez de enfermera?”

¡Pón amor a lo que haces, amigo lector! Si tratas con personas siempre piensa que servirles no es una desgracia ni una humillación. Servir a otros es un acto noble y una muestra de amor. Servir a otros ennoblece, jamás humilla. Aunque necesites el trabajo para dar de comer a tus hijos, piensa en los demás primero. Piensa en los sentimientos y en las circunstancias de los demás seres humanos. Puedes estar seguro de que la mayoría va a recompensar tu bondad con un referido, con una propina, con una buena recomendación o tal vez con una sonrisa que te aliente. Si pones el interés primero, los demás lo verán enseguida y no se sentirán motivados a apoyarte, a recompensarte o a recomendarte.

La historia es muy breve pero dice una gran verdad. No la olvides estimado lector. “El amor y el interés fueron al campo un día… pudo más el interés que el amor que le tenía”.

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