Dolor y sufrimiento ¿es lo mismo?

¿Por qué planteamos la pregunta? Porque muchas veces utilizamos estas palabras como sinónimos. ¿Lo son?

El profesor Boris Cyrulnik, autor y profesor de neurociencias, dice que todos sentimos el dolor físico de la misma forma porque hay un mecanismo fisiológico que responde de la misma manera en cada ser humano. Pone un ejemplo: supongamos que nos quemamos la piel. Hay un trayecto que la une la piel a la médula espinal, llega a la base del cerebro y llega al córtex y ahí sientes el dolor. El mecanismo es el mismo en cada ser humano, incluso en cada mamífero, de modo que se puede decir que todos las personas sentimos el dolor igual.

Claro, el mecanismo no cambia, y en eso todos somos iguales, pero en realidad no hay forma de “medir” el dolor humano ¿correcto? Además puede haber factores genéticos, ambientales, emocionales y psicológicos que le hagan sentir a una persona, un dolor más intenso que a otra. Esto hablando del dolor físico. El sufrimiento es otra cosa.

Emocionalmente hablando, parece que no todos los seres humanos sufrimos igual ante los mismos eventos. Muchas veces nos sorprendemos de la fortaleza emocional y resiliencia que algunas personas han demostrado ante tremendas tragedias. Seguramente hemos conocido personas que, por el contrario, quedan devastadas ante algo que otras logran superar con menos sufrimiento. Por propia experiencia, sabemos que emocionalmente no todos tenemos la misma resistencia ni nos afectan los sufrimientos de la misma manera.

“El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.”

Es probable que hayamos escuchado esa frase. Creo que dice una verdad. El dolor físico, puesto que responde a las terminaciones nerviosas, es inevitable. Es la reacción inevitable, a lo que físicamente duele, y nos duele a todos. Como dice la frase, aunque parezca dura de aceptar, el sufrimiento puede, hasta cierto punto, controlarse. Si no aprendemos a manejar el dolor, puede llegar a hacernos mucho daño, hasta robarnos el deseo de vivir. Lo mismo sucede si nos dejamos llevar por los pensamientos negativos. Si no los controlamos, podemos llegar a sufrir más intensamente.

¿Hay formas de tener pensamientos positivos frente a un golpe emocional o un sufrimiento?

Los expertos en “Mindfulness” (Atención Plena) dicen lo siguiente: “El dolor es sencillamente una sensación de nuestro cuerpo físico-emocional que nos resulta molesta en mayor o menor grado, razón por la que habitualmente nos resistimos a ella: no queremos sentirla. Normalmente consiste en una experiencia transitoria. Por otra parte, el sufrimiento, por el contrario, puede alargarse indefinidamente: depende de nosotros crearlo o ponerle fin por medio de la aceptación. Cuando nuestro ego entiende que una circunstancia es negativa, intenta resolverla y se resiste a aceptarla. Pero al resistirnos al dolor emocional, lo perpetuamos sin darnos cuenta. En esto consiste el sufrimiento” (Diario Ibiza, España -14 de mayo de 2017).

Para resumir, está en nuestro poder pensar positivamente en vez de centrarnos en el sufrimiento. Pensamientos negativos van a provocar acciones negativas, no solo hacia nosotros mismos sino también hacia aquellos que nos rodean, nos necesitan y nos aman. Aceptemos realidades y sigamos adelante. ¡Podemos lograrlo!

El sufrimiento es la sensación que provoca el dolor, sea físico o emocional. Por lo tanto “dolor” y “sufrimiento” no son lo mismo.

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