La autoestima y nuestros hijos

Guardar el equilibrio entre la disciplina y la autoestima es uno de los retos diarios de todos los padres y madres en cualquier lugar del planeta. La razón es que no queremos marcarlos para siempre, o por lo menos, eso pensamos que podemos hacer. A principios del siglo pasado, pocos le daban importancia a la autoestima pero en las décadas recientes el tema ha ido tomando más y más fuerza. Algunos pudiéramos pensar que demasiada fuerza.

De todas formas, vamos a abordar el tema de la autoestima con la esperanza de que nos sirva de alguna orientación. Trataremos de ser equilibrados y evitar los puntos extremos de derecha o izquierda.

¿QUÉ ES LA AUTOESTIMA?

La autoestima es la manera en que pensamos y nos sentimos sobre nosotros mismos y nuestras capacidades. Si tenemos una autoestima saludable nos sentiremos bien con nosotros mismos y nuestros esfuerzos. Una autoestima saludable es algo de lo que todos nos beneficiamos, seamos jóvenes o mayores.

CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONA QUE DISFRUTA DE UNA AUTOESTIMA SALUDABLE

“¡Vamos a intentarlo ahora sin paracaídas!”

Una autoestima saludable contribuye a que nos sintamos amados, capaces de realizar con éxito nuestras tareas. Nos ayuda a hacer planes futuros y a trabajar para alcanzar el éxito. Además, y muy importante, una autoestima sana nos ayuda a sentirnos capaces de intentar cosas nuevas.

En cuanto a nuestros hijos, la autoestima buena o mala les afecta de forma positiva o negativa con tanta fuerza como nos puede afectar a nosotros sus padres. ¿Cómo se refleja? Se reflejará en la toma de decisiones, en su creatividad o falta de ella, en las metas que desea alcanzar y su actitud frente a la vida y frente a los problemas que se les presenten.

Nosotros somos la influencia más importante sobre la autoestima de nuestros hijos, por lo menos en algunas de las etapas del crecimiento. Sin embargo, no siempre.

LA AUTOESTIMA NO ES LA MISMA EN TODAS LAS ETAPAS DEL DESARROLLO DE UN MUCHACHO

Los niños de 2 a 4 años por lo general tienen una alta autoestima y están ansiosos por explorar. Son capaces de tomarse riesgos que a otras edades no se tomarán. Se llevan a la boca casi cualquier cosa, meten los dedos por cualquier lugar (aunque sean los tomacorrientes), examinan cualquier objeto y si les es posible le pegan la lengua a ver a qué saben. Para ellos todas las personas le son buenas si se ríen con ellos y no hay charco que no quieran pisotear. ¡Válgame, esa si es una época de autoestima alta!

Por otra parte los niños de edad escolar, por lo general, se sienten inseguros y con poca estima propia. Si es varón, las chicas los asustan. Dudan de sus habilidades y se frustran muy a menudo pensando que no logran hacer lo que otros hacen. ¡Hasta su sombra les asusta y odian los lugares oscuros! ¿Adónde se les fue la autoestima?

Los preadolescentes se sienten avergonzados de su cuerpo, de su forma, de su pelo, de su cara y se sienten inseguros todo el tiempo. A veces piensan que son superhéroes y en diez minutos se sienten completamente fracasados. Esta autoestima estilo sube-y-baja es característica de la edad. Parece que nunca más volverán a ser “gente”.

Luego, los de escuela secundaria se sienten independientes y piensan en irse de la casa o tomar sus propias decisiones, muchas de las cuales ni siquiera son de ellos sino de sus compañeros de escuela o de barrio. ¡Volvió con fuerza arrasadora la estima personal! Sin embargo, es una etapa difícil para los padres y difícil para ellos puesto que la autoestima está en pleno desarrollo. Si empujamos está mal, si no les empujamos es peor, de manera que solo nos queda el ejercicio de tratar-a-ver-qué-pasa (trial and error).

De modo que la autoestima va desarrollándose poco a poco y con muchos cambios con el paso de los años. Crece, deja de crecer, cambia, vuelve a cambiar y finalmente parece que se queda con nosotros y con ellos -buena o mala, para el resto de la vida.

LO QUE NUNCA FALLA

En cualquier etapa del desarrollo de la autoestima de nuestros hijos lo que nunca nos va a fallar es el amor. El amor es la base principal del desarrollo sano de un muchacho. Y no hay medida, ellos son capaces de consumir todo el amor que les demos, todos los días. ¿Cómo hacerlo?

Muestre afecto. ¡Si no sabe cómo practique con la almohada! Apriete la almohada, bese la almohada y luego practique con su hijo. Si no hemos descubierto el valor del contacto físico ya es hora de que lo descubramos y lo practiquemos.

Seamos generosos en sonrisas, en abrazos y mimos. Eso tanto si son varoncitos como hembritas, el sexo no determina si seremos afectuosos con ellos o no. Amigo mío, nuestros hijos deben saber que les amamos y no solo de palabra sino también con hechos.

Dígales que les quiere aunque no hayan sido aceptados en el equipo de boliche. Dígale que les quiere aunque hayan sacado una calificación deficiente en matemáticas. Dígale que les ama aunque no puedan correr tanto como el vecino. Asegúrele a su hijo que lo quiere aunque no sea el número 1 en nada. No tiene que serlo, solo tiene que saber que usted aprecia mucho sus esfuerzos… ¡y sea sincero!

Nuestros hijos NO son adivinos. No pueden saber lo que sentimos por ellos a menos que se lo digamos. De modo que, papá y mamá lectores, hay mucho que hacer todos los días para contribuír a la buena y sana autoestima de nuestros hijos. ¡Adelante!

Una autoestima saludable contribuye a la felicidad de nuestros hijos.

Tu y tu hijo ¡un equipo ganador!

Como papá o mamá tu eres el eje del mejor equipo que puede haber. Algunos son de dos, tres, cuatro y más y en algunos casos la mamá es, ella sola, el centro del equipo, en otros casos es solo el papá, pero sea como sea, los padres tenemos en nuestras manos el éxito de ese equipo. ¡Y queremos que lo tenga! ¿Cómo puede lograrse? Repasemos algunos principios básicos:

INCULQUE EL VALOR DE LA ESCUELA

¡No hay equipo mejor!

Los padres a veces podemos desacreditar los esfuerzos que hacen los maestros en la escuela y, sin querer hacerlo, desanimamos el desempeño que nuestros hijos pueden tener en ella. Sin embargo, debemos inculcar que la escuela es importante y que ellos pueden tener éxito en aprovecharse de lo bueno que la escuela pueda aportar a sus vidas. Esforcémonos en lograr que nuestro muchacho pueda sentirse bien en ella.

La escuela ayuda a los jóvenes a desarrollar habilidades escenciales para el éxito en la vida. Aunque es verdad que no podemos aprender por ellos, sí podemos ayudarles a aprovecharse de la instrucción que reciben.

SEA POSITIVO SOBRE EL APRENDIZAJE DE SU HIJO

Siéntese unos minutos al día con su hijo para darle estímulo en cuanto a la tarea que realice y destaque, todos los días, el valor práctico de lo que está aprendiendo. Los muchachos no pueden asociar una asignatura con su valor futuro. Si ven cómo las matemáticas, la clase de español, historia o geografía pueden ayudarle, eso puede inclinar su mente a mostrar mayor interés en la misma. ¿No le parece?

Por otro lado, si somos negativos y damos comentarios como “tu sabes más que esa maestra” o “eso no sirve para nada” ¿Qué inculcamos? Muy probablemente falta de respeto y desamor al aprendizaje. Aunque nosotros mismos no hayamos sido estudiantes estelares, podemos lograr que nuestros hijos sean mejores estudiantes si nosotros mismos somos positivos sobre las posibilidades que tienen ellos de aprender.

DISFRUTE USTED MISMO DEL PRIVILEGIO DE APRENDER

Deje que su hijo vea cuánto le gusta a usted aprender. Lea libros, periódicos y revistas. Comente con sus hijos algunas de las cosas que ha aprendido. Puede ser en una revista de cocina o en un libro de auto ayuda, incluso en una publicación de carácter espiritual. Debe ser obvio que a usted mismo le encanta aprender cosas nuevas. Otra cosa, vea programas de televisión o en internet que le enseñen algo. Converse en su casa sobre eventos de actualidad y si es posible, visite con sus hijos museos, bibliotecas y sitios educativos en la web. Procure que sea evidente su amor personal por el aprendizaje. ¿Verdad que nuestro ejemplo va a dejar una impresión en nuestros hijos?

Haga que leer sea divertido. Tenga libros en casa y enséñeles a leer con un objetivo en particular. Tal vez para aprender dónde está determinada ciudad o cómo se escribe una palabra o para contestar una pregunta que ellos mismos hayan planteado. Aunque no hagamos estas cosas todos los días, hacerlo de vez en cuando va estableciendo un punto importante: ¡A usted le gusta aprender!

Por otro lado, si jamás nos ven tocar un libro ¿Cómo podemos darles un ejemplo motivador?

PREPARE UN LUGAR APROPIADO PARA ESTUDIAR

Si nuestro muchacho tiene un lugar apropiado donde pueda estudiar esto le servirá de estímulo. No tiene que ser un escritorio ejecutivo, puede ser un rinconcito en su cuarto en el que tenga una pequeña mesa, una lamparita, una silla y una tacita donde poner algunos lápices y bolígrafos. Debe tener algunas hojas de papel y sentirse cómodo.

Este puede llegar a ser un mundo muy especial para el chico y le demostraremos la importancia que tiene para nosotros el que tenga éxito en la escuela.

ADVERTENCIA

Aunque podemos ayudar a nuestros hijos con sus tareas de la escuela, es bueno dejarles saber que estas son su responsabilidad. Asegúrese de que haga su trabajo. No se preocupe por respuestas correctas o incorrectas, lo importante es que aprenda a sacar un espacio para el estudio. ¡Tampoco espere que el niño esté estudiando todo el día! Recuede que necesita esparcimiento, alimento sano y muchos, muchos, abrazos, besos y afecto.

Como buen entrenador el equipo más exitoso que usted como papá o mamá pueda tener son sus hijos. ¡Sea paciente! Inculque un horario de entrenamiento y apéguese a él. Sea equilibrado y no se la pase regañando, por favor. Aprenda a motivar, a sacar lo bueno que hay en el muchacho en vez de irritarlo. Todos tenemos límites, nuestros hijos también y muchas veces esos limites son muy, muy parecidos a los nuestros.

Déle énfasis a tres áreas en especial:

LECTURA

Recuerde que leer bien no es leer rápido. Ayúdele a identificar los signos diacríticos como los puntos, las comas, los acentos y la pronunciación apropiada. Anímelos a leer en voz alta y a practicar y practicar la lectura.

ESCRITURA

Aprender a escribir es muy importante. Debe saber escribir en letra cursiva y en letra de bloque. Cuándo acentuar una palabra y cuándo usar la “h”; la “z” o la “s”. Copiar porciones del libro de texto, al pie de la letra, puede ser un buen ejercicio en la primaria.

BUENOS MODALES Y BUENA CONDUCTA

Muchas calificaciones escolares van de la mano con una buena conducta y con conducta respetuosa. Llamar a la maestra por su nombre y tratarla de “usted”. Saber llegar y decir “buenos días” ser una persona puntual y cumplidora de las tareas le ayudará muchísimo en ganarse el respeto de sus tutores. Aprender esto y practicarlo comenzará a abrirles puertas en la vida.

Sabemos que leer o escribir sobre el éxito de nuestros hijos es mucho más fácil que vivir el día a día enfrentando las frustraciones y las limitaciones que todos tenemos. Pero no se desanime. Aunque no veamos progreso en una semana o en un mes, no olvidemos que el éxito de nuestros hijos es una carrera a largo plazo y que los gozos y las recompensas llegan, siempre llegan, aunque parezcan demorar.

KomoSabe te felicita y reconoce que el mejor equipo del mundo y el que más felicidad te traerá es el tuyo… ese ¡el que tienes en casa!

El mejor equipo corre unido y siempre gana.

¿Qué pasó con los payasos?

De vez en cuando uno se percata de algunas cosas buenas que prácticamente se han perdido. Y no y pensar que todo tiempo pasado fue mejor… porque no siempre el tiempo pasado fue mejor. Pero, lo que sí está claro es que algunas cosas buenas, se han perdido o van por ese camino.

Por ejemplo ¿qué ha pasado con los payasos? Desde tiempos inmemorables, los payasos han tenido su lugar en alegrar, o si quiere decirlo, entretener a los niños y viejos de muchas generaciones. ¿Los recuerdas tu? Sabemos que había payasos en las cortes de los reyes quienes aburridos y hastiados de sus asuntos de estado, llegaban a deprimirse y necesitar un poco de alegría. Los bufones de la corte tenían el trabajo de poner en sus cabales al rey, a sus hijos, su familia y a toda su corte, con un poco de risas, burlas más o menos sanas y alegría.

La palabra “payaso” viene del italiano “pagliaccio” y su historia, como hemos dicho, es longeva. ¿Cuán antigua? Tanto como la de los faraones egipcios. Se sabe que en la quinta dinastía egipcia en el año 2500 AC el faraón Dadkeri Assi los tenía en su corte. Luego, hay registros de payasos en China para el segundo siglo antes de Cristo. Después, sabemos que los había en Roma y luego en Grecia participando en algunas de sus obras.

A partir del siglo XVIII los payasos pasan a los circos convirtiéndose en “el alma de los circos” y siguió siendo así hasta el siglo XX.

Cuando niño me fascinaba que mis padres me llevaran al circo. ¿Fuiste a algún circo en tus años mozos? Por lo general los circos eran compuestos de artistas itinerantes muy esperados en ciudades pequeñas y grandes. Muchas veces llegaban a las ciudades desfilando con enormes elefantes y actos de malabarismo y comedia. Junto a ellos no faltaban los vendedores de golosinas como el sabroso algodón de azúcar, palomitas de maíz, globos y música de banda. De solo pensarlo puedo verlos y escucharlos en mi memoria.

Luego, cuando llegó la televisión, por supuesto en blanco y negro, cantábamos todos los días con las canciones de Gaby, Fofó y Milky, los payasos más famosos de mis días. Otro payaso famoso que recuerdo era Cepillín. Pero, poco a poco el romance del payaso de aquellos tiempos fue desapareciendo. Hoy por hoy quedan algunos esparcidos que tienen poca, si acaso alguna inherencia en nuestra cultura. ¿Por qué han desaparecido?

Junto a un amigo nos vestimos de payasos para alegrar una inolvidable fiesta.

Seguramente habrá varias razones, pero una de ellas es que los payasos han sido víctimas inocentes de las películas de Hollywood. Poco a poco las películas los han convertido en la representación del mal. De manera que en vez de atraer, asustan. En vez de ser divertidos provocan terror. Muchos jóvenes, que no conocen otra cosa, les tienen miedo a los payasos, quienes los ven como gente mala que se oculta bajo un disfraz. Así, lo que a nosotros nos divertía, a nuestros nietos los horroriza.

¡Qué pena es perder distintas fuentes de arte, alegría y diversión! ¡Qué pena que se pierda la creatividad, habilidad y simpatía de aquellas sanas actividades en las que toda la familia participaba, cosa que vemos hoy en raras oportunidades.

Recuerdo que en mi casa había un simpático payaso hecho de cristal de Murano que hoy no tendría sentido exhibir pues han dejado de ser atractivos a la generación que crece. Esta pérdida de la representación de la alegría y la felicidad se ha perdido, pienso yo, para no regresar.

Sin embargo, de vez en cuando, aparece alguien con buen propósito y mejor memoria que pregunta ¿Y… que ha pasado con los payasos?

No grites por favor

Vivimos en tiempos en que la gente grita. Se gritan los conductores en las carreteras, gritan los maestros a los estudiantes, el niño le grita a su madre y el padre a su esposa. Y si te fijas bien, el volumen de tu televisor aumenta cuando vienen los anuncios, lo que parece sugerir que hasta te gritan para vendernos un servicio o un producto. ¿Acabará algún día esta gritería?

Ahora bien, lo sabio sería comenzar por casa ¿no es cierto? El hogar debe ser el laboratorio en el que desarrollamos y practicamos los hábitos y actitudes que mostraremos afuera el resto de nuestra vida. Pues comencemos por no gritar a nuestros hijos.

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A menudo las mujeres, madres y esposas, gritan cuando se sienten bajo mucha presión emocional. Tal vez los hijos estén enfermos e irritables. Quizás la madre misma no se sienta bien. Tal vez la preparación de la cena haya sido interrumpida por alguna tontería o un accidente y ahora todo va a salir tarde. Tal vez parezca que casi todo ha salido mal, y no sabe qué más hacer. En medio de esas circunstancias, no sorprende el que cualquiera tenga ganas, muchas ganas, de gritar.

Los hombres, también, nos encontramos cada vez bajo más y más presión. A nosotros nos agobian la multitud de situaciones financieras. Muchas veces sentimos que estamos al borde de perder el trabajo y nos encontramos con los nervios irritados. Sobre esto, enfrentamos la agonía del tráfico para llegar a casa. No hay duda de que es entonces cuando la más leve irritación, como por niños que hagan ruido, puede hacer que sientamos ganas de estallar verbalmente y pegar un buen grito.

Es obvio que estallar en gritos no es lo más apropiado ni lo más sabio. No es lo que va a calmar a nadie ni lo que va a remediar ninguna situación. Incluso, se ha comprobado que es terrible para nuestra salud.

Hoy pensemos un poco en el efecto que tiene en nuestros hijos el que nos gritemos o el que se les grite a ellos. De seguro eso no los va a atraer a nosotros ni va a generar la confianza que deben tener en sus padres. Publicado recientemente en la revista Child Development se concluye que gritar a los más pequeños aumenta los problemas de comportamiento y los síntomas depresivos en la adolescencia.

Medite: ¿estará mi hijo más inclinado a considerarme con respeto y amor si le grito?

¿Significa esto que jamás hay ocasión en que uno haya de elevar la voz? Veamos dos situaciones. A veces es necesario que los padres sean firmes con sus hijos, y una voz algo ampliada puede hacer más enfático su punto. Pero no se requiere un estallido o explosión verbal incontrolado.

Por otro lado, en un tono curioso, gritar lo más fuerte posible ayudó a una mujer en Juanajuato, México a evitar un asalto. El periódico “Correo” ofrece el siguiente informe:

Celaya.- “Fuerte susto se llevó la  empleada de un expendio de pollo cuando un sujeto  armado, llegó al establecimiento para tratar de  llevarse el efectivo, sin embargo la víctima comenzó a gritar lo que asustó al ladrón.

Alrededor de las 8:00 horas de este martes el ladrón llegó a bordo de una bicicleta al establecimiento ubicado en la avenida México; haciendose pasar como cliente cuando trato de  amagar a la empleada para sustraer las ganancias del día.

Ante esta escena la mujer atemorizada empezó a gritar, y personas que circulaban cerca la escucharon y se acercaron al expendió para ver qué pasaba, momento en que el joven de aparentemente 26 años de edad quién vestía capucha salió corriendo.” De manera que gritar en circunstancias parecidas puede servir de protección.

Pero, si no es para avisar de una emergencia o para defenderse de un asalto, lo mejor es mantener la voz bajo control y no gritar. Además debemos evitar hacerlo cuando tratamos con nuestra familia y particularmente con nuestros hijos.

No voy a lanzar la primera piedra contra nadie porque todos en algún momento nos hemos desesperado y gritado a quien no debimos o cuando no debimos. El asunto es ¿estamos trabajando con nosotros mismos para mejorar?

Lo que nuestros hijos necesitan escuchar.

Como padres tenemos la tendencia de sobreproteger a nuestros hijos. Hacerlo por un tiempo es obligatorio. Hacerlo de por vida es un serio error.

Tal vez, un buen día, tu hijo o hija ilusionado por ganar una carrera de pista y campo regrese a casa frustrado. No ganó ni el primero ni el tercer lugar. Es probable que se sienta frustrado y herido. Cuando te enteras ¿qué le dirás?

Algunos papás tal vez le digan al joven que “le robaron la competencia” sugiriendo que su hijo es el que debió ganar, no porque fuera más rápido que los demás, sino porque es su hijo y su hijo tiene que ser el mejor.

Otros padres pudieran razonar diciendo en tono conciliatorio: “el año que viene vas a ganar” y de esta forma piensan que no van a quitarle la esperanza de que pueda ganar la carrera en el futuro. ¿Cuál de estas respuestas es la que tu le darías a tu hijo?

Habla la verdad a tu hijo.

Estoy de acuerdo en que a los muchachos se les debe estimular y animar pero lo que no veo bien es que muchos padres tienden a estar alabando constantemente a sus hijos por asuntos en los que no merecen alabanza.

Pensando en el ejemplo de arriba, lo más honrado y lo que ayuda al muchacho es decirle la verdad. La verdad es que otros eran más rápidos que él y que necesita entrenarse más y mejor si algún día quiere ganar esa competencia. Por otro lado se puede alabar el esfuerzo realizado aunque no ganó la competencia, eso claro está, si hubo un verdadero esfuerzo.

Lo que es importante entender, estimados papás, es que debemos recompensar y alabar el ESFUERZO realizado. Si hubo poco esfuerzo y grandes expectativas, entonces hay que ayudar a los muchachos a trabajar más duro y a esforzarse aun más si es que quieren tener éxito en alguna meta.

Como se ha dicho antes, los jovenes ven la cima de la montaña pero no ven el largo camino que lleva a ella.

Cuando veo a los padres cómo le meten en la cabeza a sus hijos lo hábiles, lo grandes, lo importantes que son, cada vez que lo veo, me entristece y veo el futuro de ese joven lleno de dolor y de frustración pues algún día se dará cuenta de que ni es grande, ni importante ni tiene tantas habilidades como le hicieron creer. ¡Que innecesario golpe en la vida!

Lo que debes inculcar en tus hijos.

Inculca el valor del esfuerzo y del trabajo olvidándote de los dones o habilidades que posean tus hijos. La razón es que el muchacho se beneficiará siempre de su esfuerzo y de ser una persona trabajadora. Millones de personas tienen habilidades, pero al no esforzarse por desarrollarlas, estas se pierden y se mueren. En cambio, hasta los que no tienen mucha habilidad, si trabajan duro y se esfuerzan, terminan siendo muy exitosos en lo que hacen.

No es que las habilidades no existan, ¡claro que existen! tampoco es que sean negativas ¡son positivas! pero aunque sea algo positivo, bueno e innato que se te regala, si no las cultivas y trabajas duro para multiplicarlas, no te servirán de mucho. Y aunque te parezca extraño o contradictorio, las habilidades son una de las más importantes causas de fracasos en las personas. ¿Por qué? porque la gente queda arruyada en el sueño de que al poseerlas tienen el éxito asegurado. Eso es falso y no debes inculcar esa idea en los que amas tanto.

Nadie tiene garantizado el éxito … ni siquiera nuestros hijos.

Ninguna característica de las personas, sean guapas, inteligentes o simpáticas hacen que merezcan el éxito, ni siquiera si son nuestros hijos. No digo que no pueda ayudarlas en la vida, pero no son la clave del éxito.

A pesar de que nos damos cuenta de que otras personas poseen estos dones, no es contra ellos que competimos. Con lo único que competimos constantemente y por toda la vida, es con nuestra tendencia de no poner a trabajar nuestras habilidades con todas nuestras fuerzas.

El éxito no es algo que deba MERECERSE desde nuestra cuna. El éxito es algo que se trabaja día a día sobre la base de nuestro esfuerzo y por la bendición del cielo. Y, el verdadero secreto para ganarlo es que sea usted mismo el que trabaje y utilice cualesquiera combinación de talento que posea hasta el grado de esfuerzo que le sea posible.

¿Pueden alcanzar el éxito nuestros hijos? ¡Por supuesto que pueden alcanzarlo!

Ahora, hoy mismo, puedes hacer un gran trabajo como papá o como mamá por medio de ayudar a tus hijos a ver que detrás de cualquier recompensa debe haber también un esfuerzo genuino, un espíritu de sacrificio y un fuerte deseo de echarle muchas ganas.

¿Y si con todo y eso todavía se fracasa? No hay que pensarlo dos veces, volvemos a intentarlo y a ponernos en pie y repetir el mismo ejercicio, una y otra vez hasta que estemos satisfechos con nosotros mismos. ¡Esa es la regla de oro que queremos sembrar en los nuestros!

Así, cuando ya no estemos con ellos, les habremos garantizado un fundamento para el futuro, uno que les acompañe por el resto de sus vidas. Aprenderán a esforzarse y a luchar. A trabajar duro y a comprender que un fracaso no es una “camisa de fuerza” sino una lección de que podemos hacerlo mejor la próxima vez.

¿Estas furioso o triste?

Aunque no lo pensemos así de repente, si meditamos un poco en la ira y la furia acumulada en la gente a nuestro alrededor podremos ver lo que no percibimos a simple vista. En el mundo en el que vivimos hay una gran y profunda tristeza en el corazón de la gente. Y no solo en nosotros los mayores sino que, peor aún, en el corazón de millones de nuestros jovenes. Jovenes que lo tienen todo, menos un corazón feliz.

El pasaje que quiero compartir con ustedes me parece una forma brillante de analizar lo que sucede en el corazón de millones de seres humanos. Me lo envió una de mis lectoras y lo dice todo. Está escrito por un psicoterapista argentino muy reconocido. No dejen de leerlo y si les gusta, compártan nuestro blog con sus amigos. KomoSabe no solo trata de comentar sobre asuntos de interés general pero también aprecia cualquier contribución valiosa que contribuya a la perspicacia y sabiduría de nuestros fieles lectores. ¡Adelante!

La Tristeza y la Furia

(Del libro de Jorge Bucay: “Cuentos Para pensar”)

“En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta…

En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas…

Había una vez… un estanque maravilloso.

Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente…

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.

Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.

La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber porqué- se baño rápidamente y mas rápidamente aun, salió del agua…

Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró…

Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza…

Y así vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.

En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad… está escondida la tristeza.”

Ahora recuerdo que se me olvidó.

De todos los regalos que se nos han hecho al nacer, al que menos caso le hacemos es a uno de los que más necesitamos… ¡la memoria!

Me tengo que tomar las pastillas a las 9.30 de la noche y casi siempre se me olvida. No es que no me las tome -aunque sí ha sucedido, es que me las tomo a deshoras. ¡Ya no sé qué más hacer!

¿Te has sentido identificado? ¿Te ha sucedido a ti también? ¿Hay alguna manera de mejorar nuestra memoria?

Pues sí podemos mejorar, y es más sencillo de lo que a primera vista puede parecernos. Veamos.

Por lo general, usted y yo no solemos poner suficiente atención en las cosas que debemos recordar. Por alguna razón, usted y yo nos convencemos de que con tener conocimiento de que tenemos que hacer algo, ya eso es suficiente para que lo hagamos puntualmente. ¡Y eso es completamente falso! SABER algo no tiene nada que ver con ponerlo en práctica. De hecho, solo cuando ponemos en práctica algo, es cuando damos evidencia genuina de que SABEMOS.

Para recordar algo importante que debemos hacer, como tomarnos unas pastillas en el horario prescrito, es necesario dedicarle tiempo y pensamiento al asunto. Hay que tomarse el tiempo para comprender por qué necesitamos hacerlo y cómo lo vamos a lograr. Por ejemplo, si necesitamos recordar que debemos tomar un medicamento hay que dedicarle unos minutos a mirar el frasco de las pastillas, repasar la receta, apuntar el horario en que debemos tomarlas y colocar una nota manuscrita en la puerta del refrigerador. Además, nos va a ayudar dedicarle unos segundos a recordar la entrevista con el médico y por qué nos recetó la medicina.

Es valioso también comprar una de estas cajitas plásticas en las que se colocan las pastillas de cada día por toda una semana y dejarla sobre el mostrador de la cocina o al lado de nuestra mesita de noche. Todo este proceso implica pensamiento que contribuirá a recordar, que no es otra cosa que grabar datos en la memoria.

Pero aún así, falta algo más que debemos hacer si queremos fijar el recuerdo de una determinada acción. ¿Qué? Colocar, además de datos, un sentimiento, en nuestra memoria. ¿Cómo?

Cuando los seres humanos colocamos un dato y lo asociamos con un sentimiento, ese dato suele fijarse y adherirse a nuestra memoria de forma prolongada y particular.

Esta es la razón por las que las esposas y madres casi NUNCA olvidan los medicamentos de sus esposos o de sus hijos. Ellas no solo han meditado en el por qué de la receta sino que también meditan en el bien de tomarlas y hasta en el mal que ocurrirá si su esposo o su niño no las tomara. Las mujeres aman y al amar colocan esa partícula importante de la que hablamos que ayuda a la memoria, el amor, el más fuerte de todos los sentimientos… y la ayuda más poderosa que tiene la memoria.

El dato, junto con el sentimiento producen el impacto necesario para grabar en la memoria la acción o acciones que serán imborrables. Todos podemos hacer lo mismo, sin importar el sexo, eso sí, debemos tomarnos el tiempo para repasar los datos y los sentimientos relacionadas a las acciones que no debemos olvidar.

¿Qué tal si hacemos un ejercicio juntos? Tome sus pastillas en la mano, o al menos imagínese que las tiene en las manos. Ahora piense en las razones por las que el doctor se las recetó y trate de recordar lo que le dijo sobre ellas en esa ocasión. Apunte en un pedazo de papel el horario en que debe tomarlas y colóquelo en la puerta de la nevera con un imán. Piense por unos segundos en el bien que hará a su familia, a su esposa y a sus hijos, incluso a usted mismo, el que usted tome ese medicamento a su tiempo. Le aseguro que verá una mejora en recordar los horarios. Aún si fallara, insista y repita el procedimiento. No se descorazone. ¿Sabe por qué no debe descorazonarse?

Porque nuestra memoria es como un músculo. Si no lo usamos intensamente, no va a desarrollarse. Y mientas menos confiemos en él, menos servicio nos dará. De modo que no debemos cejar en nuestro propósito de mejorar uno de nuestros recursos naturales más valiosos, ¡nuestra memoria!

Nuestros mejores recuerdos, amigos. ¡Y buena salud para ustedes!

 

Contradicciones de los tiempos, la cultura y las mascotas.

Desde niño “Fido” era, para mi, el nombre de todos los perritos. Les contaré por qué era así. Nací en la década de los años cuarenta. Por aquellos años el nombre “Fido” ilustraba, la lealtad de un perro a su dueño.

El nombre “Fido” viene del latín “fidus” que significa en castellano, “fiel”. Así le puso a su perrito Carlo Soliani quien, un buen día, al llegar de su trabajo, vio a un perrito abandonado en la calle en muy mal estado. Decidió llevarlo a casa y darle los cuidos apropiados hasta que se fortaleció y se convirtió en una mascota agradecida. Le puso por nombre: “Fido”.

Pues bien, resultó que ese nombre describía muy bien a aquella mascota pues por dos años, cada mañana, Fido acompañaba a su amo, hasta la estación del autobus para ir a su trabajo y cuando caía el sol, llegaba hasta la estación del autobus, solo para lanzarse amigablemente sobre su dueño y acompañarlo de regreso a su casa, dando saltos de alegría.

El 30 de diciembre de 1943, la provincia de Borgo, San Lorenzo, Italia, fue duramente bombardeada y tristemente, como muchos, Carlo Soliani murió en el evento. Sin embargo, ese día, como en los anteriores, Fido, esperaba ansioso a su dueño que nunca regresó.

Desde ese día y día tras día, Fido olfateaba el aire de la estación esperando hallar a su amo, sin éxito alguno. ¡Lo hizo por catorce largos años! Fiel y leal le esperó todos los días sin dejar pasar uno. El 9 de junio de 1958, todavía esperando a su amo, Fido murió.

Mientras aún Fido vivía, el escultor Salvattore Cipolla hizo una escultura del animal para celebrar su lealtad. La escultura decía: “A FIDO, ESEMPIO DI FEDELTÀ”  (A Fido ejemplo de lealtad).

En vista de la fama de “Fido” en los años cincuenta, muchos de mi generación asociamos su nombre con la imagen de cualquier perrito. En otras generaciones “Fido” cambió de nombre por “Lassie”, “Rin Tin Tin” o el caballo “Furia”. O tal vez por “Chita” la monita de Tarzán o el primer perro espacial “Laika,” que cobraron iguales y felices recuerdos de una anterior generación.

En estas nuevas generaciones se presentan distintas visiones y conceptos diferentes a los de nuestra niñez. Nuestra generación cuidó y protegió a las mascotas aún cuando no dejamos de entender que eran animales. Supimos guardar la sana distancia que debe haber entre animal y ser humano, distancia que lamentablemente hoy muchos no ven ni entienden.

Hoy, se estila vestir a los animales como si fueran personas. ¿Los ha visto el lector? Algunas de estas prendas cuestan más que la de seres humanos. También se estilan los cementerios exclusivos para animales y exequias fúnebres para ellos. He sido testigo de como muchos hablan con más cariño a sus animalitos que a sus propios hijos. Hay seguros médicos para animales e incluso algunos perros, gatos y loros han heredado fortunas dedicadas a ellos por sus difuntos amos. Muchos besan a sus mascotas como si fueran bebés e incluso duermen con ellos. Miles, si no millones de ellos, viven en casas con aire acondicionado y otras comodidades mientras miles, si no millones de seres humanos viven en la calle como animales.

En algunas comunidades hacen lo contrario. ¡Los ponen a pelear! Apuestan sobre el gallo vencedor, el perro más sanguinario o el toro más fuerte. Vitorean, apuestan y disfrutan de un paisaje criminal, aterrador.

Sin importar lo digno que sea cuidar de los animalitos, es de sentido común meditar en las razones por las que tenemos mascotas, el costo de tenerlos, el trato que les damos y el ambiente en el que les hacemos vivir.

Recordemos que cuando llevamos un animalito a la casa, o a una jaula, los “sentenciamos” a habitar en un ambiente al que, por naturaleza, no pertenecen. En vez de ver a los animales como NOSOTROS deseamos verlos y poseerlos, tal vez pudiéramos pensar más en ELLOS y darles su espacio y su medio ambiente para que vivan de forma natural y más cercana a su propósito, naturaleza y diseño.

Si se trata de animales, en algunos lugares se desconoce el concepto de “mascota” y todo lo que se mueva sirve para comer. En otros lugares son para adorar como dioses y todavía en otros lugares hasta los que son despreciados como plagas terminan en la sartén. Todo depende del lugar, la cultura y el punto de vista personal que sobre ellos tenga cada individuo. ¡Son las contradicciones de los tiempos, las culturas y las mascotas!

¡Si tuviera par de vacas!

Entre mis cosas viejas, de vez en cuando encuentro recortes y papeles que al repasarlos me hacen reir o me hacen llorar. Tal vez eso también te pasa a ti, creo que nos pasa a todos cuando nos comienzan a crecer más y más pelos blancos en la cabeza. Es en esa época de la vida que nos gusta hurgar en nuestros tesoros para compartirlos con los amigos.

Así me pasó esta mañana. Encontré un documento sin autor que seguramente guardé porque me pareció que, en el fondo, el autor conocía bien los distintos matices del gobierno del hombre con el que la humanidad se ha enfrentado a sus peores dolores de cabeza. A continuación les presento a mis lectores una serie de definiciones que, por lo menos, le dibujarán una sonrisa y tal vez, como a mi, una buena carcajada. Confieso que he tenido que ponerlas al día y añadir alguna que otra cosilla basada en mis propios conocimientos.

¡Si tuviera par de vacas!

SOCIALISMO
Tienes 2 vacas… pero el estado te ordena regalarle una a tu vecino que se dedica a cultivar pasto.

COMUNISMO 
Tienes 2 vacas. El estado te las quita y luego dice que te regala la leche.

FASCISMO
Tienes 2 vacas. El estado te las quita y luego te vende la leche.

NAZISMO
Tienes 2 vacas. El estado te las quita y luego te fusila.

BUROCRACIA 
Tienes 2 vacas. El estado te las quita, mata una, ordeña la otra y luego tira toda la leche al río.

CORPORACIÓN NORTEAMERICANA
Tienes 2 vacas. Vendes una y obligas a la otra a producir la leche de 4 vacas. Después contratas a un experto para que analice por qué la vaca cayó muerta.
  
CORPORACIÓN FRANCESA
Tienes 2 vacas. No las cuidas ni las ordeñas, porque al fin y al cabo las corporaciones norteamericanas son las que van a vender su leche.

CORPORACIÓN JAPONESA
Tienes 2 vacas. Las rediseñas para que tengan una décima parte de su tamaño natural y para que produzcan veinte veces más leche que una vaca normal. Luego, lanzas una campaña de mercadeo mundial con un dibujo animado que se llame el “VacaMón”.
  
CORPORACIÓN ALEMANA 
Tienes 2 vacas. Mediante un proceso de reingeniería las haces vivir 100 años, les das a comer una vez al mes y les enseñas para que se ordeñen ellas mismas.
  
CORPORACIÓN ITALIANA
Tienes 2 vacas. ¡No sabes dónde están! Decides ir a almorzar canelones con prosciutto.
  
CORPORACIÓN CHINA 
Tienes 2 vacas. Tienes 300 personas ordeñándolas a la vez. Anuncias por el mundo que tienes plena capacidad empresarial y alta productividad bovina. ¡Mandas a arrestar al reportero que publica la verdadera situación!

COORPORACIÓN CUBANA:
Tienes 2 vacas. Nadie las ha visto, pero, ¡caballero, son las más grandes del mundo!

COORPORACIÓN BORICUA:
Tienes 2 vacas. Tomas un préstamo sobre la primera y das como colateral la otra. Al día siguiente, vas a otro banco y tomas otro préstamo por la otra vaca y das la colateral por la primera que ya estaba implicada en el contrato anterior. En el segundo banco, nadie se da cuenta porque es viernes social. Luego, con los chavos de los préstamos, te vas de crucero y te llevas a toda la familia. Al regresar te enteras que en realidad no tienes vacas, sino toros.

CORPORACIÓN INDIA
 
Tienes 2 vacas… ¡las adoras!
  
CORPORACIÓN BRITÁNICA
Tienes 2 vacas. ¡Las 2 están loquitas, loquitas!
  
CORPORACIÓN RUSA 
Tienes 2 vacas. Un día las cuentas y tienes 5.
Las cuentas de nuevo otro día y te da 42. Vuelves a contarlas y tienes 2. Dejas de contar vacas y te tomas otra botella de vodka.
   
CORPORACIÓN AUSTRALIANA
Tienes 2 vacas. Como el negocio va bastante bien, cierras la oficina y vas por unas cervezas y te pones a celebrar con amigos.
  
CORPORACION VENEZOLANA

Tienes 2 vacas. Si producen mucha leche, eres un capitalista y te las quita el estado. Pero si no producen leche, eres un traidor a la patria, y de todas formas te las quita el estado.

CORPORACION SUIZA 
Tienes 5000 vacas. Ninguna te pertenece, pero le cobras a los dueños por guardarlas. Hace polvo todo lo que producen y lo pones a la venta en latas, y las riegas por todo el mundo; y lo peor es que te las compran.
  
CORPORACIÓN MEXICANA
Tienes 2 vacas. Las matas e invitas a tus amigos a una carne asada de poca madre… Claro, te quedas sin vacas y sin futuro, pero no importa, lo “enfiestado” nadie te lo quita.
 
CORPORACIÓN SALVADOREÑA

Tenemos 2 vacas ¿Podemos inscribirlas para las próximas elecciones?    

CAPITALISMO
Tienes 2 vacas. Vendes una y con el dinero compras un toro. Tu rebaño se multiplica y tu economía crece. Decides montar una empacadora. Los empleados te ponen una unión. Tienes que cerrar la empacadora y finalmente te dejan con 2 vacas.

¿Qué piensas?

Tal vez compartir tus ideas sobre lo que el video muestra te sirva para comparar tus métodos con otras formas de disciplina. La verdad es que nos parece mucho más fácil trabajar con los éxitos de nuestros hijos que con sus fracasos.

No obstante, en vez de tratar de controlar todo lo que hacen pudiéramos permitirles enfrentar las consecuencias de sus actos. Claro esta, cuando tienen ya edad para poder comprenderlos cosa que comienza en la adolescencia.

Tus comentarios y opiniones son bienvenidas. Puedes escribir aquí mismo o a nuestra página Komosabe@gmail.com. Muchas gracias por participar y ofrecernos tus comentarios.